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Inseguridad sanitaria

Inseguridad sanitaria

En Grecia, debido a la trágica situación del sistema de salud del país, inmigrantes, pensionistas y familias con hijos se ven obligados a recurrir a la atención médica que prestan las ONG.

En España, vamos camino de lo mismo. Una de cada cuatro familias ha caído en la exclusión social y la red de servicios sanitarios que proporciona la Seguridad Social se debilita cada día. El copago se ha incrementado, la atención a personas dependientes y a otros grupos vulnerables, se reduce y queda restringido el acceso a la salud para inmigrantes irregulares. La inseguridad sanitaria aumenta peligrosamente.

Costará evaluar las consecuencias de este retroceso, y cuando lo hagamos será ya tarde. Familias de bajos ingresos con enfermos de cáncer que ven cómo se triplicada su factura sanitaria; la nutrición infantil queda afectada por la eliminación de becas de comedor y el desplome o la ausencia de ingresos de sus padres; inmigrantes que mueren de tuberculosis sin recibir atención médica adecuada; servicios recortados; médicos despedidos… Nos estamos quedando sin la protección sanitaria del Estado.

Si los políticos que nos gobiernan fueran capaces de analizar la situación, se darían cuenta de su iniquidad. No es posible evaluar unas reformas cuando se llevan a cabo sin debate público y se ocultan y distorsionan las cifras para justificar, por ejemplo, la exclusión sanitaria de los inmigrantes. El Partido Popular aboca al país a situaciones injustas y angustiosas para millones de ciudadanos que pueden provocar un estallido social, multiplicó por cinco el número de trabajadores extracomunitarios en situación irregular y omite la estimación del coste que representa saturar las urgencias, ignorando el riesgo sanitario que conlleva que enfermedades infecciosas queden sin ningún control.

Las medidas que se toman son aberrantes y hay que prepararse para lo peor. Se creó un programa de reducción del “fraude” para dejar fuera del sistema sanitario a los inmigrantes, pero aplicando la misma lógica, podemos quedarnos sin cobertura sanitaria los parados, los discapacitados totales o las amas de casa que no han cotizado.

 

Orchis

Orchis

Teofrasto, discípulo de Platón y padre de la Botánica, describió una planta con una pareja de raíces que parecían gemelas y la denominó orchis (en griego significa, testículos). Estos pequeños tubérculos fueron muy apreciados en la antigüedad para elaborar pócimas afrodisiacas, (sin que se haya constatado su éxito, por cierto) algo que produjo un efecto negativo sobre la población de orquídeas, pues resultaron diezmadas.

Esto ocurría en Europa y en otro tiempo, porque en la actualidad se estima que hay en el mundo unas 23.000 especies distintas de orquídeas. El 90% de ellas son tropicales, pero el resto vive en climas templados o frescos. La diferencia entre unas y otras orquídeas radica en su tamaño, las europeas son muy pequeñas y pasan inadvertidas; en cambio, los ejemplares que crecen en las selvas tropicales son espectaculares, elegantes y bellísimas.

El cultivo de las orquídeas para floristería mueve millones en todo el mundo. Solo una especie tiene interés agrícola: la vanilla fragans, de la que se extrae la vainilla que todos conocemos por su uso culinario, especialmente en repostería.

Prostitutas invisibles

Prostitutas invisibles

A principios del mes de junio, dos prostitutas fueron asesinadas en Bilbao. Han sido víctimas de un asesinato machista, pero su muerte no se atribuirá a la violencia de género, ni su asesino será castigado con una pena agravada. Desde la aprobación de la Ley integral contra la violencia de género únicamente se considera violencia de género la que se produce en el ámbito familiar, y, aun así, no toda. La página www.feminicidio.net recoge y contabiliza como feminicidio los asesinatos de prostitutas. Entre los años 2010 y 2012 fueron asesinadas 19 mujeres que ejercían la prostitución, aunque podría haber más casos, pues una prostituta es una mujer socialmente invisible. Su muerte suele pasar inadvertida, su desaparición no se denuncia, la justicia no se siente presionada por la sociedad para imponerle una pena ejemplar al homicida, no se promueven concentraciones para manifestar la repulsa ciudadana, los políticos no guardan un minuto de silencio por estas víctimas, los medios no dedican tiempo a informar del asunto. La vida de una prostituta vale poco.

