Lecturas escolares
Con el título de lecturas escolares me refiero en especial a las lecturas de nuestros autores clásicos, una suerte de clásicos específicos para escolares y distintos de los que serían considerados de esta manera por los lectores comunes, son más bien los autores y los títulos de entre los que conforman la historia literaria española que se leen en las aulas.
El Estado se preocupa de elaborar listas de lecturas recomendadas, que incluyen lo más obvio y canónico, aquello que se considera imprescindible para hacerse una idea de cómo ha sido la historia de la literatura. ¿Y por qué se deben leer clásicos en la escuela si su lectura aburre mortalmente a los alumnos? Muchos estudiantes quedan vacunados de por vida y no vuelven a abrir un libro. Estos datos deberían bastar para entender las posturas de quienes razonan que la lectura, como todos los placeres, nunca debe ser obligatoria. Entonces, ¿por qué seguir leyendo clásicos en la escuela? Tal vez la única respuesta posible sea que los alumnos tienen derecho a disfrutar de los mejores frutos artísticos que se han producido en su propia lengua. Sólo algunos lo aprovecharán, pero ¿sucede algo distinto con cualquier otro conocimiento que se quiera transmitir? ¿Quién y por qué decide cuáles son las mejores obras? Esta pregunta parece insinuar que existen responsables, cuando lo cierto es que la tradición se crea a sí misma y los que hoy consideramos los mejores libros se han leído como tales por generaciones muy distintas de lectores.
0 comentarios