Blogia

Cierzo

Copa menstrual

Copa menstrual

La empresa alemana Meluna ofrece para las mujeres una copa que recoge la menstruación. Se trata de un invento patentado por Leona Chalmers en los 30 años del siglo pasado y resulta ecológica, práctica, y barata. Está fabricada con elastómero termoplástico, un material que no provoca alergias y que también se utiliza para fabricar las tetinas de los biberones. Su uso requiere de cierta habilidad para ajustar la copa en la vagina, pero enseguida se adquiere la destreza suficiente para usarla sin complicaciones. La hay en diferentes tamaños para adaptarse a cualquier tipo de morfología y puede permanecer colocada entre 8 y 12 horas, su limpieza es rápida y sencilla. La copa está especialmente recomendada en la práctica de todo tipo de deportes. Cuesta 100 euros, pero no resulta cara porque, con los debidos cuidados, tarda mucho en deteriorarse y es posible utilizarla durante bastantes años.

Más información y venta en: Meluna

Antes

Antes

Antes de encontrarte a ti

vivir era un viaje sin destino.

Ahora he aprendido

que la muerte es vivir sin ti.

En la oficina de desempleo

En la oficina de desempleo

Toca esperar en la sala de la oficina de empleo. Las caras serias, compungidas en diversos grados. Ni una sonrisa. Tanto rato juntos, aquí sentados, esperando para hacer un trámite, pero no para encontrar empleo que es a lo que venimos, desata la lengua de la gente que se sabe entre los suyos, entre los parias de una sociedad para la que ya no hay adjetivos. Si no fuera por mis hijos… Dice alguien. La frase queda en suspenso, pero todos entendemos sin explicaciones la locura que la concluye: Me dedicaría a atracar bancos, me hubiera suicidado hace tiempo, me liaría a tiros

La desesperación crece proporcionalmente al tiempo que se lleva en paro, a las cargas familiares, a las limitaciones personales que se viven. El hambre anestesia, desmaya, hiere. Muchos de los que están aquí han venido en ayunas, quizá pasen así todo el día. Ropa zurcida, varillas de gafas sujetas con esparadrapo, zapatos que ya no dan un paso más… Gente vencida, con un átomo de dignidad todavía. No hay luz al final de un túnel negro y eterno. No hay ilusión ni esperanza. Sin dinero en el bolsillo no hay nada. Nada es posible.

Me entran ganas de llorar cuando escucho que para percibir la renta mínima por inserción hay que esperar un año y que para tener derecho a ella debe pasar otro año sin que se haya cobrado nada. El tope de la vergonzosa limosna es de 520 euros, y para recibirlos hay que tener cinco hijos y llevar empadronado diez años en la misma localidad. Por supuesto, las personas sin papeles carecen también de este derecho.

Otro comenta que solo sale de casa para venir aquí. No quiere que nadie le vea así, hundido. Antes tenía un buen trabajo, un coche, un proyecto de vida, ahora baja la mirada ante sus hijos, les ha fallado, no puede cubrir sus necesidades y han dejado de estudiar. Asentimos con un leve movimiento de cabeza. Sabemos perfectamente qué siente, cómo duele el orgullo herido. Decirle a tu hijo: No, que este año no habrá vacaciones, que no puede ir al cine con sus amigos, que no alcanza para esas deportivas nuevas que necesita… Es lo peor que le puede pasar a un padre o una madre.

Contemplo a esta gente desde la distancia, como si yo no fuera uno de ellos tras cuatro años en paro. Me da miedo caer en el abismo, perder las fuerzas para seguir luchando. Lo que veo me aterra. No hay rabia en estas miradas, hay tristeza. Ellos han claudicado. Yo no quiero hacerlo, me niego. ¿Pero cuánto más resistiré?

Trabajar sin horas, casi sin sueldo

Trabajar sin horas, casi sin sueldo

Los conocemos ahora, pero los llamados contratos “sin horas” llevan existiendo décadas. El mes de junio, el gobierno británico creó una comisión para dilucidar si se trata de explotación, y salieron a la luz unas condiciones laborales que pueden afectar a un millón de personas en Reino Unido.

Someramente explicado, el contrato consiste en que la empresa obliga al trabajador a estar disponible siempre para atender una eventual necesidad. El empresario no está obligado a garantizarle al empleado que le proporcionará trabajo con una frecuencia determinada. El trabajador tampoco tiene la obligación de aceptar la propuesta. Los inconvenientes de este tipo de contrato son obvios: inestabilidad económica y personal muy elevadas y salarios más bajos. La Resolution Foundation ha llevado a cabo un estudio sobre los empleados con este tipo de contrato y concluye que cobran de media a la semana 236 libras (unos 273 euros). Los trabajadores con contratos habituales percibirían 557 euros.

