Agradecida
Querida María:
Sigo desde hace tiempo el reguero de ideas que a su manera deja en Internet y me sorprende que sus jugosos artículos susciten tan pocos comentarios, cuando hay infinidad de páginas insustanciales que convocan a un abundante número de opinadores. Me disculpará si le molesta mi curiosidad por este hecho, que ha azuzado mi curiosidad hasta dar con una respuesta que deseo participarle.
Para triunfar posteando (¿se dice así?) hay que exponer una ocurrencia simple, algo que el lector pueda descifrar con un simple golpe de vista, pan comido. El contenido del artículo debe ser previsible y sencillo, desarrollando una idea o, como mucho, dos, expuestas de manera lineal, para que nadie se pierda, y con las que el público se identifique y haga suyas.
El post eficaz es el escrito sin tiempo y rematado a bote pronto con lo primero que a uno se le ha ocurrido tomando el aperitivo en un bar o mirando la tele. Si el autor se toma la molestia de pensar, ¡ay!, entonces la cosa se enreda indefectiblemente. Es lo que ocurre en su caso. Las sinapsis de sus neuronas multiplican las ideas, las ramifican, las complican y crece el hilo hasta hacerse ovillo. Entonces, usted provoca la peligrosa tendencia de forzar una lectura reflexiva más que recreativa. Quienes no son lo bastante ágiles para devanar la madeja ni lo bastante agudos para penetrar en sus argumentos, la critican porque no la entienden. Los demás advertimos que se halla singularmente dotada para la lucha contra el papel en blanco pues en su cerebro nunca se produce un caso de vacío mental. La leemos con respeto y en silencio, ha conseguido que nos pongamos a cavilar.
Perdóneme, María. Se me fueron entrelazando las palabras y este correo se ha convertido en un farro intragable. Todavía he de aprender el arte de decir lo que se piensa sin pensar lo que se dice. Carezco de su oficio.
Mi más cordial admiración.
Eudald Vilar
*La imagen me la envía Txema
No soy vanidosa, pero me gusta que me admiren. Gracias a Eudald y a Txema por este refuerzo a mi ego.
2 comentarios
Javier -
Me gusta la redacción -que para mí quisiera- cuando suscita pensamiento, y aumenta el interés si me lleva a rastrear y ampliar la información de forma más detallada.
De Ugarte lo define de forma magistral... "como una enredadera y no como un árbol".
Mi más cordial ¡! también.
almena -
Pueden ser pocos lectores, pero convertidos en "Dubonadictos" desde la primera lectura.
Te envío un abrazo cariñoso, María. Y mi felicitación. Por todo.
:)