En el caso de Bilbao, es el presunto asesino, Juan Carlos Aguilar, quien ha suscitado la atención mediática debido a su proyección pública, las mujeres muertas “solo” eran prostitutas inmigrantes.

Que no se considere a las prostitutas víctimas de la violencia de género, tiene graves consecuencias para ellas: les impide acceder a la protección que se ofrece a estas víctimas, no pueden utilizar los recursos que el Estado pone a su disposición, sus agresores no sufren un agravamiento de las penas por sus crímenes.

¿Por qué una prostituta no pude denunciar maltrato y recibir de las instituciones la misma consideración, apoyo y ayuda que otras mujeres? ¿Por ser prostitutas se merecen cualquier cosa que les pase? ¿Una violación o una paliza forman parte de su trabajo, son “accidentes laborales”?

Prostitución forzada, esclavitud sexual, violencia, abusos, chantaje, explotación… La sociedad tolera y convive con estas situaciones límite agravadas, en muchos casos, por el hecho de que la mujer es inmigrante sin papeles, y el objetivo del Estado es expulsarla del país, no protegerla.

La lucha feminista debe incluir a todas estas mujeres y conseguir para ellas un cambio social, sexual y cultural que promueva la solidaridad y respeto hacia ellas. Esto incluye que la violencia que reciben se califique, a todos los efectos, como violencia de género.

España, un país de ceporros

España, un país de ceporros

Somos un país ignorante, que no se da cuenta de la importancia del conocimiento. Las ideas que no están avaladas por un conocimiento profundo, nacen muertas. Pero hoy los políticos que nos gobiernan no son expertos ni intelectuales, carecen de un saber crítico y comprometido. Nos gobierna una derecha para la que la cultura es sinónimo de gorrones que viven de la subvención. Solo les falta gritar, como Millán-Astray: ¡Muera la inteligencia!

La cultura se entiende como mero entretenimiento. Algo que ya criticó en su momento tanto Adorno como Walter Benjamin: con la cultura de masas, el ciudadano se convierte en un observador pasivo y sin juicio, su libertad se limita a elegir los mismos productos bajo distintos nombres y se produce la alienación. Esto ocurre cuando la cultura se convierte en espectáculo. Pero no solo la música, el cine o el teatro son cultura. Existen otras manifestaciones de la cultura: la política, la social, la cívica, la democrática… Que forman parte de nuestra vida y nos aportan identidad.

Por el tratamiento que da el Gobierno a las becas, a los requisitos, cuantías y derecho a recibirlas, podemos apreciar hasta qué punto importan las ideas y la cultura: bien poco. Se discute el acceso a las aulas, un asunto primordial, sin duda; aunque no se le da importancia a lo capital: cuál es el papel que debe jugar la universidad en una ciudadanía que no se inmuta ante la degradación de su función social.

Discutimos qué tasas hay que pagar o si la política de becas es la acertada, pero no el papel que juega la Universidad en un momento histórico como este. Una beca es una cantidad de dinero que se aporta al estudiante a fondo perdido para que pueda estudiar, es un medio para lograr un objetivo. Pero como ignoramos para qué sirve la universidad, no sabemos cuál es la utilidad de las becas. Seguimos sin tocar el problema de fondo.

España dispone de 50 universidades públicas y 31 privadas, repartidas en 236 campus, para atender a millón y medio de universitarios. A menudo se imparten en ellas las mismas disciplinas, algo que genera ineficiencias y duplicidades. Lo razonable sería analizar qué Universidad necesitamos: una masificada con alumnos desmotivados y profesores mal pagados o una que busque la excelencia y amplíe el conocimiento.

Ninguna Universidad española figura entre las 200 mejores del mundo. ¿No es este un indicador de que nos estamos equivocando en algo? ¿No deberíamos tomar ejemplo de universidades como Berkeley, Cambridge, Stanford o el MIT, que contribuyen a la creación de empresas y cimentan el desarrollo económico?

*Leer el informe de expertos encargado por el ministro Wert.

¿Qué motivos hay para el optimismo?

¿Qué motivos hay para el optimismo?

