La lucha por sobrevivir
Científicos de la University of Alberta y de la University of Wisconsin-Madison han descubierto el increíble esfuerzo que deben realizar algunos animales para procrear. Es habitual que los seres vivos modifiquen su comportamiento para ajustarlo a su entorno, pero hasta ahora no se sabía que estos cambios afectaran a los genes.
Los gusanos nematodos eligen su sexo a conveniencia y en función de las oportunidades de apareamiento. Al igual que los humanos, el gusano nematodo hembra cuenta con cromosomas XX, sin embargo, el gusano macho sólo posee una X. Durante la investigación, los científicos comprobaron que el porcentaje de miembros de uno u otro sexo podía ser alterado dependiendo de la cantidad de comida que el animal detectara.
Una hembra muy joven ya sabe determinar cuánta comida habrá disponible en cuanto crezca. Si considera que habrá mucha comida cuando sea sexualmente madura, en muchos casos perderá uno de sus cromosomas X, convirtiéndose genéticamente en un macho. Si piensa que habrá poca comida, mantendrá sus cromosomas XX y crecerá como una hembra. La hembra es en realidad un hermafrodita, ya que puede producir tanto esperma como óvulos y puede fertilizarse a sí misma en el caso de no encontrar un macho, aunque su descendencia será sólo del género femenino.
Cuando la densidad de población es alta, algo que suele ocurrir en zonas donde hay abundante comida, entonces resulta beneficioso ser un macho, ya que el nematodo macho es menos abundante y las oportunidades de encontrar una pareja hembra son más altas. Si fueran bajas, el gusano optará por convertirse en una hembra, puesto que así puede procrear incluso en el caso de que no encuentre a otro gusano.
El quid de la cuestión se halla en saber determinar acertadamente si habrá o no comida disponible, ya que la decisión de ser hembra o macho deben tomarla los gusanos con una cierta antelación.
Sorprende descubrir la enorme adaptabilidad de los animales, incluso a un entorno variable, y es que de esta capacidad depende la vida.
Los gusanos nematodos eligen su sexo a conveniencia y en función de las oportunidades de apareamiento. Al igual que los humanos, el gusano nematodo hembra cuenta con cromosomas XX, sin embargo, el gusano macho sólo posee una X. Durante la investigación, los científicos comprobaron que el porcentaje de miembros de uno u otro sexo podía ser alterado dependiendo de la cantidad de comida que el animal detectara.
Una hembra muy joven ya sabe determinar cuánta comida habrá disponible en cuanto crezca. Si considera que habrá mucha comida cuando sea sexualmente madura, en muchos casos perderá uno de sus cromosomas X, convirtiéndose genéticamente en un macho. Si piensa que habrá poca comida, mantendrá sus cromosomas XX y crecerá como una hembra. La hembra es en realidad un hermafrodita, ya que puede producir tanto esperma como óvulos y puede fertilizarse a sí misma en el caso de no encontrar un macho, aunque su descendencia será sólo del género femenino.
Cuando la densidad de población es alta, algo que suele ocurrir en zonas donde hay abundante comida, entonces resulta beneficioso ser un macho, ya que el nematodo macho es menos abundante y las oportunidades de encontrar una pareja hembra son más altas. Si fueran bajas, el gusano optará por convertirse en una hembra, puesto que así puede procrear incluso en el caso de que no encuentre a otro gusano.
El quid de la cuestión se halla en saber determinar acertadamente si habrá o no comida disponible, ya que la decisión de ser hembra o macho deben tomarla los gusanos con una cierta antelación.
Sorprende descubrir la enorme adaptabilidad de los animales, incluso a un entorno variable, y es que de esta capacidad depende la vida.
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