Blogia
Cierzo

Para recapacitar

Theresa Marie Schiavo ha sido la protagonista involuntaria de una controversia que ha enfrentado a Estados Unidos con dos posturas antagónicas: vida o muerte. Todas las cadenas de televisión han dado cuenta del largo litigio que mantenía su marido por conseguir la desconexión de la máquina que la mantenía con vida desde hace quince años.

Terri se ha convertido en un icono, en la mártir del activismo evangelista y católico. Incluso el Vaticano calificó su muerte de asesinato y “triunfo de la muerte sobre la cultura de la vida”. Ríos de tinta se han gastado para defender el derecho a una muerte digna o para defender a ultranza una vida que ya no es vida. Sin embargo, apenas se ha dicho nada sobre la causa por la que Terri Schiavo entró en coma en 1990, cuando tenía 26 años.

Terri vivió atada a una báscula intentando perder esos kilos de más que le amargaban la existencia: su peso llegó a oscilar entre los 45 y los 90 kilos. Fueron los regímenes salvajes por conseguir un cuerpo diez la causa que le provocó una súbita bajada de potasio, algo muy frecuente entre las personas que padecen bulimia y trastornos alimenticios. El paro cardíaco le produjo daños cerebrales y la encadenó a una máquina que la alimentaba. Su agonía se ha seguido con detalle en todo el mundo y, además de hacernos cuestionar la eutanasia, debería llevarnos a recapacitar sobre esas dietas milagrosas que se empiezan alegremente, sin evaluar las consecuencias que comporta obligar a nuestro organismo a sobrevivir comiendo tres manzanas diarias o tomando por todo alimento tres litros de té al día. La moda marca tendencias y la sociedad presiona para que seamos perfectos. Muchos entran en el juego sin darse cuenta de que en esta ruleta rusa lo que se juegan es la vida.

0 comentarios