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Lo que se nos viene encima

Lo que se nos viene encima

En los siguientes capítulos  iré exponiendo mis impresiones sobre la actualidad, tal y como yo la veo. Me gustaría que hubiera participación, aportación de ideas, críticas y, sobre todo, ganas de cambiar el mundo. Me niego a quedarme quieta y esperar a que el problema se resuelva por sí mismo, pero estoy sola. Cuantos más seamos, más oportunidades tendremos en el juego del poder. Así que os animo a intentarlo. Que nunca digan de nosotros no plantamos cara al adversario, que nos rendimos antes de empezar la batalla.

Capítulo 1

En el mundo que viene, una reducida élite de mega ricos dominará al resto de la población mundial. Seremos esclavos, trabajaremos por un plato de comida que nos mantenga con vida para seguir trabajando.

El planeta tiene un espacio y unos recursos limitados, la población no para de crecer. El desajuste debe compensarse. ¿Cómo? Eliminando a los individuos que no sean productivos o rentables.

El genocidio pasivo o por omisión se está produciendo ya. La hambruna devasta África, Asia, Sudamérica y el hambre se acerca ya a la puerta de nuestras casas europeas. A los ciudadanos se les niega el pan y a los enfermos las medicinas. Quien no puede costearse la vida por su cuenta, no tiene derecho a vivir, se le deja morir.

Capítulo 2

Nos han hecho creer que la política y los políticos están al servicio de los ciudadanos. Nosotros, pobres imbéciles, de tanto escuchar esta mentira, la hemos tomado por cierta. Pero los políticos son unas marionetas y la política solo sirve a una reducida élite financiera, que es la que domina el cotarro. Ellos deciden los movimientos bursátiles, los porcentajes sobre el beneficio, quién se salva y quién se hunde. Se llaman troika, hombres de negro, FMI… Son entes abstractos, sin cara, nadie los ha elegido, pero ahí están, decidiendo sobre nuestras vidas.

Capítulo 3

Gracias a las nuevas tecnologías, el mundo es más pañuelo que antes. Estamos interconectados, las noticias vuelan, desde un teléfono móvil puedes acceder a todo el conocimiento de la humanidad. El conocimiento es bueno para los ciudadanos, pero resulta nefasto para los planes de la élite. Desde el antiguo Egipto hasta ayer mismo, el saber se administraba con cuentagotas a una población ignorante. Quien descollaba en alguna disciplina científica o humanística que trastocara el orden establecido o se considerase peligroso para el mismo, se “suprimía”. Así de sencillo.

Ahora este sistema ya no funciona, por eso se ha inventado otro. Ponen en nuestras manos una tecnología que controlan y con la que nos controlan. Siguen dominando el mundo.

Pensamos que nos manejamos bien con la informática, el ordenador, internet… En realidad no sabemos nada de nada. Apenas alcanzamos a clicar sobre entrar o enviar, del resto se encargan ellos. Con el smartphone y el GPS nos controlan las 24 horas del día, en cualquier lugar. Saben dónde estás, qué haces, conocen tu círculo de amistades, tus aficiones, qué te interesa… Lo saben todo sobre nosotros. Nosotros lo ignoramos todo de ellos. Juegan con ventaja.

Capítulo 4

Hasta no hace mucho, uno de los métodos de control más poderosos eran las guerras, con ellas se reajustaba el poder, se equilibraba la sociedad. Pero una guerra es muy cara, por eso nos están preparando poco a poco para lo que se nos avecina.

Desde el cine, desde los medios, van abonando el terreno. Siembran su discurso y nos distraen de lo importante. Noticias contradictorias, información falsa, pérdida de valores, aislamiento del individuo. Ese animal de compañía que todos tenemos en casa, emite programas destinados a evitar que pensemos. Mientras te posicionas a favor o en contra de un tertuliano, mientras ves el capítulo tres mil novecientos dos de tu serie favorita, no piensas en tu futuro ni en el de la sociedad. Del trabajo a la cama, pasando un rato por el bar, así transcurren los días sin que hagamos nada de valor.

Capítulo 5

El crecimiento rápido y sin ninguna regularización se construyó sobre el sector financiero. El crédito se expandió rápidamente, se realizaron apuestas muy arriesgadas y solo una parte de ellas se canalizaron hacia inversiones productivas en la industria. Entonces explotó la burbuja. La liquidez desapareció y la economía real entró en un círculo vicioso: tener que pagar las deudas insostenibles a través de una austeridad que hace que la inversión vuelva a caer en picado, que la ratio deuda/ingresos se mantenga prohibitivamente alta y que el crecimiento se vuelva negativo.

¿Cómo se está intentando revertir esta situación? De ninguna manera. Las medidas que se adoptan van encaminadas a que la situación se perpetúe. Los gobiernos y los bancos centrales financian a los bancos para reflotar el sector financiero, el único sector que se halla en proceso de recuperación y vuelve a crecer, mientras que la economía real no deja de menguar.

Especialmente cruda es la situación en lo que se ha dado en denominar “la periferia de la zona euro”, aquí se encuentra España. La imposibilidad de la devaluación por culpa de la unión monetaria, junto con la carga desproporcionada del ajuste que cae sobre los países deficitarios, garantiza una depresión muy larga. Esto es precisamente lo que quiere decirse con el eufemismo de crecimiento negativo y elevado endeudamiento.

