El precio del pan

La subida del precio del maíz, principal producto en la alimentación de los mexicanos, provocó la llamada "crisis de la tortilla". Durante los últimos meses, en España el encarecimiento del trigo ha sido de hasta el 50%. En Moscú se calcula que el pan subirá un 40%, de 10 a 14 rublos por barra, antes de finales de año. En junio, el precio mundial del trigo subió de 180 a 240 dólares por tonelada. Ayer, en Italia, se vivió el día sin "pasta seca", el plato típico del país, la huelga fue convocada por las principales asociaciones de consumidores para protestar por la subida de precios de los macarrones y los espaguetis, además del pan. Los precios de los cereales se disparan en todo el mundo debido a que parte de su producción se destina a elaborar biocombustibles, la nueva alternativa a la gasolina.

En 12 meses el precio de la cebada, el trigo y el maíz ha aumentado alrededor del 40% en nuestro país y uno de los motivos de estas subidas son las subvenciones que reciben los agricultores por cultivar cereales para fabricar bioetanol: por cada hectárea destinada al cultivo de biocombustibles, el agricultor recibe una ayuda comunitaria de 45 euros, a la que hay que añadir el precio que pague la industria transformadora.

Según datos de la consultora DBK, se calcula que la producción de biocombustible en España llegue a un millón de toneladas en 2007, cantidad que duplica la del año anterior. Y la OCDE, estima que en 2016 un 32% de la producción total del cultivo de maíz en Estados Unidos se dedicará a la obtención de combustible.

Sube el precio de los cereales, que, en vez de transformarse en pienso o en comida, terminan en el depósito del coche, y ¿quién acaba pagándolo? El de siempre: el consumidor. Los biocombustibles tienen más detractores de los esperados pues la subida de precios del grano, el pan y la harina está desencadenando una reacción en cadena que provocará el encarecimiento de otros productos básicos como las pastas, la leche, los huevos y la carne de pollo y de vacuno.  

La Comisión Europea niega cualquier relación entre el bioetanol y el alza de los precios en la cesta de la compra, pero ¿cuándo han reconocido sus errores los políticos?