Refutando a Osho
Sócrates, Séneca, Descartes, Kant, Sartre... Mi formación en Filosofía se basa en las enseñanzas de los grandes pensadores europeos. No sé por qué en España se descuida el estudio de las filosofías no europeas, porque vivimos en un mundo pluricultural y para no tener una visión reduccionista, conviene abrirse a lo que las diferentes culturas pueden aportar. Con este afán, he sumado a mis lecturas el libro Hombre y Mujer, la danza de las energías, de Osho, un místico contemporáneo cuya vida y enseñanzas han influido en millones de personas en todo el mundo. Mi mensaje no es una doctrina ni una filosofía. Mi mensaje es una alquimia, una ciencia de transformación, así ha definido él mismo su obra.
Los valores que defiende Osho, voluntaria o involuntariamente, están de acuerdo con sus propias vinculaciones culturales, con su formación académica, fue profesor de Filosofía en la Universidad de Jabalpur (India), y el taoísmo fundamenta su pensamiento. Me ha sorprendido que en su obra aluda a conductas humanas emitiendo juicios categóricos sobre ellas y que aplique adverbios como siempre y jamás a las personas, a esos seres que fluyen como un río y son siempre distintos, según sus propias palabras. También me ha llamado la atención no hallar sólidas argumentaciones, la exposición de los pasos previos que demuestren sus tesis, no hay razonamientos claros, no se encadenan lógicamente varias proposiciones para llegar a una conclusión. Las conclusiones brotan directamente de su certidumbre personal. Osho habla de las mujeres, y supongo que basa sus aseveraciones en la cantidad ínfima de mujeres que ha creído conocer, luego extrapola sus conclusiones a la mitad de la humanidad, tal vez porque ignora que cualquier afirmación general es falsa. Opina sobre Hitler, y deduzco que desconoce su biografía, pues considera que Hitler fue incapaz de llorar, de ser femenino, por eso mató a millones sin el más leve remordimiento. Hitler lloró durante toda su traumática infancia, le faltó el afecto y el apoyo de un padre comprensivo y tolerante. Si Hitler hubiera tenido otra infancia, otro padre, habría sido una persona diferente.¿Por qué Osho no analiza las causas de su conducta y juzga a un hombre basándose tan sólo en las consecuencias de sus actos? Nietzsche lo entendió mejor: Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en un monstruo. Hitler no logró salir airoso en esta contienda.
Estoy acostumbrada al proceso aristotélico, al conocimiento cierto por las causas. Conocer las causas de las cosas significa conocer el fondo y las causas de las cosas son siempre múltiples. Quizás éste sea el motivo por el que discrepo con Osho, él practica la inducción: llega a un enunciado general a partir de experiencias particulares. Esa generalización se apoya en la constatación de que la naturaleza se comporta de manera uniforme, y por ello los individuos de una misma clase natural se comportan del mismo modo. Osho se refiere a hombres y a mujeres, generaliza a cerca de sus conductas, por eso excluye a cada individuo que forma la especie humana y que con su carácter único y sus circunstancias únicas se separa de ese todo uniforme.
-El hombre representa acción, la mujer representa inacción. Existen hombres pasivos y mujeres activas.
-El hombre y la mujer son complementarios. Cada ser humano es un individuo entero, quienes necesitan de cualquier complemento aún están edificando su personalidad.
-Un hombre, para ser realmente masculino, ha de ser aventurero, creativo, ha de ser capaz de tomar tantas iniciativas en la vida como le sea posible. La mujer, para ser mujer de verdad, ha de ser un estanque de energía detrás del hombre, para que la aventura pueda disponer de tanta energía como sea posible. La masculinidad y la feminidad se miden con otros parámetros que nada tienen que ver con tomar iniciativas sin tregua o con suministrarle energía a otro para que realice sus proyectos.
-La mujer piensa intuitivamente, el hombre intelectualmente, lo que impide el encuentro. La mujer es capaz de pensar intelectualmente, igual que el hombre puede pensar intuitivamente. La intuición y la inteligencia no se reparten por sexos, sino por personas. Con buena voluntad e interés por ambas partes, es posible el entendimiento.
-El hombre es más argumentativo. Esto han aprendido las mujeres: si siguen hasta el final de la discusión él ganará. De modo que no discuten, pelean. Se enfadan y lo que no pueden hacer mediante la lógica lo hacen a través de la furia. Una discusión no se gana sólo con argumentos, que pueden ser erróneos, la mujer lo sabe y si tiene razones de peso, las defenderá ante cualquier hombre. Pocas mujeres eligen como opción pelear contra un hombre, reconocen su inferioridad física, que no intelectual, respecto al varón y evitan resolver los conflictos en una lucha a brazo partido.