Este fenómeno ya se dio por primera vez en la década de 1930, pero no hemos aprendido nada desde entonces y seguimos empeñados en cometer los mismos errores. Errores que también benefician a los de siempre.

Capítulo 6

Me referí a ellos, a los entes abstractos, en el capítulo 2. Hace unos días, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advertía de que un problema económico de Estados Unidos afectaría seriamente al mundo entero. Por esta razón, el flujo de dinero hacia Wall Street no cesa y los entes harán todo lo posible para que siga siendo así.

Las élites políticas ya se ha puesto en marcha y Wall Street, la City de Londres y Frankfurt, por enésima vez, se han inundado de dinero. La tragedia es que este capital no está siendo útil a la hora de impulsar la inversión y la demanda de los consumidores. Así es que la crisis de la economía real perdurará largo tiempo, hasta que lleguemos a la situación expuesta en el capítulo 1. El 99 % de la población en la miseria absoluta. El 1 %, la élite, nadando en la opulencia más ominosa.

Capítulo 7

Los gobiernos nacionales se encuentran atados de pies y manos, sin margen de maniobra, al servicio de los bancos y de los fondos de inversión. Una vez que se produjo la quiebra, después de que la crisis se extendiera por la zona euro, las políticas nacionales de inversión están restringidas. Pero en las cumbres de la UE nadie da un puñetazo en la mesa, nadie se planta, nadie dice: No.

Se siguen aplicando políticas económicas similares a las que se hacían antes de 2008. Entonces se puso en manos de los banqueros el poder para explotar los excedentes de la sociedad. Los bancos han quebrado y todos trabajamos para tapar el agujero negro que tienen en sus cuentas.

Capítulo 8

La pobreza como destino. El objetivo está claro. En un mundo globalizado, lo que le ocurre a uno nos afecta a todos. China es el único país que tiene crecimiento, pero el crecimiento chino no se mantendrá sin la recuperación de Estados Unidos y la recuperación de Estados Unidos depende, en buena parte, de la recuperación europea. El crecimiento de Sudamérica, los países del sur de África y la India dependen completamente del crecimiento chino.

¿Qué hace Europa en este contexto? Ha creado una recesión innecesaria y evitable que está hundiendo el bienestar del planeta.

Capítulo 9

El desastre inminente no nos moviliza. De manera que las élites tienen en nuestra conformidad su principal fuerza motriz. Pese a la debacle que estamos sufriendo, no se aprecian signos evidentes de cambio, todos parecemos resignados con nuestro sino.

Nos estamos dejando vencer sin oponer resistencia, sin luchar por defender unos derechos que nos costó siglos adquirir. Les estamos haciendo el juego. Son listos y lo saben. También saben que somos una masa de borregos y, sin líderes claros, nos convertimos en una anárquica masa de borregos. Desunidos, descoordinados, sin objetivos definidos. ¿Les suena de algo el aforismo latino: Divide y vencerás? Pues es lo que han hecho con la sociedad, dividirla para derrotarnos.

Y ahora ¿qué? El futuro está en nuestras manos y dependerá de lo que hagamos hoy: quejarnos o luchar. Luego no habrá remedio. La estrategia de las élites se habrá consumado y nosotros habremos sido sus cómplices.

Quieren que lloremos, no que nos rebelemos

Quieren que lloremos, no que nos rebelemos

Quieren que lloremos, no que nos rebelemos. Por eso la televisión pública nos ofrece la posibilidad de ser solidarios y ayudar a otros más necesitados. El programa “Entre todos”, de la 1, nos invita a pagar el comedor escolar de un niño, a aliviar la factura de la calefacción de un anciano, a solventar averías caseras que el perjudicado no puede permitirse reparar… Las personas que colaboran, movidas por la lástima, aportan pequeñas cantidades.

Todos sabemos qué es pasarlas canutas, hacer malabarismos para llegar a fin de mes, así que no nos cuesta ponernos en la piel de tantas víctimas de la crisis. Los necesitados de ayuda no protestan, no se quejan, no reivindican sus derechos, no exigen una respuesta al Gobierno que tan aplicado está en usar la tijera, solamente piden. Lo vergonzoso es la forma descarada en que se promociona y enaltece la solidaridad ciudadana, que se ve forzada a sustituir la necesaria ayuda del Estado, un estado que escurre el bulto ante sus deberes y apela a nuestra buena voluntad para que seamos los ciudadanos la ayuda económica de quienes se están quedando sin nada.

¿Qué resuelve que ayudemos a comprar los libros de texto de un niño cuando más de medio millón de chavales ha perdido esta ayuda? ¿Quién paga los libros de este medio millón de niños?

El mensaje social es claro: No acudas al Gobierno, recurre a los demás. No luches por los derechos que te han robado, no denuncies el fracaso de las políticas aplicadas para salir de la crisis, no culpes a los políticos, no reclames justicia social. La solidaridad es la respuesta.

Los años perdidos

Los años perdidos

No sé a quién echarle la culpa del desastre económico que sufre España. Rajoy el Nefando, como presidente y jefe de Montoro, De Guindos, Báñez, Mato… y todos los miembros de un gobierno incompetente e ineficaz para gestionar la situación de crisis, pasará a la historia por su ineptitud.  

La política de rentas nos devuelve al siglo pasado, a su primera mitad, y nos empobrece hasta unos límites inmorales. La subida de impuestos alargará la salida de la crisis hasta el día del Juicio Final, por la noche. La reforma de la administración se acomete congelando el sueldo de los empleados públicos. La reforma laboral consiste en crear mano de obra barata. Por último, lo más grave, la herida que más sangra, es el recorte en las pensiones de jubilación.

