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Cierzo

Perinola

Perinola

Perinola, trompo, correhuela, peonza, bailarina, zaranda, bujaina, peón... son los nombres con los que se denomina a uno de los juguetes más antiguos de difusión mundial. Existen indicios -piezas encontradas en yacimientos arqueológicos- de que civilizaciones como la celta, la mesopotámica o la egipcia ya la conocían. Su expansión abarca prácticamente los cinco continentes y no sólo sirve para jugar, sino que tiene claras connotaciones científicas y artísticas, por lo que su utilidad y significación ha estado siempre relacionada con las leyes físicas, la tecnología y la cultura de muchos pueblos y culturas.

Los movimientos y giros de las peonzas sirvieron a los astrónomos para establecer paralelismos y estudiar el comportamiento y las orbitas de los cuerpos celestes. En el mundo de la física han ayudado a comprender la dinámica de los movimientos inerciales y la percepción y la síntesis del color. Igualmente, han sido de utilidad para navegantes, marítimos y aéreos, en cuanto a la fijación de la orientación. Incluso han servido para que autores clásicos como Aristófanes, Homero, Platón o san Basilio las utilizasen como metáfora para explicar conceptos filosóficos o los principios dinámicos del universo.

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