Ruina caracolera
El Banco central Europeo (BCE) abroncaba hace poco al gobierno español por su “pereza” en la aplicación de reformas y abroncaba a Bruselas por ser demasiado permisiva con el relajamiento español.
Por su parte, el Banco de España ha certificado en su boletín que la deuda pública española ha llegado al 92,2% del Producto Interior Bruto en el segundo trimestre del año. Esto significa que a fecha 30 de junio la deuda pública se comía ya más del 92% de toda la riqueza que genera el país. Así que apenas queda un 8% para educación, sanidad, servicios sociales, pensiones, infraestructuras, etcétera.
Esto significa que durante décadas y décadas estaremos endeudados. Por lo menos dos generaciones tendrán que pagar las deudas que hemos contraído ahora.
Y uno se pregunta: ¿Cómo es posible que subiendo impuestos y recortando el gasto de forma salvaje se dispare la deuda? Esto tendrá que explicárnoslo el Gobierno del PP, porque en un año el Gobierno de Rajoy aplicó dos recortes al presupuesto, el primero de 8.000 millones de euros y el segundo de 65.000 millones. Por si esto fuera poco, aprobó además la mayor subida de impuestos de la democracia. Los subió todos y creó otros siete nuevos, aún así la deuda pública se ha disparado y está descontrolada.
¿La explicación? Con la economía en recesión no se generan ingresos para cubrir gastos y por eso el tesoro ha tenido que acudir a subastas para emitir más deuda. El morro del Gobierno es descarado cuando alardea de lo bien que se venden las letras y bonos del Tesoro.
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