"Creo que lo peor ha pasado, por eso vamos a mantener la misma línea de política económica y lo creo así porque aunque los resultados lleven su tiempo, algo que dijimos, estas políticas están dando sus frutos y hay indicadores positivos que son el prólogo o la primera página de la recuperación económica", Mariano Rajoy. 18/06/2013.

 

El otro día, Mariano Rajoy nos decía que hay motivos fundados para la esperanza. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Quién, además de él y sus secuaces, los ve? La mendacidad del presidente del Desgobierno es apabullante, además de un insulto a la inteligencia de los españoles.

Nos anuncian el fin de la crisis con la excusa de la mejora coyuntural de algunos indicadores relacionados directamente con el letal incremento de la deuda para financiar gasto político improductivo. La aportación de más de 200.000 millones en diecisiete meses es demencial e insostenible. Los indicadores de actividad y demanda siguen cayendo a toda mecha y los desequilibrios que nos ha traído la crisis continúan empeorado, en especial la deuda pública y el crédito a la economía productiva. 

Pero no se crean sin más esto que les digo, vean ustedes la realidad que nos rodea y luego determinen si existen, o no, motivos para la esperanza y el optimismo. Yo me limitaré a apuntar unos datos de los principales indicadores de actividad y demanda conocidos la semana pasada (19/06/2013). Lean y deduzcan de ellos si vamos a salir de la crisis alguna vez:

Índice de comercio minorista deflactado: retroceso del 7,8 % entre enero y abril de este año, frente a la caída del 7,2 % del mismo periodo de 2012.

Consumo aparente de cemento: disminución del 25,5 % de enero a abril, frente a la caída del 34,3% de 2012.

Producción industrial: -3,6 % en el primer trimestre frente a -6,0 % del mismo periodo del ejercicio anterior.

La inversión se redujo un 17,9% en los cuatro primeros meses del año; en el mismo periodo de 2012, se redujo un 8,3%.

La financiación del sector privado ha disminuido un 9,9% hasta abril, frente a la pérdida del 5,1% de un año antes.

El consumo de energía eléctrica ha retrocedido un 2,0 % en los cuatro primeros meses del ejercicio, mientras que entre enero y abril de 2012 cayó un 2,2 %.

¿Intentarán hacernos creer que si el consumo privado, que representa el 60% del PIB, cede cinco puntos porcentuales y la inversión, que supone el 20% del PIB, un 17,9 %, la caída del PIB del segundo trimestre puede ser nula?  Ya está bien de que nos tomen por imbéciles.

Quizá estas cifras no le digan a usted mucho, pero hay otras que le tocan el bolsillo y que entenderá con mayor facilidad: la evolución de la renta y la riqueza de las familias. Aquí van unos detallitos insignificantes:

Las economías familiares se hunden.

El poder de compra de los salarios ha caído otro 0,8 % en el primer trimestre.

El precio de la vivienda ha cedido un 6,6 % en tasa anual.

Al margen de los indicadores, la cuestión es: ¿Cómo puede un país sin crédito al sector productivo y a las familias, con la renta y la riqueza mermando de forma continua, con los mayores impuestos del mundo desarrollado y la energía más cara salir de ninguna crisis si el endeudamiento público crece exponencialmente para financiar el gasto político improductivo?

¿Hace falta tener un doctorado en Economía por la universidad de Harvard para ser pesimista?

Asumir los hechos

Asumir los hechos

La tertulia acaba abordando el tema de la crisis. Hay que adaptarse a lo que hay. Nosotros no podemos hacer nada; los políticos, que son los que podrían hacer algo, tampoco se mueven.

Yo escucho y callo. No comparto estas opiniones. La vida es así y puede ser de otra manera, como nosotros la hagamos. El estoicismo nunca me ha contado entre sus partidarios, más bien entre los detractores que critican sus desventajas. Mantener la vida alejada de las circunstancias externas, permite cierta felicidad, pero también tolera las más terribles situaciones. La opresión, la injusticia, la desigualdad… Para un estoico todo irá bien, todo será aceptable, y no cuestionará los hechos, se limitará a asumirlos. Aceptar el fracaso es desertar de la vida. No implicarse, no ser autoexigentes, sobrevivir en la indiferencia del espectador complaciente es lo malo.

Adiós, Tony Soprano

Adiós, Tony Soprano

No esperes felicidad. Tus amigos te traicionarán y nadie recordará tu nombre. Morirás en tus propios brazos, Tony Soprano.

