La sofística
La sofística es: no pensar que nada es cierto, sino que nada es verdadero. El escepticismo es contrario al dogmatismo; la sofística, lo contrario del racionalismo, de la filosofía. Si no hubiera nada verdadero, ¿qué sería de nuestra razón? ¿Cómo argumentar, discutir, conocer? ¿Cada cual tiene su verdad? De ser así, ya no habría verdad alguna, pues ésta sólo es válida si es universal.
Es imposible demostrar que los sofistas se equivocan, pues toda demostración presupone al menos la idea de verdad, pero lo que no se puede pensar de forma coherente es que tengan razón. Si no hubiera verdad, no sería verdad que no haya verdad. Si todo fuera falso, como pretendía Nietzsche, sería falso que todo sea falso. Por eso la sofística es contradictoria y se destruye a sí misma como filosofía. Los sofistas no se preocupan de ello. ¿Qué les importa contradecirse? Pero a los filósofos, desde Sócrates, sí les preocupa. Y tienen sus razones, que son la razón misma y el amor a la verdad. Si nada es verdadero, se puede pensar cualquier cosa, lo que es muy cómodo para los sofistas; pero entonces ya no se puede pensar absolutamente nada, lo que resulta letal para la filosofía.
Sofística es todo pensamiento que se somete a algo distinto de lo que parece verdadero, o que somete la verdad a algo distinto de ella misma a la fuerza, el interés, el deseo, la ideología...-. El conocimiento es lo que nos distingue de ella en el orden teórico, como la sinceridad en el orden práctico. Pues si nada fuera ni verdadero ni falso, no habría diferencia alguna entre el conocimiento y la ignorancia, ni entre la sinceridad y la mentira. Las ciencias no sobrevivirían, ni la moral, ni la democracia. Si todo es falso, todo está permitido: se pueden falsificar las experiencias o las demostraciones, puesto que ninguna es válida; equiparar la superstición con la ciencia, pues ninguna verdad las distingue; condenar a un inocente, puesto que no hay diferencia entre un testimonio verdadero y uno falso; rechazar los resultados de una votación, pues solamente será válida si se conoce su resultado verdadero... Los peligros que entraña la sofística son evidentes. Si se puede pensar cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa. La sofística conduce al nihilismo, como el nihilismo a la barbarie.
Es imposible demostrar que los sofistas se equivocan, pues toda demostración presupone al menos la idea de verdad, pero lo que no se puede pensar de forma coherente es que tengan razón. Si no hubiera verdad, no sería verdad que no haya verdad. Si todo fuera falso, como pretendía Nietzsche, sería falso que todo sea falso. Por eso la sofística es contradictoria y se destruye a sí misma como filosofía. Los sofistas no se preocupan de ello. ¿Qué les importa contradecirse? Pero a los filósofos, desde Sócrates, sí les preocupa. Y tienen sus razones, que son la razón misma y el amor a la verdad. Si nada es verdadero, se puede pensar cualquier cosa, lo que es muy cómodo para los sofistas; pero entonces ya no se puede pensar absolutamente nada, lo que resulta letal para la filosofía.
Sofística es todo pensamiento que se somete a algo distinto de lo que parece verdadero, o que somete la verdad a algo distinto de ella misma a la fuerza, el interés, el deseo, la ideología...-. El conocimiento es lo que nos distingue de ella en el orden teórico, como la sinceridad en el orden práctico. Pues si nada fuera ni verdadero ni falso, no habría diferencia alguna entre el conocimiento y la ignorancia, ni entre la sinceridad y la mentira. Las ciencias no sobrevivirían, ni la moral, ni la democracia. Si todo es falso, todo está permitido: se pueden falsificar las experiencias o las demostraciones, puesto que ninguna es válida; equiparar la superstición con la ciencia, pues ninguna verdad las distingue; condenar a un inocente, puesto que no hay diferencia entre un testimonio verdadero y uno falso; rechazar los resultados de una votación, pues solamente será válida si se conoce su resultado verdadero... Los peligros que entraña la sofística son evidentes. Si se puede pensar cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa. La sofística conduce al nihilismo, como el nihilismo a la barbarie.
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