El 2014, el séptimo año de la crisis, será otro año perdido gracias a los nuevos presupuestos. La deuda pública puede llegar al 100% del PIB, el déficit fiscal será uno de los más altos de la eurozona y el desempleo seguirá asfixiando a la cuarta parte de la población activa. Cierto es que se han estabilizado algunos desequilibrios económicos relacionados con el sector exterior y con las cuentas de las Autonomías, pero a qué precio. Paro y destrucción del tejido productivo, en apenas cinco años han desaparecido 20.000 industrias.

La bajada de salarios y los recortes en el sector público reducen el consumo interno y hacen que se contraiga el PIB, algo que no contrarrestan, ni de lejos, las exportaciones. El hachazo a los salarios y a las pensiones ha decapitado el Estado del Bienestar. El “muerto” más importante es la Seguridad Social porque las bases de cotización de sus afiliados no dejan de caer, aunque también tiene un lado bueno, bueno para las multinacionales establecidas en España, que necesitan mano de obra barata para exportar.

Los ciudadanos soportamos unos tipos de interés real tan elevados que anulan todos los esfuerzos que nos vemos obligados a realizar para poner en marcha el país. Por decirlo en unos pocos datos: entre los años 2007 y 2012, España ha sido el país de la UE en el que más ha crecido el gasto público en relación al PIB: 8,8 puntos. Esto significa que, pese a los durísimos ajustes, no hay recuperación, la política monetaria que se lleva a cabo no sirve para empujar el crecimiento económico.

Hemos perdido un tiempo precioso y seguiremos así indefinidamente si no se aplican otras medidas más eficaces. La competitividad no debe basarse exclusivamente en los costes salariales. Las exportaciones no deben fundamentarse en salarios bajos. Así nunca alcanzaremos un nivel de vida digno. Aunque vistas las actuaciones del gobierno de Rajoy el Nefando, tal vez este sea el auténtico propósito de las medidas que adopta.

Mi Bukowski

Mi Bukowski

Infancia difícil. Maltratado por su padre. Bebedor a los 13 años para olvidar las amarguras de la vida familiar. Estudiante de arte, periodismo y literatura. Empleado en un matadero o como matón de burdel. Siempre empleos de un día, a lo sumo una semana. A los 39 años un puesto en la oficina de Correos de LA.  Colaboraciones en revistas alternativas y periódicos independientes. 1967, aparece su ángel de la guardia, se llama John Martin y le promete 100 dólares semanales de por vida a cambio de sus palabras. “Tengo dos opciones, permanecer en la oficina de Correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre”. Buena elección. Pasaporte al otro barrio sellado por la leucemia. En la lápida una recomendación: “Don’t try” (No lo intentes). Henry Chinaski o Heinrich Karl Bukowski, como ustedes lo prefieran. Borracho, preso en una sociedad cuyos valores le asquean, dolorido, descarnado, sucinto, vagabundo ácido que va de una mujer a otra. Sus obras huelen a cerveza y a fluidos sexuales y saben a crudeza dramática. Sin piedad. Con tristeza. Su fama de escritor maldito es injusta. Bukowski no admite etiquetas.

De qué crisis estamos saliendo

De qué crisis estamos saliendo

El concepto de recesión económica tiene diversas acepciones, según estemos en Europa o en Estados Unidos, pues no existe consenso para definir exactamente cuándo una economía entra en recesión y cuándo sale de ella.

En Europa, una economía entra en una recesión cuando acumula dos trimestres consecutivos de caída del PIB, y sale de ella cuando encadena dos trimestres consecutivos de crecimiento positivo. En Estados Unidos se utiliza una amplia serie de variables que incluyen: empleo, consumo, producción industrial, pedidos y encuestas de opinión para evaluar la situación económica. Con esta técnica se evitan las falsas alarmas o datos manipulados que pueden confundir a los agentes económicos.

Utilizar solo el PIB para medir la entrada y salida de la recesión nos lleva a errores. Un ejemplo claro lo tenemos en España, que en 2011 cerró con un crecimiento ridículo del 0,1%, pese al cual todas las principales macromagnitudes mostraban una tendencia negativa, especialmente inversión, empleo y consumo.

Las últimas cifras de consumo son concluyentes. Las ventas minoristas hasta julio acumulan ya tres años de retroceso. La venta de automóviles en 2013, hasta agosto, ha caído más de un 10%, el número de hipotecas se ha desplomado. La renta disponible a lo largo de los últimos dos años retrocede más de un 15%. Todo esto indica que la salida de la recesión está muy lejos.

La tasa de inversión privada sobre PIB se sitúa un 40% por debajo de los valores anteriores a la crisis e indica cuánto tiempo habrá de pasar para recuperar las cifras de crecimiento potencial de la economía española. La restricción del crédito financiero para hogares y empresas sufría un descenso del 10% anual en junio, sin parangón en la UE. Falla el acceso a la financiación y el consumo se halla tan deprimido que la supuesta subida de las exportaciones apenas tiene impacto en la economía española. Por más que se empeñen en pintarnos de color rosa la situación que vivimos, las decisiones de consumo e inversión no van a cambiar y esto influye en la producción industrial, que suma más de tres años de caídas ininterrumpidas. Por si faltara algo, la tasa de empleo apenas llega al 50% y la de actividad ya va por debajo del 60%.