No puede ser, fue lo primero que pensé al leer la noticia. A primera hora de la mañana del miércoles conocía el deceso: James Gandolfini ha muerto. Me quedé conmocionada. Era muy joven para morir, 51 años, y le admiraba. Pienso que cualquier persona que haya visto la serie televisiva que le dio fama mundial, The Sopranos, me entenderá, porque James Gandolfini era Tony Soprano y Tony Soprano es James Gandolfini, uno de los nuestros, alguien de nuestra familia. En un mundo de ficción, James Gandolfini era auténtico y hacía real a su personaje con una simple mirada y con un habano entre los dedos. Su personalidad se imponía en cada escena, su presencia llenaba la pantalla, y así en cada capítulo, durante seis años.

Marlon Brando, con su inmortal Vito Corleone, dejó el listón muy alto, pero James Gandolfini supo igualarlo construyendo un personaje cercano, un icono de la pequeña pantalla. Amor a quemarropa; Marea Roja; Pelham 1,2,3; In the loop; Welcome to the Rileys; La noche más oscura; El increíble Burt Wonderstone fueron aportaciones de James Gandolfini al cine, pero la fascinación llegó con Tony Soprano, el personaje que ya es un mito, y el actor, que será por siempre, una estrella carismática.
 
Adiós, Tony Soprano. Descanse en paz, James Gandolfini.

Esperando el milagro que no llega

Esperando el milagro que no llega

Nos aferramos con fuerza a todo: a las personas, a la vida, al dinero, a lo que tenemos (o creemos tener), a nuestro orgullo, a nuestros hábitos, a nuestra cultura, a la forma de ver el mundo, a un determinado estatus…

Nos asimos con débiles tentáculos a rocas de arena que se desmoronan cuando las apretamos demasiado fuerte.

Deberíamos ser flexibles y movernos mecidos por el viento de las circunstancias, por la corriente de agua que nos lleva.

Intentamos vanamente resucitar el cadáver de una sociedad que hiede, mantener la putrefacción que corroe los pilares estructurales de un edificio derruido. Nos produce pánico cambiar, soltarnos…

Las hojas que se mueven van más lejos, pero seguimos pegados a este árbol carcomido y sin sabia, esperando el milagro que no llega.

Bienvenido al club

Bienvenido al club

Algo más de 1,057 billones de euros (1.057.835.000.000 euros). Esto es, exactamente, lo que adeuda el sector público español. Lo acaba de revelar el Banco de España en su informe estadístico y supone que, por primera vez, los pasivos emitidos por España, incluidas todas las administraciones públicas, superan el Producto Interior Bruto, que en 2012 ascendió a 1,049 billones.

Con estos datos, España ingresa en el club de países que deben más de un billón de euros. Japón, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Reino Unido, China, Brasil y Canadá son también miembros de este club.

La situación española puede empeorar todavía más. El Ministerio de Economía anticipa en su último Programa de Estabilidad enviado a Bruselas que “el stock de deuda continuará avanzando hasta 2016”, aunque a ritmos “progresivamente menores”.  Y estima que al final de 2013 la deuda pública representará el 91,4% del PIB, (7,2 puntos más que a finales del año 2012).

La bola de nieve de la deuda sigue creciendo. Los presupuestos públicos, excluidos los pagos de intereses, deberían mantener un superávit de más del 2% del PIB durante 20 años seguidos tan solo para que la relación entre la deuda y el PIB volviera a los niveles anteriores a la crisis. El panorama aún puede ser más desolador agravado por las cifras del paro.

Máteme, por favor

Máteme, por favor

Cuando las cosas venían mal dadas, las cápsulas de cianuro fueron el último recurso de los gerifaltes nazis y de los espías durante la Guerra Fría. Creo que ha llegado el momento de que la Seguridad Social las incluya de forma gratuita entre sus prestaciones. Lo digo totalmente en serio, sin ironía. La sociedad española es tan inhumana y las limitaciones del Estado tan flagrantes que, solo por cuestiones meramente humanitarias, debería implantarse una medida así.