Este contrato se pensó inicialmente para que los estudiantes interesados pudieran compaginar sus estudios con un empleo. Hoy en día, es una manera de ahorrar costes y facilitar la flexibilidad laboral en tiempos de crisis económica. El incremento de estas condiciones es lo que ha llevado al gobierno británico a plantearse si este contrato es el sustituto de los tradicionales, una herramienta de control y una fórmula por la que se puede despedir y contratar a trabajadores de manera repetida a bajo coste.

McDonald’s es la empresa privada que más contratos sin horas hace a sus empleados: 82.800, un 90% del total de sus trabajadores.

Por sus características, el contrato sin horas tiene muchos números para convertirse en el contrato de moda en España.

Mambrú, la Guerra de Sucesión…

Mambrú, la Guerra de Sucesión…

Fue general inglés Marlbrough, que participó en la Guerra de Sucesión española, quien ordenó al almirante Rooke escoltar al Archiduque Carlos hasta Lisboa y en el trayecto de vuelta, en vez de poner rumbo a la base francesa de Tolón, por el Mediterráneo, atracó en Gibraltar y decidió conquistarla. Primero colocó la bandera de los Austria, luego, la inglesa. Los ciento y pico habitantes que podrían habitar en Gibraltar en agosto de 1704, huyeron para refugiarse en las colinas de San Roque, la ciudad andaluza que todavía hoy conserva en su lema “La Muy Noble y Más Leal Ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar”.

El 13 de julio de 1713, en Utrecht, se zanja la Guerra de Sucesión con la llegada al trono de España de los Borbones y se firma ese maldito tratado que aún nos trae de cabeza: “El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”. En el mismo tratado se detalla que la cesión no incluye “jurisdicción alguna territorial” ni comunicación abierta “por parte de tierra”, que son los dos puntos que han generado conflictos permanentes desde entonces sobre unas inexistentes “aguas territoriales” de Gibraltar o sobre la posibilidad de España de cerrar completamente la Verja y aislar a La Roca.

Mambrú, el archiduque Carlos, la Guerra de Sucesión… ¿Cuánto hace ya de todo esto? ¿Por qué no regresamos al presente de una puñetera vez? Los ingleses saben que Gibraltar es el punto flaco de los españoles, nuestro talón de Aquiles, y disfrutan tocándonos las narices porque siempre picamos. Sea cual sea el Gobierno que desgobierne España, es susceptible de reaccionar como un miura si nos ponen delante la muleta roja de Gibraltar. Este conflicto es antiguo, eterno, patético y no viene a cuento. ¿Por qué no reivindicamos derechos en Cuba, en Florida o en Fernando Poo? Qué perra hemos pillado con Gibraltar. ¿Hemos olvidado que en el referéndum de 2002 el 99% de los gibraltareños apoyó seguir siendo británico?

La especie humana de los gilipollas

La especie humana de los gilipollas

Aaron James, profesor asociado de Filosofía en la Universidad de California, ha establecido una nueva taxonomía biológica para el ser humano: el gilipollas, que él define como delusional asshole porque es alguien equivocado sobre su grandeza, uno de los que se engañan a sí mismos y piensa que tiene talento, que es el mejor.

La especie de los gilipollas abunda mucho en estos tiempos. Ellos se ven como seres extraordinarios, un personaje para la historia, y con este concepto de grandiosidad se sienten legitimados para hacer cualquier cosa, incluso tratar mal a los demás. Aaron James encuentra un número abundante de estos especímenes entre los artistas y pone como ejemplo a Miles Davis o Picasso, convencidos de que su talento les situaba por encima del resto de los mortales, consideraban que las reglas de la convivencia vigentes para los demás no eran válidas para ellos. “Esa clase de tipos se creen autorizados para gozar de ventajas especiales en la vida cooperativa a partir de un sentido de la legitimación que les inmuniza contra las quejas de los demás. Y en tanto están inmunizados, sienten que no tienen que respetar a los demás”.