La economía española solo va bien para Montoro y De Guindos, porque hasta el más tonto es capaz de ver que tenemos crisis para rato.

Bendita austeridad

Bendita austeridad

Según el Gobierno de Rajoy, la austeridad es la panacea que todo lo cura y resucitará a España de la muerte por asfixia, tras años apretándonos el cinturón.

Con la austeridad

encontrarán empleo 6.000.000 de parados,

se mantendrán las pensiones para un 17% de población,

el 20% de jóvenes menores de 20 años, tendrá un futuro halagüeño,

los 2.000.000 de familias que no tienen ingresos llegarán a fin de mes con los pagos cubiertos y el estómago lleno,

las 500.000 personas que han tirado la toalla y ya no buscan empleo verán incentivos suficientes para seguir luchando,

la subida de los precios será historia, así como la caída de los salarios, el cierre de empresas, la casi ausencia de consumo y la recesión, que nos permite un crecimiento del PIB del 0,3%. 

dejarán de cercenarse los derechos de los trabajadores,

recuperaremos el Estado del Bienestar.

Con la austeridad

Seguimos teniendo 445.568 cargos políticos, el doble que Italia, el doble que Francia. Por comparar, tenemos 165.967 médicos, 43.292 profesores universitarios, 154.000 policías y 19.854 bomberos.

aeropuertos sin aviones,

trenes sin pasajeros,

carreteras sin coches,

dedocracia,

opacidad en la función pública,

600 millones menos para programas investigación,

7.000 millones menos para Sanidad,

3.000 millones menos para Educación.

Esto ocurre mientas tú duermes.

Nueva ley hipotecaria

Nueva ley hipotecaria

La futura ley hipotecaria europea llega demasiado tarde para miles de españoles a los que nadie resarcirá del quebranto económico y de los graves perjuicios familiares, sociales, profesionales y personales que han sufrido. Con la nueva ley, quien contrate una hipoteca estará mejor asesorado e informado sobre los costes y las consecuencias de realizar este trámite y más protegido en caso de impago. Queda pendiente la aprobación definitiva de la ley en el Parlamento Europeo (PE) y que los Estados miembros adapten la directiva europea a sus respectivas legislaciones nacionales. El plazo para hacerlo será de dos años.

La nueva ley incorpora cambios significativos como los siguientes:

1- Se establece un término de siete días de reflexión.

El consumidor dispondrá de este periodo obligatorio antes de firmar un contrato hipotecario y también del mismo periodo de siete días para retractarse tras la firma, según lo decida cada país.

Aquí puede colarse una trampa: Como resolver un contrato hipotecario conlleva una serie de costes como la notaría, la tasación o las comisiones bancarias, el banco podría imponer unas comisiones lo suficientemente altas como para desanimar al cliente que decida dar marcha atrás.

2- Antes de firmar cualquier contrato, el consumidor tendrá que recibir, en papel o en formato electrónico, información general clara y comprensible sobre los contratos de crédito para conocer el coste total y las consecuencias financieras a largo plazo.

También deberá ofrecerse al consumidor información personalizada para comparar los créditos disponibles en el mercado y tomar una decisión fundada sobre la conveniencia de suscribir la hipoteca.

3- La ley exigirá una tolerancia razonable antes de proceder a las ejecuciones de desahucios.

Asimismo, se limitarán los cargos por impago.

Se impedirá a los Estados miembros que se opongan a la dación en pago acordada entre las partes.

Se impone el deber de buscar el mejor precio por la venta de la propiedad en las ejecuciones y se exige a los países de la UE que faciliten el pago, protegiendo a los consumidores y evitando el sobreendeudamiento a largo plazo.

3- Los bancos tendrán que ser autorizados, registrados y supervisados por las autoridades nacionales para asegurarse de que cumplen requisitos profesionales estrictos.

Con ello se pretenden reforzar los criterios de evaluación de la solvencia del comprador y frenar la concesión de hipotecas a personas que no puedan pagarlas.

 

4- Se prohibirá a los bancos hacer ofertas de crédito condicionadas a la compra de seguros y otros productos financieros de un proveedor concreto.

De esta forma los consumidores podrán realizar el cambio de proveedor. Aunque productos como una póliza de seguro, si se compran en otro lugar, deberán tener el mismo nivel de garantía exigido por el prestamista.

5.- Flexibilidad en el pago y derecho del prestatario para pagar el préstamo antes de tiempo.

La entidad bancaria tendrá, en este supuesto, derecho a recibir una compensación justa por los costes de ese reembolso anticipado, pero no podrá imponer multas adicionales para desincentivar la amortización.

Conviene saber que los contratos y las condiciones de los préstamos hipotecarios los propone el banco, pero acertar o rechazar estas cláusulas es algo totalmente voluntario.

 

Filosofía de la música

Filosofía de la música

Con la filosofía griega comenzó también la reflexión sobre la música. Los griegos fueron los autores de los primeros escritos de teoría musical: Aristóteles, Euclides, Nicómano, Aristoxeno. Desarrollaron el sistema de la escala así como una primera noción musical. La doctrina de la armonía cósmica de Pitágoras (entre 570 y 497-96 a.C.) tuvo una gran relevancia en el ámbito de la música. De acuerdo con la idea de que los números son la esencia de las cosas, Pitágoras creía que la distancia entre los planetas guardaba relación con las proporciones de longitud de las cuerdas en los tonos armónicos, y que éstas, a su vez, se correspondían con los movimientos del alma humana. Por eso, cuando giran, los planetas hacen música, una música que desgraciadamente somos incapaces de escuchar si nuestro comportamiento no es lo suficientemente moral.