El futuro del planeta nos importa un bledo. Mientras haya algo de valor en el subsuelo, seguiremos escarbando. Mientras el mar guarde recursos, seguiremos esquilmándolo. Mientras quede algo que rascar sobre la tierra, allí estaremos. Los niveles letales de desempleo nos dan lo mismo. La destrucción de la sanidad pública en aras de intereses particulares y canallas. La defunción del sistema educativo. El pasotismo ciudadano. Las ovejas resignadas… Para mí, y para mucha gente, son síntomas de una enfermedad terminal que invita más a morir que a seguir viviendo. Por eso pido la muerte por compasión y que esta sea una reivindicación prioritaria para defendernos de los malditos bastardos y criminales que habitan en las estructuras del Estado.

No conseguiremos ponerle freno a la inmundicia que nos rodea, ni limpiar de parásitos los altos estamentos. No vamos a lograr que la sociedad sea más solidaria y justa. Pero este derecho sí podemos obtenerlo. El rigor presupuestario exige que nos muramos pronto para no tener que pagarnos pensiones, ni subsidios, ni nada. Así que tenemos ganado mucho a favor de esta causa.

Pacto

Pacto

Rajoy y Rubalcaba o PP y PSOE, como ustedes prefieran, se han puesto de acuerdo en algo: convertirse en los pedigüeños de Europa. No piensan en recortar el gasto público improductivo, más del 10% del PIB, para el que no han llegado recortes, sino que ha ido creciendo en plena crisis, y el objetivo es mantenerlo a todo trance.

Rajoy y Rubalcaba, o PP y PSOE, solicitarán ayuda para empleo juvenil, para las pymes y para lo que haga falta, pero la Unión Europea no se lo va a regalar. Será un préstamo, otro más, que aumentará el endeudamiento de un país en bancarrota desde hace tiempo y que servirá en realidad para mantener a los políticos y a esa caterva de empresas públicas y mangantes que viven de chuparle la sangre al Estado, es decir, a los españoles.

¿Por qué no se establece un acuerdo urgente para paliar la pobreza y el hambre de los niños? ¿No se les cae la cara de vergüenza a nuestros políticos sabiendo que hay miles de personas que viven en situaciones límite de pobreza y necesidad? ¿Acaso les da igual que la gente se suicide porque ya no puede vivir? ¿Por qué no piden a la UE un plan de ayuda alimentario que satisfaga las necesidades básicas de quienes ya no pueden ni comer? ¿Por qué no se toman medidas radicales contra la legión de corruptos que esquilman nuestro dinero con total impunidad? ¿Por qué Bruselas no impone como condición para cualquier ayuda al Estado español una limpieza exhaustiva de parásitos? ¿Por qué los ciudadanos hemos de mantener unos bancos inviables que deberían estar ya cerrados? ¿Por qué permitimos que todo vaya a peor sin hacer nada eficaz que nos salve?

Que coman insectos ellos

Que coman insectos ellos

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, publicaba hace unas semanas un informe que ha suscitado la polémica: Insectos comestibles. Perspectivas de futuro para la seguridad alimentaria y la alimentación En este informe, recomienda el consumo de insectos para alimentar a las personas que pasan hambre en el mundo.

¿El remedio para paliar el hambre es consumir insectos o hacer accesible la comida? Pienso que la segunda opción es la que vale. Me parece bien que en ciertos países se coman bichejos como saltamontes, escorpiones, hormigas, orugas… Según la FAO, en África, Asia y América Latina se consumen 1.900 especies de este tipo de animales, que tienen un elevado contenido de proteínas, materias grasas y minerales. A mí, sinceramente, la idea de meterme un escorpión a la boca me produce asco, por más nutritivo y saludable que sea. Que conste que no tengo una visión etnocéntrica de la comida, ni de nada, supongo que en otros lugares considerarán repulsivos los caracoles con alioli, los percebes, el cochinillo asado o el conejo al ajillo. Al margen de la cuestión cultural, opino que el problema del hambre no radica en la producción sino en la distribución, por eso la solución no está en comer insectos.

Los datos de la FAO dicen que, en la actualidad, se cultiva suficiente como para alimentar a 12 mil millones de personas. En el planeta somos 7 mil millones, luego hay comida de sobra para todos. La cuestión es en qué manos está esa comida. Y se encuentra en manos de cuatro multinacionales de la agroindustria, que dan prioridad a sus intereses y obvian las necesidades alimentarias de las personas. En este sistema, si careces de dinero para pagar el precio que marcan estas empresas a los alimentos, a la tierra, al agua y a las semillas, no comes.