Este tipo de personas se saltan los límites de la convivencia, igual que hacen los delincuentes, pero la diferencia entre ambos radica en que el gilipollas no tiene consciencia de estar haciendo algo ilegal o inmoral. Puede saltarse una cola, no pagar impuestos o pisarle el cuello a otro, pero se siente legitimado para hacerlo porque él es especial, un genio, alguien que destaca en la sociedad y tiene poder, por eso no debe rendir cuentas a nadie. El gilipollas no se está saltando las normas, simplemente actúa como le corresponde. Anclado en la superioridad, el gilipollas no soporta que nadie esté a su altura, la igualdad es un insulto, y como pertenece a una casta superior, no se somete a ningún límite.

Según explica James, la mayoría de estos imbéciles suelen ser hombres, ya que los varones están socializados en culturas que les empujan hacia actitudes dominio e insensibilidad. “Cuando actúan de este modo solemos decir que los hombres son así, pero cuando lo hacen las mujeres entendemos que está fuera de lugar y las reprendemos. No creo que haya nada en la naturaleza biológica de los varones que nos lleve a comportarnos como unos gilipollas. También las mujeres pueden serlo, pero como culturalmente es más difícil, resulta menos probable que se comporten como tales”.

Este tipo de comportamiento es muy útil cuando se quiere ascender en la escala social, y para quienes buscan conseguir estatus, dinero o poder, estas conductas reportan sustanciales beneficios. A la hora de convivir o de relacionarse con un gilipollas, no hay que dejarse avasallar ni ceder a sus pretensiones, también hay que atenerse a sus reacciones, porque estos tipos, contrariados, son difíciles de manejar. No conseguiremos que un gilipollas deje de serlo, por eso hay que evitarlo primero y si no es posible hacerlo, fijaremos con claridad los términos de nuestra relación sin renunciar a nuestro estatus de igualdad, aunque nos cueste algún enfrentamiento.

Aaron James encuadra a los gilipollas cerca de lo que la psicología califica como desórdenes narcisistas de personalidad, aunque su trastorno no es exactamente el mismo. Una cosa es cierta, los gilipollas están de moda y abundan cada vez más.

Da asco

Da asco

Da asco la cara dura de Rajoy presentándose como víctima, traicionado por una persona de su confianza. Él es inocente, solo se equivocó al elegir a un amigo. Los suyos le aplauden a rabiar. Bien, Mariano. Bravo.

Con las maletas preparadas, se marchan de vacaciones los políticos que deberían quedarse a trabajar todo el verano buscándole soluciones a la crisis, a la situación tan lamentable que vive España. Porque la crisis comienza a ser letal para muchos y su remedio no puede demorarse más. Agonizamos. Nos morimos.

Pero al Gobierno le da igual. No necesitan a nadie para hacer lo que hacen: destruir un país matando de hambre y miseria a sus ciudadanos. Se ríen de nosotros porque saben que volveremos a votarles, que seguirán ahí, cómodamente arrellenados en su poltrona-escaño, dirigiendo nuestra ruina. Porque lo están consiguiendo. Los españoles estamos cansados, extenuados por la lucha en un combate que tiene visos de terminar con victoria por K.O. ¿De quién? De ellos o de nosotros. Porque esto ya no se resuelve de otra manera. Y el pueblo está harto, catatónico. No reacciona cuando el gobierno da por perdidos 36.000 millones de los 52.000 que le regalamos a la banca para rescatarla, ese dinero salpicado con nuestra sangre que el PP aseguró que recuperaríamos, y con intereses. Ni nos inmuta conocer que uno de cada tres contratos firmados en julio es un empleo que no alcanza la categoría de basura, ni que desde el FMI se sugiera otra rebaja de sueldos, esta vez de un 10%, ni que la infanta se vaya a Suiza con un ramo de rositas en la mano.

La última concentración, celebrada la pasada semana en Sol, en la que se pedía la dimisión de Rajoy reunió a 300 personas. ¿Dónde estábamos el resto de los españoles? Creemos que el futuro vendrá de sus manos, no de las nuestras. Hemos delegado en ellos, les hemos confiado nuestro futuro. Nos equivocamos. Pero estamos cansados, tan cansados que da pena, que nuestra inacción da asco.

Te trataré como a una reina

Te trataré como a una reina

“Te trataré como a una reina” es la letra de un bolero compuesto para Bella y como título de la obra de Rosa Montero no puede resultar más adecuado, porque la novela, al igual que un bolero, es el relato de unos amores que duelen, que dejan cicatrices en el alma.

Los personajes viven en un escenario decadente, en las ruinas de un pasado que, sin ser esplendoroso, estaba iluminado por la luz de los sueños, por la promesa de un futuro donde las ilusiones se materializarían dándole sentido a la vida.