Ruina caracolera

Ruina caracolera

El Banco central Europeo (BCE) abroncaba hace poco al gobierno español por su “pereza” en la aplicación de reformas y abroncaba a Bruselas por ser demasiado permisiva con el relajamiento español.

Por su parte, el Banco de España ha certificado en su boletín que la deuda pública española ha llegado al 92,2% del Producto Interior Bruto en el segundo trimestre del año. Esto significa que a fecha 30 de junio la deuda pública se comía ya más del 92% de toda la riqueza que genera el país. Así que apenas queda un 8% para educación, sanidad, servicios sociales, pensiones, infraestructuras, etcétera.

Esto significa que durante décadas y décadas estaremos endeudados. Por lo menos dos generaciones tendrán que pagar las deudas que hemos contraído ahora.

Y uno se pregunta: ¿Cómo es posible que subiendo impuestos y recortando el gasto de forma salvaje se dispare la deuda? Esto tendrá que explicárnoslo el Gobierno del PP, porque en un año el Gobierno de Rajoy aplicó dos recortes al presupuesto, el primero de 8.000 millones de euros y el segundo de 65.000 millones. Por si esto fuera poco, aprobó además la mayor subida de impuestos de la democracia. Los subió todos y creó otros siete nuevos, aún así la deuda pública se ha disparado y está descontrolada.

¿La explicación? Con la economía en recesión no se generan ingresos para cubrir gastos y por eso el tesoro ha tenido que acudir a subastas para emitir más deuda. El morro del Gobierno es descarado cuando alardea de lo bien que se venden las letras y bonos del Tesoro.

La cruda realidad

La cruda realidad

La realidad irrumpe a través de los televisores y periódicos. Pasado un rato dejamos de prestarle atención, desconectamos el aparato o cerramos las hojas, y su efecto devastador desaparece. Para bien o para mal, la vida sigue.

España está inmersa en una crisis económica, es algo que todos sabemos. Hay menos trabajo, más despidos, incertidumbre, pesimismo y en general, muchísimas dificultades para vivir, teniendo dinero a final de mes y una sensación de tranquilidad al irte a dormir. Aunque estemos en el hemisferio norte del planeta, en una de sus partes buenas, muchas personas han perdido toda fuente de ingresos, su casa, sus ilusiones y, en muchos casos, hasta las ganas de luchar para intentar salir adelante. Aun así, podemos considerarnos afortunados en la desgracia, porque en este primer mundo nuestro no padecemos las guerras, el hambre o la pobreza que sufren otros países.

Es obvio que ante una misma situación, no todo el mundo reacciona igual, ni la gestiona igual, ni le afecta igual, ni tiene la misma suerte. De hecho, los ciudadanos tenemos lo que nos hemos ganado. Obtenemos en nuestro país, derechos, obligaciones, libertades y todo aquello por lo que hemos luchado. También carecemos de todo aquello que no nos hemos propuesto obtener y que, sin embargo, otros han sabido aprovechar. Lo diré de otra forma. Si el partido ganador en las elecciones al Gobierno nos sodomiza con impunidad y alevosía, es por culpa de las personas que le han votado y de todas las que no han luchado por un sistema electoral y una forma de Gobierno más justo, eficiente y adaptado a las necesidades del siglo XXI.

Libros con conciencia social

Libros con conciencia social

Buena crisis: hacia un mundo postmaterialista de Jordi Pigem.

Después de cinco años de crisis, empezamos a estar hartos de ella y quizá sea el momento de plantearnos cuál es el origen de esta hecatombe que sufrimos en la actualidad. El filósofo Jordi Pigem reflexiona sobre cómo la depresión económica que vivimos es solo un síntoma de otra crisis sistemática mucho más grave y que está directamente relacionada con nuestra forma obsoleta de entender el mundo.

A la puta calle: crónica de un desahucio de Cristina Fallarás.

Decenas de personas sufren cada día en España el drama de ser desahuciadas. Son personas que, hasta la llegada de la crisis, tenían una vida normal, un trabajo, unas responsabilidades familiares, un proyecto de futuro. Ahora se ven sin trabajo, sin techo, sin nada. La periodista Cristina Fallarás cuenta en este libro sus vivencias personales, cómo pasó de ser subdirectora de un periódico a verse en la calle, embarazada de ocho meses y haciendo lo imposible para salir adelante tragándose la rabia y la vergüenza.

Artur Mas: ¿Dónde está mi dinero? de Café amb llet.

A finales de 2012, la revista digital Café amb llet publicó en Youtube un vídeo reportaje sobre la opacidad en el sistema sanitario catalán titulado “El mayor robo de la historia de Cataluña”. Se le condenó a pagar una multa de 10.000 € por haber “dañado el honor” de uno de los asesores de Artur Mas. Tras recibir el apoyo de centenares de personas que se ofrecieron a ayudar, los editores de la revista reaccionaron con una buena idea: publicar un libro detallando todo lo que no conocemos del mal funcionamiento de la sanidad catalana. En tan solo 12 horas consiguieron el micromecenazgo necesario para poder publicarlo y ahora se encuentra al alcance de los lectores, que descubrirán las mentiras que nos cuentan al decirnos que no hay dinero para ofrecer una buena sanidad a los ciudadanos catalanes.