-La mujer tiene sus propios argumentos: romper platos. Por favor, qué insulto a la inteligencia es éste.
-A medida que las parejas se asientan, el marido olvida todo sobre las discusiones. Cuando entra en casa, respira hondo y se prepara para cualquier cosa irracional que vaya a suceder. ¿Acaso la mujer es irracional? Osho se suma así a la opinión machista de millones de hombres en el mundo y que resume en una frase: No hay quien entienda a las mujeres. Ésta es la postura de quien comprende muy bien su propia causa, pero no la de la otra.
-Al hacer el amor un hombre pierde energía, una mujer la gana. Por eso las mujeres se han visto inhibidas en todo el mundo. ¡Si no se las contuviera, el hombre moriría! Sería imposible para ningún hombre satisfacer a alguna mujer. Sólo queda concluir que todas las mujeres son unas ninfómanas viciosas. Puede que las mujeres con las que se acostó Osho no alcanzarán el orgasmo y por eso se quedaran tan frescas mientras a él se le iba la fuerza por el pene, pero la verdad es que, tras una buena sesión de sexo, las mujeres también se agotan. La mujer resiste mejor los envites sexuales, pero de ahí a aseverar que si no se la contuviera mataría al hombre... Lo único que demuestra Osho es un profundo desconocimiento de la fisiología femenina.
-La inteligencia y la claridad forman parte de la mente masculina. La estupidez, por ende, debe ser el distintivo femenino.
-Es muy difícil para una mujer decidirse, porque es más fluida, más un proceso y menos solidez. De modo que siempre que sean necesarias decisiones, escuchad a un hombre. La mujer decide y lo demuestra a diario, porque la vida de cualquier ser humano se basa en la toma constante de decisiones.
-La mujer siempre es partidaria de lo viejo, de lo establecido, sin importar que sea bueno o malo. ¿De dónde saca esto? La mujer es partidaria de la novedad, le agrada lo nuevo y posee el juicio suficiente para determinar si algo es malo o bueno. Hay hombres resignados, temerosos e inactivos que esperan que otro les resuelva la vida. De la misma manera, existen mujeres que luchan, que se esfuerzan, que logran darle la vuelta a las situaciones que no les agradan.
-Jamás entenderéis nada sobre el amor a través de los poetas, son las últimas personas en tener alguna percepción sobre el amor. De hecho, escriben poesía sobre el amor porque en su vida han perdido el amor, es un sustituto. Los poetas tienen el don de transformar las emociones en palabras, no entienden el amor, como no lo entiende nadie, pero saben describir perfectamente y con suma belleza sus efectos. Hablan del amor porque aman.
-El amor de un hombre únicamente es parte de su vida, tiene otras muchas cosas que hacer. El amor en una mujer es toda su vida. La mujer también desarrolla numerosas actividades en la vida, además de amar.
-Si la vida fuese lógica, sólo habría habido hombres o mujeres, no habría existido la necesidad de un polo opuesto. ¿Por qué?¿La razón de que la vida sea ilógica es que existen hombres y mujeres?
-La penetración física es sexo, lo cual es algo muy superficial. La penetración psicológica es amor, que es mucho más importante, hermoso y humano. Lo primero es animal, lo segundo es humano. El mismo animal que folla, ama. La penetración psíquica puede ser también odio destructivo, manipulación, tortura emocional...
-El hombre básicamente es poco convencional. La mujer siempre apoya el statu quo, y el hombre está dispuesto a ir en pos de cualquier estúpida revolución. Apoya cualquier cosa en cambio. Que sea un cambio para bien o para mal es de poca importancia. El cambio es bueno. Esta sentencia echa por tierra la teoría de que el hombre es racional, inteligente y con una mente clara. Si obra al tuntún y apoya cualquier cambio, por nefasto que sea, no puede decirse de él que obre con arreglo a su inteligencia, sino a su estupidez.
Tao, Shiva y Shakti, yin y yang, polaridad... Nunca he visto las cosas de este modo, no las considero porciones de un todo dividido en dos mitades opuestas, tampoco he sentido en mi interior la dualidad hombre-mujer. Osho me ofrece su opinión al respecto: Esto es lo más fundamental de convertirse en una persona completa: el hombre y la mujer que lleváis dentro deben enamorarse y desaparecer en el otro. El ser interior debería volverse andrógino, ni hombre ni mujer. Entonces estáis integrados, sois uno... Convertirse en uno es llegar. Será, pues, que he llegado. No sé adónde, pero he llegado.