Bella canta en un local nocturno, cerca del barrio chino. El Desiré Club es un cadáver que hiede, con las bombillas rotas, la moqueta sucia y los retretes atrancados. Viejos nostálgicos, noctámbulos solitarios y jóvenes drogados son su clientela. Entre la pintura descascarillada de este escenario transcurren unas vidas marcadas, que a lo largo de la trama se irán entrelazando hasta construir un único y demoledor vínculo.

Rosa Montero describe con magistral habilidad dos mundos: el exterior y el interior de cada personaje, y el lector recorre esos universos remotos que un día se alinearán en el punto en que estalla la tragedia.

El paso lento de los aconteceres cotidianos se acelera con un final trepidante, donde se ligan cabos y se hace la luz, que no es más que un fugaz destello antes de devolver a los personajes a la más absoluta oscuridad.

Título de la obra: Te trataré como a una reina

Autora: Rosa Montero

Editorial: Seix Barral

Páginas: 245

Año: 1983

La chapuza nacional

La chapuza nacional

El Ministerio de Fomento de tiene prisa por averiguar qué motivos son la causa del accidente del tren Alvia que ha dejado un saldo provisional de 80 muertos y 178 heridos. La comisión creada por Renfe tardará al menos dos meses en presentar las conclusiones oficiales, pero, de forma oficiosa y con todas las precauciones del mundo, algunos expertos señalan como causa del desastre las peculiaridades de la configuración de esta línea. Se trata de una línea definida con estándares de Alta Velocidad, aunque en realidad cuenta con un trazado híbrido que incluye tramos de la antigua red ferroviaria. Esta combinación cabe achacarla a las dificultades económicas que sufrió el proyecto en el año 2008, y que forzaron al Gobierno a incluir vías antiguas en el itinerario para poder poner en marcha la ruta.

Así hay tramos del servicio en los que se circula a más de 300 kilómetros por hora, como ocurre entre Madrid y Olmedo (Valladolid); tramos en los que la velocidad se reduce a 200, así se circula en los 20 kilómetros que separan Olmedo y Medina del Campo (Valladolid). Luego el tren sigue su marcha por el antiguo trazado hasta Ourense, a un máximo de 70 kilómetros por hora. De Orense hasta Santiago de Compostela, el Alvia recupera su velocidad punta, hasta unos siete kilómetros antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela, y el sistema de frenado ERTMS deja de funcionar a cuatro kilómetros de la ciudad. Este sistema impide que el tren supere los límites de velocidad, el descarrilamiento ocurrió poco después, cuando se cambia a otro tipo de frenado más antiguo que se denomina ASFA.

El proyecto de la línea se diseñó para un AVE en 2002, pero resultó imposible ejecutarlo debido a la crisis económica. Entre los años 2007 y 2008 se decidieron unos ajustes en el presupuesto para poder poner en funcionamiento el servicio en 2011. El objetivo se cumplió gracias a que se aprovecharon ramales de la vía antigua, integrándolos al proyecto inicial. Ha sido en este tipo de tramo donde el tren ha descarrilado.

El proyecto original para el AVE está aparcado sine die porque salía demasiado caro para estos tiempos de crisis. La chapuza coyuntural que se ha hecho ya ha costado muchísimo más en dolor y vidas humanas. Esto sin descartar el posible fallo humano.

Hacemos lo que podemos

Hacemos lo que podemos

Las comparecencias de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, son esperadas porque provocan hilaridad, y en estos tiempos que vuelan es bueno tener motivos que nos hagan reír.

Cospedal reconocía este lunes que fue un "error" encargarle a Luis Bárcenas la gerencia y la tesorería del partido. "Pero ni de lejos", la cúpula del PP podía imaginarse sus "tejemanejes" durante el tiempo que duró su actividad en el partido. (Veintiún años trabajando para ellos y nadie dudó que Bárcenas fuera una persona intachable, pero en la sombra, el cabrón, se dedicó a fabricar una contabilidad B en la que entraba dinero de donaciones de empresarios y salían complementos a los sueldos de los abnegados líderes del partido.)