No logo: el poder de las marcas de Naomi Klein.

Este libro es una crítica feroz al comportamiento de las grandes empresas. Naomi Klein nos lleva por el mundo en un recorrido que incluye desde las más lujosas tiendas de ropa hasta los talleres indonesios en los que se explota a los trabajadores y nos anima a plantarnos ante las prácticas de la llamada “nueva economía” y sus oscuras caras.

Una generación blanda

Una generación blanda

Los padres procuran el mayor bienestar posible para sus hijos. Una loable actitud que en los últimos tiempos ha llegado a alcanzar niveles excesivos. La denominada sobreprotección parental (overparenting) es cada vez más común y sus efectos a medio plazo resultan muy perjudiciales para el desarrollo emocional e intelectual del niño.

Los padres crían a sus hijos en un estado de indefensión e impotencia que les generará dificultades en la vida adulta, pues “carecerán de los recursos emocionales necesarios para hacer frente al fracaso por ellos mismos”, según advierte un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) en el estudio Can a parent do too much for their child?

La sobreprotección tampoco ayuda a disminuir las tasas de fracaso escolar, más bien al contrario, como relevaron los 128 profesores encuestados para la realización del informe. Una equivocación común es pensar que todo vale con tal de que los hijos obtengan buenas notas, incluyendo el plagio de trabajos, la realización de los deberes del niño… El fracaso (suspender un examen o tener que repetir una tarea hasta hacerla correctamente) es positivo porque el alumno aprende de sus propios errores, es cada vez más autosuficiente, ingenioso, competente y gana en confianza.

El mayor peligro de la sobreprotección es que mina la independencia y anula la capacidad de respuesta ante las dificultades que se presentan. Pero a los padres les resulta complicado asumir el fracaso de sus hijos sin intentar evitarlo. El sentimiento de culpabilidad y de corresponsabilidad se apodera de ellos con excesiva frecuencia.

La consecuencia de ser padres sobreprotectores es que los niños han dejado de asumir la responsabilidad de sus actos y las consecuencias naturales de estos. Ayudar al niño a que reflexione y darle solamente pistas para que él mismo encuentre sus propias respuestas es la forma más correcta de actuar y beneficia tanto a los niños como a los padres y profesores.

Por qué se abolió la esclavitud

Por qué se abolió la esclavitud

La esclavitud en Estados Unidos no se abolió por cuestiones humanitarias sino por razones económicas. Llegó un momento en que las máquinas y los esclavos dejaron de competir en costes y se convirtieron en un problema para los dueños de plantaciones. Los más avispados vieron fácil la solución: liberar a los animales de dos patas, librarse de estos improductivos recursos para comprar máquinas. Un kilo de combustible fósil produce la misma energía que cuatro o cinco esclavos trabajando durante todo un día. Así que el triunfo de la maquinaria estaba cantado. Porque, además, una máquina no enferma, no come, no protesta, no escapa, no duerme, no se cansa. Era una cuestión puramente económica.

Siria. Otra vez, no

Siria. Otra vez, no

Según la versión del Ejército Sirio Libre, el pasado miércoles 21 de agosto, las autoridades sirias bombardearon con gas sarín la región de Ghoutta, cerca de Damasco, y provocaron un total de 1.700 muertos. Las autoridades alemanas, británicas y francesas actuaron rápidamente para que se convocara una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU en la que habría que autorizar que observadores de la ONU investiguen sobre el terreno la veracidad de esta información.

Las noticias que se nos ofrecen al respecto dan los hechos por ciertos y en YouTube se han colgado vídeos de los supuestos ataques que ni afirman ni desmienten nada.

Las autoridades rusas denuncian una campaña de propaganda planificada de antemano, los medios occidentales se limitan a repetir la versión que ofrece el Ejército Sirio Libre, sin verificar los hechos. Desde Irán se señala que el uso de armas químicas por parte de Siria es injustificado, pues su ventaja y logros militares son innegables.

La situación asusta. Todos recordamos que en el año 2003 Estados Unidos se valió de una acusación falsa de posesión de armas de destrucción masiva para provocar una guerra. Colin Powell, por aquel entonces secretario de Estado, mostró ante el Consejo de Seguridad de la ONU una ampolla de gas licuado como prueba de aquellas alegaciones. Tiempo después, una vez consumada de la destrucción de Irak, Powell reconoció que las pruebas eran falsas y que había mentido a la comunidad internacional.

Rajoy resistirá

Rajoy resistirá

Una, en su ingenuidad, piensa que quien llega a situarse al frente del gobierno de un país democrático debe cumplir ciertos requisitos. Mi cerebro, siempre racional y analítico, se muestra en ocasiones simplificador y es capaz de hacer razonamientos que la realidad demuestra equivocados. Por ejemplo, la persona que lidera un país como España tiene que descollar en algo, no puede ser un mindundi. Rige los destinos de 46 millones de personas y alguna cualidad excepcional ha de tener: inteligencia, carisma, empatía, capacidad de liderazgo, amplia cultura, aptitudes para la gestión y solución de problemas, saber comunicar… Mano de hierro, si me apuran.

