Nuevos ministerios
Mariano Rajoy prometió crear un ministerio de Familia cuando llegase al gobierno. Tampoco ha cumplido esta promesa. Ahora se llevan las administraciones sucintas y si a un ministerio que no existe le rebajas un 17% su asignación económica, como a los otros, te toca pagar.
Rajoy creyó que necesitaría una cartera para albergar la sede de la Conferencia Episcopal, muy enfadada entonces con el gobierno de Zapatero por sus ampliaciones del concepto de familia en la administración de justicia, que es donde proporcionan el libro para inscribirla. Por una cuestión de austeridad, Alberto Ruiz-Gallardón incorpora a la familia cristiana en su cartera de Justicia. Si hasta ahora el aborto lo gestionaba Sanidad, él quiere reorganizarlo desde Justicia, pero, desde Innovación, habla de un abortivo del que no se tenía noticia: la violencia estructural contra la mujer embarazada. Cuando le preguntaron por los componentes de este abortivo, habló del miedo a perder el puesto de trabajo o a no obtener empleo como consecuencia del embarazo, más grande en inmigrantes y en mujeres que carecen de soportes públicos para poder optar libremente por una alternativa a su embarazo.
En el Ministerio de Justicia, Ruiz-Gallardón luchará contra la reforma laboral del Ministerio de Empleo desde una perspectiva de género, esta desigualdad que se ha quedado sin Ministerio de Igualdad. Como siempre que llegamos a este punto, entramos en el Ministerio de Propaganda (o de Información y Turismo) y sus entretenimientos, globos sonda y maniobras de distracción para la subida de impuestos o de tarifas. Eso explica que un ministro, que no tiene un pelo de tonto, haya vomitado este retórico de “la libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres”.
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