Cospedal achaca el silencio de Rajoy a su "carácter" (por lo visto es hombre de pocas palabras) y a que su prioridad es la crisis económica y no los problemas de "interés mediático" (como debe ser). El amago de los socialistas de presentar una moción de censura es "oportunista" (y descerebrado, ¿a quién se le ocurre presentar una moción de censura cuando España va tan bien?) El jefe del Ejecutivo dará la cara en las Cortes para "calmar el clima de alarma social que algunos injustificadamente quieren crear" (mira que hay gente con mala leche). Menos mal que el presidente ni se va a "esconder" ni tiene nada que "ocultar" porque ni "pactó ni negoció" nada con Bárcenas ni está en la política "para hacer dinero". (Ya sabemos por Margallo que Rajoy ha perdido “incalculable” dinero por dedicarse a la política y entregar su vida por España. El pobrecito percibirá este año 78.000 euros, pero tiene un patrimonio de 597.442, cuatro casas, fondos de inversión y acciones. Una ruina, oiga.)

“Ni a mí ni a muchos nos hacen falta los sobres y las mentiras nunca terminan" decía Cospedal mientras reconocía que es "casi imposible" demostrar la "no comisión de una acción" por parte del PP y sus dirigentes en un país instalado en la máxima de "calumnia que algo queda". (Los apuntes contables, los recibíes firmados… Todo son calumnias de una gentuza sin escrúpulos.)

Menos mal que el Gobierno y el partido "no cedieron al chantaje" de Bárcenas, como demuestra el hecho de que el ex tesorero esté en la cárcel y que se hayan conocido "cosas no ilegales pero sí algo molestas". ("Tranquilidad... Es lo único que no se puede perder. Un abrazo”.)

Españoles, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”.

Multadas por gritar durante el parto

Multadas por gritar durante el parto

En Zimbabue, al menos diez mujeres mueren cada día durante el parto. Este dato fue facilitado por el ministro de Salud, Douglas Mombeshora, en el acto oficial de entrega de 63 ambulancias donadas por la Unión Europea a través de la Agencia de las Naciones Unidas. "Uno de los factores que contribuyen a esta tragedia evitable es la demora de las mujeres embarazadas en el acceso a transporte de casa al hospital y del hospital a un centro de referencia de nivel superior", dijo en su discurso.

Lo que no mencionó el ministro es que en algunos hospitales de su país las enfermeras cobran a las embarazadas 5 dólares por cada grito que dan durante el parto. Esta “penalización” incomprensible se impone por “crear falsas alarmas”. A este cobro se añade una tasa obligatoria de 50 dólares que deben abonar por el parto, y que representa casi un tercio de la media de ingresos anuales por persona. Si no se puede afrontar este gasto, se produce la detención en el hospital y se origina una deuda que acumula intereses.

Estos hechos quedan denunciados en el último Barómetro Global de la Corrupción, elaborado por Transparency International.

Nini nana

Nini nana

La crisis solo discrimina a unos pocos afortunados. Las personas menores de 25 años no encuentran su primer empleo. Las que se hallan entre los 30 y los 40 años ganan un sueldo de risa que no les permite independizarse de sus padres. Quienes superan los 40 están “muertos” laboralmente hablando. Las pensiones de jubilación pierden poder adquisitivo por momentos. Se habla mucho de incentivar el empleo juvenil, y es bueno que así se haga, pero ¿alguien se acuerda de los mayores de 45 años? Las empresas apuestan por gente joven, dispuesta a aceptar cualquier salario que le ofrezcan, sin tanta “mili hecha”. La esperanza de vida llega a los 79 años en los hombres y a los 85 en las mujeres, es obvio que a esta generación le resultará imposible depender de las pensiones públicas.

La edad de jubilación se alarga, y puede que lo haga aún más. Los que hemos perdido nuestro puesto laboral antes de los 50 no podremos jubilarnos hasta los 70 años, y eso para cobrar una mierda de pensión. ¿Cómo piensa el Gobierno que vamos a subsistir los 20 años de vida laboral que nos quedan si carecemos de ingresos para ahorrar, si las empresas nos rechazan por “viejos”, si no nos corresponde percibir ninguna subvención por haber agotado las prestaciones del paro? La cuestión no es ninguna tontería. El 22% de la población española tiene menos de 30 años, pero el 38% supera los 45. El número de desempleados con menos de 25 años asciende al 57%, pero hay 1,67 millones de parados entre los 45 y los 65 años. Entre estos últimos, casi un 75% tiene menos de 55 años y le queda muy lejos la edad para jubilarse.

