Fosa común
El Estrecho de Gibraltar es, política y geográficamente, uno de los más importantes puntos estratégicos del mundo desde tiempos antiguos, también es una de las mayores fosas comunes que existen en el mundo, el mar se ha llevado 4000 vidas en 5 años.
Cada año, cientos de personas se juegan la vida intentando superar los 14 kilómetros que separan Marruecos de España, huyen de la pobreza, el hambre o las guerras abiertas en los distintos países africanos. El verano es la época en la que con mayor afluencia acuden las pateras a nuestras costas, las buenas condiciones climáticas favorecen el continuo goteo de inmigrantes que se aventuran a cambiar de vida. Vienen en lanchas neumáticas, en pequeñas embarcaciones, en botes, en cualquier cosa que flote, vienen traídos por mafias.
Al llegar a suelo español, a estos inmigrantes les espera la Guardia Civil o el Servicio de Vigilancia Aduanera, así como varias ONG y Cruz Roja, porque dadas las condiciones inhumanas del viaje, los que llegan lo hacen deshidratados, ateridos, muertos de miedo... Otros tienen menos suerte y perecen en el intento, a causa del mal tiempo o del pésimo estado de la barca en que viajan amontonados. Los patrones de las pateras cuando saben que han sido detectados por las patrulleras acostumbran a deshacerse de la "carga" arrojándola al agua y dan media vuelta, ya han cobrado y no quieren problemas, mañana será otro día y podrán intentarlo de nuevo.
El Gobierno español recluye a los inmigrantes ilegales en centros de acinamiento, con falta de higiene e infraestructuras, donde son sometidos a duros interrogatorios para averiguar su procedencia y tramitar la expulsión. Conocer la nacionalidad de un magrebí es fácil, pero el asunto se complica cuando se trata de esclarecer el país de origen de los subsaharianos, que suelen ir indocumentados para crear problemas de identificación y no ser deportados. Las autoridades españolas intentan probar que vienen de Nigeria, único país que tiene un acuerdo de repatriación de inmigrantes con España. Si no se consigue averiguar la nacionalidad del inmigrante se decreta una orden de expulsión que no se puede ejecutar y se le deja sin la posibilidad de trabajar y vivir legalmente en nuestro país. Este drama que viven miles de personas, deja indiferente a otras muchas y da al Gobierno la perfecta excusa para justificar el aumento de la delincuencia.
El 25 de octubre se hundió una patera a causa del mal tiempo, transportaba a unos 50 magrebíes, el saldo provisional de muertos es de 34 y 15 personas siguen desparecidas. Sólo cinco personas pudieron rescatarse con vida. Este es el naufragio más grave del año 2003 y eleva el número de muertos a 117
En Marruecos se han emitido por televisión las durísimas imágenes del suceso. Los cuerpos mutilados, los rostros desfigurados, las calaveras entroncadas a un cuerpo hinchado han surtido efecto revelando la peor cara del drama del Estrecho. Formaciones políticas y asociaciones de derechos humanos de España han presionado para que se ataje el tráfico clandestino de personas. En Marruecos el rey Mohamed VI ha anunciado un reciente proyecto de ley para imponer penas más duras a quienes comercian y se lucran con los inmigrantes irregulares. También se crearán dos organismos: una Dirección de la Migración y de Vigilancia de Fronteras y de un Observatorio de la Emigración.
Es la primera vez, desde que llegara al trono en 1999, que el rey de Marruecos afronta un tema que atenta contra los derechos fundamentales de las personas, hasta ahora se venía haciendo la vista gorda, pese a las reiteradas protestas del Gobierno español ante la obstinada negativa de Marruecos a cumplir el acuerdo según el cual se comprometió a recibir de vuelta en su territorio a todos los inmigrantes, marroquíes o no, que lleguen a las costas españolas en pateras que hayan salido de este país magrebí.
Cada año, cientos de personas se juegan la vida intentando superar los 14 kilómetros que separan Marruecos de España, huyen de la pobreza, el hambre o las guerras abiertas en los distintos países africanos. El verano es la época en la que con mayor afluencia acuden las pateras a nuestras costas, las buenas condiciones climáticas favorecen el continuo goteo de inmigrantes que se aventuran a cambiar de vida. Vienen en lanchas neumáticas, en pequeñas embarcaciones, en botes, en cualquier cosa que flote, vienen traídos por mafias.
Al llegar a suelo español, a estos inmigrantes les espera la Guardia Civil o el Servicio de Vigilancia Aduanera, así como varias ONG y Cruz Roja, porque dadas las condiciones inhumanas del viaje, los que llegan lo hacen deshidratados, ateridos, muertos de miedo... Otros tienen menos suerte y perecen en el intento, a causa del mal tiempo o del pésimo estado de la barca en que viajan amontonados. Los patrones de las pateras cuando saben que han sido detectados por las patrulleras acostumbran a deshacerse de la "carga" arrojándola al agua y dan media vuelta, ya han cobrado y no quieren problemas, mañana será otro día y podrán intentarlo de nuevo.
El Gobierno español recluye a los inmigrantes ilegales en centros de acinamiento, con falta de higiene e infraestructuras, donde son sometidos a duros interrogatorios para averiguar su procedencia y tramitar la expulsión. Conocer la nacionalidad de un magrebí es fácil, pero el asunto se complica cuando se trata de esclarecer el país de origen de los subsaharianos, que suelen ir indocumentados para crear problemas de identificación y no ser deportados. Las autoridades españolas intentan probar que vienen de Nigeria, único país que tiene un acuerdo de repatriación de inmigrantes con España. Si no se consigue averiguar la nacionalidad del inmigrante se decreta una orden de expulsión que no se puede ejecutar y se le deja sin la posibilidad de trabajar y vivir legalmente en nuestro país. Este drama que viven miles de personas, deja indiferente a otras muchas y da al Gobierno la perfecta excusa para justificar el aumento de la delincuencia.
El 25 de octubre se hundió una patera a causa del mal tiempo, transportaba a unos 50 magrebíes, el saldo provisional de muertos es de 34 y 15 personas siguen desparecidas. Sólo cinco personas pudieron rescatarse con vida. Este es el naufragio más grave del año 2003 y eleva el número de muertos a 117
En Marruecos se han emitido por televisión las durísimas imágenes del suceso. Los cuerpos mutilados, los rostros desfigurados, las calaveras entroncadas a un cuerpo hinchado han surtido efecto revelando la peor cara del drama del Estrecho. Formaciones políticas y asociaciones de derechos humanos de España han presionado para que se ataje el tráfico clandestino de personas. En Marruecos el rey Mohamed VI ha anunciado un reciente proyecto de ley para imponer penas más duras a quienes comercian y se lucran con los inmigrantes irregulares. También se crearán dos organismos: una Dirección de la Migración y de Vigilancia de Fronteras y de un Observatorio de la Emigración.
Es la primera vez, desde que llegara al trono en 1999, que el rey de Marruecos afronta un tema que atenta contra los derechos fundamentales de las personas, hasta ahora se venía haciendo la vista gorda, pese a las reiteradas protestas del Gobierno español ante la obstinada negativa de Marruecos a cumplir el acuerdo según el cual se comprometió a recibir de vuelta en su territorio a todos los inmigrantes, marroquíes o no, que lleguen a las costas españolas en pateras que hayan salido de este país magrebí.
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