Hallazgo sin precedentes
El cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Salud, ha asegurado en una conferencia sobre el genoma organizada por el Vaticano que la Santísima Trinidad se encuentra en el ADN, porque se trata de un ácido basado en la complementariedad mutua. Y añade: “Si la oposición significa, por una parte, carencia, y, por la otra, posesión, la mejor oposición sería aquella en la que estos términos fuesen sólo relativos, y precisamente ésta es la vida trinitaria”.
Tantos años sin entender el porqué, aceptando que: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo" (Cc. de Toledo XI, año 675). "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Cc. Letrán IV, año 1215). "Uno es Dios y Padre de quien proceden todas las cosas, un solo el Señor Jesucristo por el cual son todas las cosas, y uno el Espíritu Santo en quien son todas las cosas (Cc. de Constantinopla II). Ya habíamos asumido que la Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto, y ahora resulta que la doble hélice de ácido desoxirribonucleíco viene a resolver el enigma.
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