¿Qué soluciones hay? Hasta la fecha, el Gobierno no contempla ninguna para esta dramática realidad. Se podría bonificar con ayudas del Estado a las empresas que contraten trabajadores de mediana edad, pero como no hay trabajo… ¿Reciclar a estas personas, darles más formación? ¿Para trabajar en qué? Recordemos que se trata de personas condenadas a pagar una hipoteca de por vida; compraron una vivienda a precios abusivos en tiempos de la burbuja y ahora no vale ni la mitad de lo que costó. En muchos casos existen cargas familiares importantes, hijos que ni estudian ni trabajan o padres ancianos a los que hay que atender. Los empresarios deberían entender estos condicionantes, valorar la experiencia laboral, la capacidad de trabajo de estos candidatos. No vale la excusa de que es gente desfasada, ciberanalfabeta, reacia a aprender cosas nuevas… Hace años que nos manejamos con el ordenador, con Internet y con lo que haga falta. Y si no sabemos, aprendemos.

La situación de los jóvenes es grave, nadie lo discute, pero el Gobierno debe preocuparse también, y en igual medida, por los demás ciudadanos, que mañana mismo nos convertiremos en una fuente de problemas sociales, en una onerosa carga para las arcas públicas, en una masa desesperada. ¿Cómo esperan que comamos, que paguemos impuestos, que tengamos una vida?

¿Nadie piensa en lo que se nos viene encima? No, claro que no. Esto es España y aquí somos incapaces de prever nada. Así nos luce el pelo.

Prueba del fuego

Prueba del fuego

La prueba del fuego consistía en arrojar a una hoguera libros sospechosos de herejía y observar qué ocurría. Si ardían era porque contenían ideas perniciosas; pero si, milagrosamente, quedaban suspendidos en el aire sin caer a las llamas, significaba que el texto era ortodoxo. No ha quedado constancia de que se salvara un solo libro de la quema, lo que demuestra el instinto avezado de los inquisidores para detectar contenidos perniciosos en los libros.

Estas prácticas comenzaron a mediados del siglo XV y hasta la mitad del siglo XIX se siguieron quemando libros en España por orden de los obispos. El poder de la Iglesia, unido al del Estado, negaba así la cultura a un pueblo que vivía sometido por la ignorancia y el fanatismo.

Se consigue más con miel

Se consigue más con miel

Se consigue más con miel que con hiel, dice el refrán. Por desgracia, a los españoles nos ofrecen poca miel y mucha hiel, con sabor a recortes salariales, incremento del IBI, subida del IVA, falta de crédito, aumento del IRPF, etc. Nos aprietan las tuercas, cada día les dan una vuelta más. ¿Hasta cuándo?

España es un país arruinado, lo sabemos. Pero no somos los ciudadanos los que lo hemos llevado a la bancarrota. Sin embargo, nos castigan como si el pecado fuera exclusivamente nuestro. Todos hemos vivido situaciones complicadas, en las que se ha tensado la cuerda más de la cuenta y se ha roto. La política del palo no funciona, genera un constante estrés, provoca desconfianza, produce agresividad y descontento. Con el palo dirigen los prepotentes, quienes necesitan salvar el pellejo, los que se sienten inferiores e intentan ocultar su debilidad. El resultado de esta política suele ser desastroso: desmotivación, pesimismo, alienación y falta de compromiso. Si llega la miel, sabe amarga y crispa porque parece una trampa.

El Gobierno no sabe gestionar la crisis, pero se encuentra con una sociedad que soporta bien los palos, sin quejarse apenas. Así que nos hace comulgar con ruedas de molino, nos cuenta cuentos para hacernos creer que la realidad es otra distinta a la que indica la evidencia. Los ciudadanos asistimos alucinados a un espectáculo incalificable. Los responsables de la crisis: políticos, banqueros y corruptos de todo pelaje son los que se van de rositas. Mientras los demás les salvamos el culo con nuestra sangre.

Hemos desahuciado a España en su estado terminal. Los españoles no vemos ningún futuro en el horizonte y nos desentendemos de lo que ocurre. Para todo existe un límite y, como sociedad, lo hemos sobrepasado con creces. La hiel nos ahoga, hemos tragado demasiada.

España, un país de ceporros

España, un país de ceporros

Somos un país ignorante, que no se da cuenta de la importancia del conocimiento. Las ideas que no están avaladas por un conocimiento profundo, nacen muertas. Pero hoy los políticos que nos gobiernan no son expertos ni intelectuales, carecen de un saber crítico y comprometido. Nos gobierna una derecha para la que la cultura es sinónimo de gorrones que viven de la subvención. Solo les falta gritar, como Millán-Astray: ¡Muera la inteligencia!