Luego una ve las ruedas de prensa o las intervenciones en el Congreso de Mariano Rajoy y se le cae el cielo encima. El hombre que tiene en sus manos la vida de 46 millones de españoles es de mediana edad, pero parece un viejo cansado, sin energía y con cara de susto. Lee papeles para desmentir lo que dicen otros papeles que le tienen en jaque, a él y a toda su camarilla. Habla sin rubor ni vergüenza mientras anuncia los hachazos con los que ha previsto cortarnos el cuello, pero también baja la vista de tanto en tanto, porque le falta valor para mirar a la cara a un pueblo extenuado por la crisis, un pueblo y una crisis que le vienen muy grandes.

Quienes pusieron con su voto al señor Rajoy donde está, creyeron o confiaron, ignoro en qué porcentaje hicieron una u otra cosa, que sacaría al país del abismo negro en que se encuentra y tomaría el camino correcto para llevarnos al crecimiento económico y la estabilidad. Todos supusimos que Rajoy tenía una idea clara sobre lo que debe ser España y que sus esfuerzos y su trabajo servirían para acercar al país a esa idea, sin embargo, estamos constatando que Rajoy hace exactamente lo contrario a lo que se comprometió como Presidente.

Rajoy es, y conviene no olvidarlo, el sucesor de Aznar, ese señor con bigote y arrogancia que nos embarcó en la coalición de una guerra absurda. No fue escogido por ser el miembro del partido en mejor disposición para ganar unas elecciones, ni por sus cualidades como gestor osado, capaz de emprender profundas reformas ante el inminente estallido de la burbuja y la consiguiente crisis. Rajoy lleva toda su vida en el partido, tuvo su primer escaño autonómico antes de cumplir los 30 años, y ha ido ascendiendo de escalafón peldaño a peldaño y gracias a su afinidad con el superior jerárquico. No es más que un anodino afiliado que ha medrado porque ha sabido resistir. Y ahí está. No sabe gestionar de manera eficiente la “cosa” pública, carece de talento, de iniciativas, no asume riesgos. Rajoy es un mediocre que se aferra a su puesto incluso ahora, cuando causa un daño evidente a su partido y a España. Si para algo está capacitado de verdad es para mantenerse.

Aunque la presión social, mediática, judicial y de la oposición se incrementen, Rajoy aguantará. Mantendrá su máxima sobre la vida: resistir. Dispone de una mayoría absoluta y del poder suficiente para decidir sobre las carreras políticas de gente de su partido, es decir, librarse de los díscolos. Si dentro del PP se produjese una rebelión y no lograra ser tan importante como para forzar su dimisión pero sí para hacer ruido, el miedo a las consecuencias posteriores, electorales e internas, puede desintegrar parcialmente al partido. Si fuera del PP no hay vida, porque la oposición está desarbolada y sin fuerza para plantar cara. Si los ciudadanos seguimos agazapados y muertos de miedo. Si no se produce un milagro, Rajoy resistirá.

Lovecraft negro de Houdini

Lovecraft negro de Houdini

En 1924, la revista Weird Tales decidió incrementar las ventas incorporando a sus páginas firmas de personas famosas y llegó a un acuerdo con el gran mago y escapista Houdini para publicar unos cuentos con su nombre. Houdini tenía escasa formación académica, tuvo que dejar la escuela en el sexto curso para contribuir al sustento de su familia y ejerció como limpiabotas o vendedor de diarios, pero este pequeño inconveniente lo suplió comprando el talento de un negro de lujo: Lovecraft. Lovecraft creó sus típicas atmósferas opresivas para el mago en el relato Bajo las pirámides, y hasta 1939 Houdini figuró como único autor de la historia.

Houdini reverenciaba la erudición y vivía atormentado por las carencias de su instrucción, algo que compensó haciendo de su casa una biblioteca, de la que se sentía muy orgulloso. A su muerte, acaecida en 1926, su colección de libros fue valorada en medio millón de dólares de la época, más de seis millones de dólares actuales, unos 4,6 millones de euros.

Si nos han de joder...

Si nos han de joder...

Cuentan que el diario “El Mundo” le pidió a Camilo José Cela que le escribiera una colaboración. Cela fijó la cantidad de sus emolumentos y en el periódico intentaron regatear. La respuesta del Nobel fue enviar la colaboración de manera gratuita, al final de su artículo había escrito unas líneas envenenadas en las que decía que los escritores son como los toreros y las putas, “pueden torear en festivales o joder de capricho, pero sin bajar los precios jamás”.

Esto viene a cuento de la última oferta laboral que he recibido. Se asume que todos andamos tan desesperados como para trabajar gratis, así, si el cliente queda satisfecho, es posible que nos vuelvan a contratar, esta vez cobrando. Pero ocurre que te siguen llegando ofertas de trabajo en las que no se paga nada y quienes ofrecen dinero, proponen una cantidad irrisoria, indigna, ofensiva. Con la excusa de la crisis, pretenden que trabajes sin horarios, sin contrato, sin garantías, sin cubrir siguiera los gastos de la electricidad que consume el ordenador mientras redactas lo que sea.

Un poquito de respeto, por favor. Cualquier trabajo vale algo más de 75 céntimos por artículo, más también que 15 euros por 75 artículos.

Seamos serios, podemos dejar que nos jodan, pero nosotros pondremos las condiciones.

Ideas

Ideas

Las calles del planeta se llenan de gente cabreada que agita las estructuras del poder. Los políticos no reaccionan. Los expertos no entienden qué sucede. Las reclamaciones ciudadanas son muy similares e igualan a los países en crisis y a los emergentes. En todas partes se pide una mejor redistribución de la riqueza y una democracia representativa, transparente y participativa. Nada más. Nada menos.