Los valores que defiende Osho, voluntaria o involuntariamente, están de acuerdo con sus propias vinculaciones culturales, con su formación académica, fue profesor de Filosofía en la Universidad de Jabalpur (India), y el taoísmo fundamenta su pensamiento. Me ha sorprendido que en su obra aluda a conductas humanas emitiendo juicios categóricos sobre ellas y que aplique adverbios como siempre y jamás a las personas, a esos seres que fluyen como un río y son siempre distintos, según sus propias palabras. También me ha llamado la atención no hallar sólidas argumentaciones, la exposición de los pasos previos que demuestren sus tesis, no hay razonamientos claros, no se encadenan lógicamente varias proposiciones para llegar a una conclusión. Las conclusiones brotan directamente de su certidumbre personal. Osho habla de las mujeres, y supongo que basa sus aseveraciones en la cantidad ínfima de mujeres que ha creído conocer, luego extrapola sus conclusiones a la mitad de la humanidad, tal vez porque ignora que cualquier afirmación general es falsa. Opina sobre Hitler, y deduzco que desconoce su biografía, pues considera que Hitler fue incapaz de llorar, de ser femenino, por eso mató a millones sin el más leve remordimiento. Hitler lloró durante toda su traumática infancia, le faltó el afecto y el apoyo de un padre comprensivo y tolerante. Si Hitler hubiera tenido otra infancia, otro padre, habría sido una persona diferente.¿Por qué Osho no analiza las causas de su conducta y juzga a un hombre basándose tan sólo en las consecuencias de sus actos? Nietzsche lo entendió mejor: Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en un monstruo. Hitler no logró salir airoso en esta contienda.
Estoy acostumbrada al proceso aristotélico, al conocimiento cierto por las causas. Conocer las causas de las cosas significa conocer el fondo y las causas de las cosas son siempre múltiples. Quizás éste sea el motivo por el que discrepo con Osho, él practica la inducción: llega a un enunciado general a partir de experiencias particulares. Esa generalización se apoya en la constatación de que la naturaleza se comporta de manera uniforme, y por ello los individuos de una misma clase natural se comportan del mismo modo. Osho se refiere a hombres y a mujeres, generaliza a cerca de sus conductas, por eso excluye a cada individuo que forma la especie humana y que con su carácter único y sus circunstancias únicas se separa de ese todo uniforme.
-El hombre representa acción, la mujer representa inacción. Existen hombres pasivos y mujeres activas.
-El hombre y la mujer son complementarios. Cada ser humano es un individuo entero, quienes necesitan de cualquier complemento aún están edificando su personalidad.
-Un hombre, para ser realmente masculino, ha de ser aventurero, creativo, ha de ser capaz de tomar tantas iniciativas en la vida como le sea posible. La mujer, para ser mujer de verdad, ha de ser un estanque de energía detrás del hombre, para que la aventura pueda disponer de tanta energía como sea posible. La masculinidad y la feminidad se miden con otros parámetros que nada tienen que ver con tomar iniciativas sin tregua o con suministrarle energía a otro para que realice sus proyectos.
-La mujer piensa intuitivamente, el hombre intelectualmente, lo que impide el encuentro. La mujer es capaz de pensar intelectualmente, igual que el hombre puede pensar intuitivamente. La intuición y la inteligencia no se reparten por sexos, sino por personas. Con buena voluntad e interés por ambas partes, es posible el entendimiento.
-El hombre es más argumentativo. Esto han aprendido las mujeres: si siguen hasta el final de la discusión él ganará. De modo que no discuten, pelean. Se enfadan y lo que no pueden hacer mediante la lógica lo hacen a través de la furia. Una discusión no se gana sólo con argumentos, que pueden ser erróneos, la mujer lo sabe y si tiene razones de peso, las defenderá ante cualquier hombre. Pocas mujeres eligen como opción pelear contra un hombre, reconocen su inferioridad física, que no intelectual, respecto al varón y evitan resolver los conflictos en una lucha a brazo partido.
-La mujer tiene sus propios argumentos: romper platos. Por favor, qué insulto a la inteligencia es éste.
-A medida que las parejas se asientan, el marido olvida todo sobre las discusiones. Cuando entra en casa, respira hondo y se prepara para cualquier cosa irracional que vaya a suceder. ¿Acaso la mujer es irracional? Osho se suma así a la opinión machista de millones de hombres en el mundo y que resume en una frase: No hay quien entienda a las mujeres. Ésta es la postura de quien comprende muy bien su propia causa, pero no la de la otra.