La cultura se entiende como mero entretenimiento. Algo que ya criticó en su momento tanto Adorno como Walter Benjamin: con la cultura de masas, el ciudadano se convierte en un observador pasivo y sin juicio, su libertad se limita a elegir los mismos productos bajo distintos nombres y se produce la alienación. Esto ocurre cuando la cultura se convierte en espectáculo. Pero no solo la música, el cine o el teatro son cultura. Existen otras manifestaciones de la cultura: la política, la social, la cívica, la democrática… Que forman parte de nuestra vida y nos aportan identidad.

Por el tratamiento que da el Gobierno a las becas, a los requisitos, cuantías y derecho a recibirlas, podemos apreciar hasta qué punto importan las ideas y la cultura: bien poco. Se discute el acceso a las aulas, un asunto primordial, sin duda; aunque no se le da importancia a lo capital: cuál es el papel que debe jugar la universidad en una ciudadanía que no se inmuta ante la degradación de su función social.

Discutimos qué tasas hay que pagar o si la política de becas es la acertada, pero no el papel que juega la Universidad en un momento histórico como este. Una beca es una cantidad de dinero que se aporta al estudiante a fondo perdido para que pueda estudiar, es un medio para lograr un objetivo. Pero como ignoramos para qué sirve la universidad, no sabemos cuál es la utilidad de las becas. Seguimos sin tocar el problema de fondo.

España dispone de 50 universidades públicas y 31 privadas, repartidas en 236 campus, para atender a millón y medio de universitarios. A menudo se imparten en ellas las mismas disciplinas, algo que genera ineficiencias y duplicidades. Lo razonable sería analizar qué Universidad necesitamos: una masificada con alumnos desmotivados y profesores mal pagados o una que busque la excelencia y amplíe el conocimiento.

Ninguna Universidad española figura entre las 200 mejores del mundo. ¿No es este un indicador de que nos estamos equivocando en algo? ¿No deberíamos tomar ejemplo de universidades como Berkeley, Cambridge, Stanford o el MIT, que contribuyen a la creación de empresas y cimentan el desarrollo económico?

*Leer el informe de expertos encargado por el ministro Wert.

Nos sentimos frustrados

Nos sentimos frustrados

Se nos pide que renunciemos a nuestro mundo, a unas aspiraciones que ya no son realizables, y este es un proceso doloroso, que implica sufrimiento.

Hay una generación de españoles que soñó con tener un par de zapatos nuevos, otros aspiraban a comprarse un utilitario, otros planificaban vacaciones al extranjero o una operación de estética, según la época en la que hayan crecido. Nos hemos apegado a lo material, la felicidad consiste en tener, en satisfacer necesidades ficticias que nos crea la sociedad de consumo. Ahora nos sentimos frustrados porque nuestros anhelos son irrealizables. Esperamos lo que nos prometieron y sentimos la injusticia encarne propia.

Seremos desdichados mientras no encontremos alternativas de felicidad.

Habla, Mariano

Habla, Mariano

Sabemos por los papeles de Bárcenas que el presidente Rajoy pudo haber cobrado de forma indebida un dinero de origen dudoso mientras formaba parte del Gobierno. De confirmarse este hecho, el presidente debe dimitir. Los hechos de los que se le acusa son ilegales y quebrantan la Ley de Incompatibilidades.

Rajoy ha negado públicamente haber recibido ese dinero, pero un político no puede mentir cuando se cuestionan sus actuaciones y, si llega a confirmarse que mintió, no debe gobernar España.

Mariano Rajoy no puede dar la callada por respuesta a unas acusaciones tan graves, que le mantienen bajo sospecha y arrinconado contra las cuerdas por el ex tesorero del PP. Ya es hora de que diga la verdad y asuma las consecuencias.  

La parte que repugna de los sanfermines

La parte que repugna de los sanfermines

“La levantaron entre un grupo de varios chicos, le gritaron que les enseñase los pechos y ella se negó, pero no se podía zafar porque la tenían agarrada por las piernas y la salpicaban continuamente con vino. Luego, comenzaron a acercársele un montón más de manos hasta que le acabaron rompiendo la camiseta por detrás. Mis amigos intentaron protegerla, pero la gente se seguía acercando igual para sobarla”. Estefanía Fonseca relata la escena que presenció el pasado sábado en la plaza Consistorial de Pamplona, momentos antes del lanzamiento del chupinazo que inauguraba las fiestas de San Fermín.

