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Cierzo

Infringir la ley para cambiarla

Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. Montesquieu

Si en 1955 Rosa Louise Parks no se hubiera negado a ceder su asiento a un blanco y a situarse en la parte trasera del autobús, tal y como dictaba la ley, quizás no habría saltado la chispa que desencadenó las acciones del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos y la segregación en el trasporte aún estaría vigente.

Infringieron la ley los obreros que en el siglo XIX fueron a la huelga reclamando unas condiciones laborales y un salario dignos. También los jóvenes que se declaraban objetores de conciencia y se negaban a realizar el servicio militar obligatorio... Todos cometieron delitos y recibieron el castigo que imponía la ley, pero al final las leyes cambiaron.

Quienes queman fotos de los reyes de España, probablemente no lograrán el advenimiento de la tercera República, aunque de momento han conseguido resaltar que la libertad de expresión no existe en un país en el que hay instituciones protegidas y opacas y que la igualdad es pura farsa cuando unos ciudadanos disfrutan de privilegios que los demás no tienen.

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