-Al hacer el amor un hombre pierde energía, una mujer la gana. Por eso las mujeres se han visto inhibidas en todo el mundo. ¡Si no se las contuviera, el hombre moriría! Sería imposible para ningún hombre satisfacer a alguna mujer. Sólo queda concluir que todas las mujeres son unas ninfómanas viciosas. Puede que las mujeres con las que se acostó Osho no alcanzarán el orgasmo y por eso se quedaran tan frescas mientras a él se le iba la fuerza por el pene, pero la verdad es que, tras una buena sesión de sexo, las mujeres también se agotan. La mujer resiste mejor los envites sexuales, pero de ahí a aseverar que si no se la contuviera mataría al hombre... Lo único que demuestra Osho es un profundo desconocimiento de la fisiología femenina.
-La inteligencia y la claridad forman parte de la mente masculina. La estupidez, por ende, debe ser el distintivo femenino.
-Es muy difícil para una mujer decidirse, porque es más fluida, más un proceso y menos solidez. De modo que siempre que sean necesarias decisiones, escuchad a un hombre. La mujer decide y lo demuestra a diario, porque la vida de cualquier ser humano se basa en la toma constante de decisiones.
-La mujer siempre es partidaria de lo viejo, de lo establecido, sin importar que sea bueno o malo. ¿De dónde saca esto? La mujer es partidaria de la novedad, le agrada lo nuevo y posee el juicio suficiente para determinar si algo es malo o bueno. Hay hombres resignados, temerosos e inactivos que esperan que otro les resuelva la vida. De la misma manera, existen mujeres que luchan, que se esfuerzan, que logran darle la vuelta a las situaciones que no les agradan.
-Jamás entenderéis nada sobre el amor a través de los poetas, son las últimas personas en tener alguna percepción sobre el amor. De hecho, escriben poesía sobre el amor porque en su vida han perdido el amor, es un sustituto. Los poetas tienen el don de transformar las emociones en palabras, no entienden el amor, como no lo entiende nadie, pero saben describir perfectamente y con suma belleza sus efectos. Hablan del amor porque aman.
-El amor de un hombre únicamente es parte de su vida, tiene otras muchas cosas que hacer. El amor en una mujer es toda su vida. La mujer también desarrolla numerosas actividades en la vida, además de amar.
-Si la vida fuese lógica, sólo habría habido hombres o mujeres, no habría existido la necesidad de un polo opuesto. ¿Por qué?¿La razón de que la vida sea ilógica es que existen hombres y mujeres?
-La penetración física es sexo, lo cual es algo muy superficial. La penetración psicológica es amor, que es mucho más importante, hermoso y humano. Lo primero es animal, lo segundo es humano. El mismo animal que folla, ama. La penetración psíquica puede ser también odio destructivo, manipulación, tortura emocional...
-El hombre básicamente es poco convencional. La mujer siempre apoya el statu quo, y el hombre está dispuesto a ir en pos de cualquier estúpida revolución. Apoya cualquier cosa en cambio. Que sea un cambio para bien o para mal es de poca importancia. El cambio es bueno. Esta sentencia echa por tierra la teoría de que el hombre es racional, inteligente y con una mente clara. Si obra al tuntún y apoya cualquier cambio, por nefasto que sea, no puede decirse de él que obre con arreglo a su inteligencia, sino a su estupidez.
Tao, Shiva y Shakti, yin y yang, polaridad... Nunca he visto las cosas de este modo, no las considero porciones de un todo dividido en dos mitades opuestas, tampoco he sentido en mi interior la dualidad hombre-mujer. Osho me ofrece su opinión al respecto: Esto es lo más fundamental de convertirse en una persona completa: el hombre y la mujer que lleváis dentro deben enamorarse y desaparecer en el otro. El ser interior debería volverse andrógino, ni hombre ni mujer. Entonces estáis integrados, sois uno... Convertirse en uno es llegar. Será, pues, que he llegado. No sé adónde, pero he llegado.
7 comentarios
mar -
Mel -
btopsis -
Carlos -
"Mi mensaje es una alquimia, una ciencia de transformación", todo lo que se lee de osho solo son sus discursos y esos discursos estan dirigidos a las personas de ese momento, lo importante es que a travez de todo lo que el diga esas personas se hayan transformado, que importa si hitler lloro o no lloro, lo importante es que el alma cambie...
Enzo -
Rocío -
melissa -