Durante los sanfermines, las agresiones sexuales en grupo se producen con la impunidad que provocan las aglomeraciones y un ambiente festivo sin normas, pasado de alcohol. Estos actos alcanzan tal gravedad que distintas organizaciones sociales de Pamplona han realizado una campaña de denuncia, habilitado un número de teléfono para atender las denuncias de las víctimas. Numerosas pancartas con los lemas Babosoak, ez (Babosos, no) y No to sexist aggression (No a las agresiones machistas) podían verse colgando de los balcones de las calles del centro de Pamplona.

Desde las plataformas Mujeres contra la Violencia Sexista y Gora Iruñea! se plantean hacerle una serie de propuestas al ayuntamiento de la ciudad para que se tomen “medidas preventivas, de intervención y asistencia". Entre ellas, incluir en el programa oficial de las fiestas un mensaje claro contra todo tipo de agresiones sexistas, una campaña de sensibilización antiagresiones de este tipo antes de sanfermines o cursos de autodefensa para mujeres. Además, se han organizado talleres de prevención de violencia contra las mujeres y se ha creado un mapa con los puntos negros de la ciudad.

Cada año, cuando acaban las fiestas, se escuchan comentarios sobre las violaciones que ha habido, pero nunca se aborda el alcance que tienen estos hechos. No se le da al problema la importancia que tiene. Al fin y al cabo son fiestas, hay que divertirse, aunque sea a costa de una mujer.

*Leer más sobre el tema:

Deia

X ser mujer

Cenicientas 3.0 (Facebook)

Reflexiones pesimistas

Reflexiones pesimistas

Somos asesinos, exterminadores, dañinos, dominadores, insolidarios, egoístas, miopes, malvados, embusteros, inhumanos, cobardes, dependientes, desvalidos, codiciosos, una peligrosa jauría de alimañas, una tribu de primates.

Queremos mejorar, pero nadie lo hace. Yo lo haría, pero si los demás no lo hacen…, nos excusamos. Así que nadie hace nada. Volvemos a la barbarie, a las cavernas.

Todo cuanto hay en el mundo es mercancía. No hay ética que nos mueva. El poder es el dinero y la guerra del capital contra la sociedad y contra el futuro se libra ya desde hace tiempo.

Somos viajeros extraviados, hemos perdido el rumbo y nos necesitamos unos a otros para encontrar el camino, pero prevalece el sálvese quien pueda. Aún no somos conscientes de que solos no podemos.

Caminamos aislados por el bosque calcinado de la esperanza, eso sí lo hacemos conectados con los supuestos amigos de facebook, con nuestro iphone en la mano.

Inseguridad sanitaria

Inseguridad sanitaria

En Grecia, debido a la trágica situación del sistema de salud del país, inmigrantes, pensionistas y familias con hijos se ven obligados a recurrir a la atención médica que prestan las ONG.

En España, vamos camino de lo mismo. Una de cada cuatro familias ha caído en la exclusión social y la red de servicios sanitarios que proporciona la Seguridad Social se debilita cada día. El copago se ha incrementado, la atención a personas dependientes y a otros grupos vulnerables, se reduce y queda restringido el acceso a la salud para inmigrantes irregulares. La inseguridad sanitaria aumenta peligrosamente.

Costará evaluar las consecuencias de este retroceso, y cuando lo hagamos será ya tarde. Familias de bajos ingresos con enfermos de cáncer que ven cómo se triplicada su factura sanitaria; la nutrición infantil queda afectada por la eliminación de becas de comedor y el desplome o la ausencia de ingresos de sus padres; inmigrantes que mueren de tuberculosis sin recibir atención médica adecuada; servicios recortados; médicos despedidos… Nos estamos quedando sin la protección sanitaria del Estado.

Si los políticos que nos gobiernan fueran capaces de analizar la situación, se darían cuenta de su iniquidad. No es posible evaluar unas reformas cuando se llevan a cabo sin debate público y se ocultan y distorsionan las cifras para justificar, por ejemplo, la exclusión sanitaria de los inmigrantes. El Partido Popular aboca al país a situaciones injustas y angustiosas para millones de ciudadanos que pueden provocar un estallido social, multiplicó por cinco el número de trabajadores extracomunitarios en situación irregular y omite la estimación del coste que representa saturar las urgencias, ignorando el riesgo sanitario que conlleva que enfermedades infecciosas queden sin ningún control.

Las medidas que se toman son aberrantes y hay que prepararse para lo peor. Se creó un programa de reducción del “fraude” para dejar fuera del sistema sanitario a los inmigrantes, pero aplicando la misma lógica, podemos quedarnos sin cobertura sanitaria los parados, los discapacitados totales o las amas de casa que no han cotizado.