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Cierzo

Dándole al ábaco

Lo confieso, no entiendo mucho de economía y por eso es posible que lo que vaya a escribir sea erróneo. Aunque no hace falta ser una lumbrera en números para descubrir que las cuentas no cuadren. Y es que la reforma fiscal que ha presentado el Gobierno me parece un despropósito de medias contradictorias e impropias de un partido que se autodenomina progresista.

 

Puede resultar positivo, al menos es práctico, unificar la tributación de las rentas del capital, por aquello de simplificar el impuesto. Sin embargo, la fórmula elegida ya no la veo tan acertada. El nuevo sistema fiscal favorece al especulador y penaliza al ahorro tradicional. Por ejemplo: si alguien compra unas acciones bursátiles y las vende al día siguiente, pagará por las plusvalías obtenidas bastante menos que antes, pero una persona que venda su piso después de veinte años, para comprarse otro, tributará más.

 

Tampoco es muy justo que una familia numerosa con unas rentas medias tenga que pagar más impuestos, mientras que un soltero con ingresos altos abonará menos en su factura fiscal.

 

La sensación que tengo es que Solves no se ha quebrado la cabeza y ha hecho una reforma fiscal para que le salga lo más barata posible y que el coste final no se dispare en exceso. Lo que doy a uno se lo quito a otro, aunque tenga media docena de hijos, porque las arcas públicas no están para dispendios. España va mejor que nunca, de manera que se suprimen paulatinamente las deducciones, seguimos tributando muy por encima de la media de la UEA y las inversiones merman, sobre todo en Investigación y Desarrollo.

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