El sentido del humor de Dios
Yo opino que Dios se ríe de nosotros y, en concreto, se ríe contemplando al hombre que piensa. ¿Por qué? Porque cuando el hombre piensa, la Verdad huye de él a la misma velocidad que el pensamiento; porque cuanto más piensan dos individuos, más discrepan entre sí; porque el hombre no es jamás aquello que piensa ser.
Opino que tú te ríes de los hombres. Sí, te cachondeas de nosotros. Te vienes burlando desde que Adán y Eva la pringaron en el Paraíso. Un día pecaron y todo fue igual, pero distinto. Hasta entonces estaban desnudos y de repente se encontraron desnudados, por lo cual corrieron a taparse con unas aparentes hojas de parra. Entonces tú te reíste. Pero con un tono satírico y acento sarcástico: "He aquí al hombre, que se ha hecho ya como uno de nosotros", el cronista de la época transcribe textualmente tus palabras y deja constancia de tu sarcasmo.
Tu sentido del humor es muy particular, perdona que te diga. Porque, ¿qué me dices del asunto del Juicio Final? En él hay un detalle que da muestras de tu sentido del humor un tanto rarito. Primero concedes la absolución general y salvas a todos los hombres en masa, lo cual les parece muy injusto a los santos, que protestan enérgicamente al verse homologados con los pecadores en ese perdón colectivo, entonces Tú, ante semejante ruindad y dureza de corazón, no puedes contener tu cólera y arrojas a los santos al infierno. Chico, no sé, pero a mí me parece que por sorprendente que sea el Juicio, no tiene por qué ser escandaloso, y eso que a mí me favorece tu magnánima decisión.
Se me antoja a mí que desde el principio de los tiempos, Tú no has cesado de reírte de nosotros. Contemplas nuestras andanzas sobre la Tierra sin un atisbo de tedio, asistes a esas discusiones en las que se debate si eres galgo o podenco, hojeas los tratados de filosofía que hemos escrito y te quedas pasmado cuando te enteras de que eres un Ser Subsistente. Pero yo creo que no te ocupas exclusivamente de lo que se dice de Ti, que te interesa todo por igual: la liga de fútbol en el Congo o las conversaciones internacionales sobre desarme. Quiero decir que no eres un egocéntrico.
Opino que tú te ríes de los hombres. Sí, te cachondeas de nosotros. Te vienes burlando desde que Adán y Eva la pringaron en el Paraíso. Un día pecaron y todo fue igual, pero distinto. Hasta entonces estaban desnudos y de repente se encontraron desnudados, por lo cual corrieron a taparse con unas aparentes hojas de parra. Entonces tú te reíste. Pero con un tono satírico y acento sarcástico: "He aquí al hombre, que se ha hecho ya como uno de nosotros", el cronista de la época transcribe textualmente tus palabras y deja constancia de tu sarcasmo.
Tu sentido del humor es muy particular, perdona que te diga. Porque, ¿qué me dices del asunto del Juicio Final? En él hay un detalle que da muestras de tu sentido del humor un tanto rarito. Primero concedes la absolución general y salvas a todos los hombres en masa, lo cual les parece muy injusto a los santos, que protestan enérgicamente al verse homologados con los pecadores en ese perdón colectivo, entonces Tú, ante semejante ruindad y dureza de corazón, no puedes contener tu cólera y arrojas a los santos al infierno. Chico, no sé, pero a mí me parece que por sorprendente que sea el Juicio, no tiene por qué ser escandaloso, y eso que a mí me favorece tu magnánima decisión.
Se me antoja a mí que desde el principio de los tiempos, Tú no has cesado de reírte de nosotros. Contemplas nuestras andanzas sobre la Tierra sin un atisbo de tedio, asistes a esas discusiones en las que se debate si eres galgo o podenco, hojeas los tratados de filosofía que hemos escrito y te quedas pasmado cuando te enteras de que eres un Ser Subsistente. Pero yo creo que no te ocupas exclusivamente de lo que se dice de Ti, que te interesa todo por igual: la liga de fútbol en el Congo o las conversaciones internacionales sobre desarme. Quiero decir que no eres un egocéntrico.
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