Las asociaciones y movimientos ciudadanos crecen espontánea y rápidamente. Todos coinciden en el diagnóstico de la enfermedad, pero no en la cura. A los políticos y a los poderes fácticos, por supuesto, no les interesa cambiar nada, perderían su actual estatus de poder y dominio. Ellos intentan poner parches, soluciones coyunturales, para que todo siga igual.

Crecer es la máxima aspiración en términos económicos. Pero ya ha quedado demostrado que el crecimiento a ultranza provoca graves desequilibrios, es decir, un mal mayor. La economía no debe basarse en el consumo desaforado, en cambiar de móvil cada año, en gastar lo que no tenemos. Tampoco se trata de volver al trueque, o de crear una moneda social. La cuestión es que nadie tiene la panacea. No sabemos cómo lograr un crecimiento realista y sostenible, una economía que produzca y redistribuya la riqueza sin que se genere un aumento constante del consumo. Esto es algo que hoy todavía nadie se plantea.

El gobierno de las instituciones también debería ser otro. Listas abiertas, democracia directa, control de las instituciones. Pero ¿cómo se consigue esto?

Por desgracia, yo solo tengo preguntas, ideas; carezco de respuestas y de soluciones. Aunque quizá si nos pusiéramos todos a pensar, si nos informásemos mejor, si contrastáramos nuestros criterios diferentes… Las distintas crisis que se han producido a lo largo de la historia han servido para concebir doctrinas cuyo objetivo primordial era el de cambiar un sistema anquilosado. El tiempo demostró que muchas de estas doctrinas se equivocaban, en algunos casos de forma dramática, pero aun así aportaron elementos positivos a la sociedad. Ahora nos hallamos ante un enorme reto: crear unas reglas de juego que solventen las deficiencias de una democracia anticuada y de una economía de mercado ingobernable. No surgen ideas, y necesitamos las soluciones ya mismo. Nos urge una solución global que marque las pautas de una nueva sociedad.

Si no somos capaces de sumar nuestras ideas, alguien vendrá para imponernos las suyas como sea. Es algo que ha ocurrido demasiadas veces en la historia.

Por qué no hacemos lo contrario

Por qué no hacemos lo contrario

El FMI y la Comisión Europea impusieron la austeridad fiscal y la devaluación interna. Esto ha servido para hundir el crecimiento económico de nuestro país, para acelerar la destrucción de empleo y para aumentar la deuda pública de España a un nivel insostenible. Pero estos organismos siguen recomendando los mismos remedios fallidos. ¿Asumirán alguna vez la irresponsabilidad de sus actos? ¿Cuándo se analizarán y valorarán las consecuencias de sus recomendaciones? ¿Saben que la bajada de los salarios reales en nuestro país no ha generado el incremento sostenible de la productividad? ¿Están al tanto de que en Islandia una subida promedio del 5% anual en los salarios ha propiciado el aumento del gasto social? ¿Conocen la propuesta de Obama de elevar un 30% el salario mínimo y reducir así la carga de la deuda? ¿Por qué en vez de escuchar a Olli Rehn no se hace caso a economistas como Raghuram Rajan, ex economista jefe del FMI y actual gobernador del Banco Central de la India, que anunció la crisis inminente que llegaba?

El último Informe Mundial sobre Salarios 2012-2013 publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dice que “cuando los salarios aumentan paralelamente a la productividad, ambos se mantienen sostenibles y estimulan el crecimiento de la actividad económica, aumentando el poder adquisitivo de los hogares”. Entonces, ¿por qué no se reestructura la banca y la deuda, se elevan los salarios y se aumenta el gasto social? ¿Quién hay detrás del FMI y de la Comisión Europea? ¿No serán unos pescadores en el río revuelto, unos desaprensivos que se aprovechan del dinero público para aferrarse a la poltrona?

La nueva derecha

La nueva derecha

La crisis que vivimos destruye el modelo social, derrumba valores, finiquita los derechos y libertades del individuo. En un estado social se produce la intervención pública en la economía, el mercado está vinculado a su función social y se defienden los derechos universales: educación, sanidad, pensiones…, el diálogo social y la progresividad fiscal.

La nueva derecha que nace de esta crisis desarrolla una dramática política antisocial, no da respuesta a las necesidades de los trabajadores y de los desfavorecidos, es agresiva en sus métodos de dominio y de explotación de la clase obrera frente a las grandes corporaciones y olvida a los partidos de izquierda y a los sindicatos. Armada con el poder que le concede el miedo, ejerce el debilitamiento y la destrucción de la clase media.

La mayoría absoluta de Rajoy es un insulto a la democracia, un rodillo que tritura con su prepotencia y sus mentiras y toma a los ciudadanos por siervos imbéciles, incapaces de discernir la verdad por sus propios medios.

El Parlamento muestra una crisis de valores que asusta con sus discursos reaccionarios, populistas, hipócritas y ramplones. No se advierte el menor respeto por la oposición ni por el pluralismo. La catadura misérrima de los diputados del PP queda patente en cada discurso que niega la corrupción, que se escuda en la herencia recibida, en el “y tú más”. Las actuaciones del PP aniquilan la imagen de España en el mundo, causan estragos en la sociedad española, que asiste atónita a un espectáculo bochornoso de impunidad, de mangoneo de las instancias judiciales, de cuentas secretas, de cinismo desatado…

No hablo de un país bananero, hablo de España, de la necesidad urgente de recobrar la decencia moral.