La solución es común a la mayoría de problemas que se nos presentan en la actualidad: abolir privilegios y extender los derechos.

La casa de los sueños de Barbie

La casa de los sueños de Barbie

El pasado 16 mayo, la Casa de los Sueños de Barbie abrió sus puertas en Berlín. Decenas de personas se manifestaron en contra de una muñeca que, consideran, incita a centrarse excesivamente en la apariencia de las mujeres, fomenta los trastornos alimenticios en niñas y adolescentes y es sexista.

La casa de Barbie mide unos 2.500 metros cuadrados y está fabricada con plástico rosa, es una representación real de la casa de juguete, que permite recorrer un enorme vestidor en el que abundan cinturones, pañuelos y joyas; un cuarto en el que se guardan decenas de pares de zapatos o el dormitorio, presidido por una gran cama y donde no faltan el tocador y los utensilios de peluquería. Probarse de forma virtual los vestidos de Barbie, preparar magdalenas virtuales o pintar y diseñar los próximos vestidos de la muñeca son otras de las posibilidades que ofrece la casa.

Las niñas están encantadas con la casa de su muñeca favorita, pero para Stevie Meriel Schmeidel, presidenta de la asociación Pinkstinks de Alemania, es la forma de potenciar la belleza y la moda lo que hace de la Casa de los Sueños de Barbie una mala iniciativa.

Drones que salvan vidas

Drones que salvan vidas

“Nunca sabremos cómo extirpar el mal agazapado en algunos seres humanos”, ha dicho el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su discurso sobre estrategias contra el terrorismo. “La amenaza está hoy más extendida”. “Los extremistas se han afianzado”. Por eso Obama defiende la “guerra ilimitada contra el terror”, el desarrollo de “acciones letales selectivas” con el objetivo de “desmantelar redes específicas de extremistas violentos que amenazan América”. Entiéndase Estados Unidos. Esas acciones se llevarán a cabo con los famosos drones (aviones teledirigidos que no necesitan piloto). Su uso es legal según las leyes estadounidenses e internacionales. Es “legal” porque Estados Unidos libra una “guerra justa y de autodefensa”. En esas circunstancias, los drones contribuyen a “salvar vidas humanas”, pues los aviones convencionales y los misiles son menos precisos y pueden causar mayor número de víctimas.

El 22 de mayo, la empresa Northrop Grumman hacía volar al MQ-4C Triton, un drone que construye para el ejército norteamericano. Tiene una envergadura de 40 metros, puede volar con autonomía más de 30 horas y cubrir una distancia de 18 000 kilómetros, mientras sus sensores registran de manera automática los blancos designados. La marina de guerra de Estados Unidos ha formalizado un pedido de 68 ejemplares de este drone, alguno de ellos cubrirá la seguridad de la base italiana de Sigonella. El resto, servirá a la noble causa de “salvar vidas humanas”, que es lo que pretende hacer el Premio Nobel de la Paz, Barak Obama, en países como Yemen, Somalia, Afganistán, Irak, Pakistan o Siria.

Gracias

Gracias

La crisis, el paro, la iniquidad que me rodea, el hartazgo, esa masa ingente de hedionda corrupción que colapsa mi pituitaria y ataca hostilmente a lo que yo entiendo por moralidad y decencia… Todo esto y mucho más, porque no quiero abundar en lo obvio, en lo común que ve cualquier persona con una pizca de ética en el alma, ha hecho que me dé cuenta de otra realidad, que se materializa palpable y me estrecha cada día con más fuerza. La comprensión, la colaboración, la mano tendida, la sonrisa sincera, la palabra cálida de los amigos y de la familia, tejen una red que amortigua mi caída como trapecista en la cuerda floja.

Gracias a todas, a todos los que sustentáis el andamio que todavía me mantiene en pie. Sí, inclúyete tú que me lees y haces que me sienta útil dignificando mi vida. Y tú, que me regalas tu cariño y te interesas por mis miserias. Y tú también. Deja que con estas líneas emocionadas te corresponda y te muestre mi gratitud.

Justicia para los preferentistas

Justicia para los preferentistas

A estas alturas de la gran crisis financiera, el Gobierno debe librar de la pesadilla de los híbridos, cuanto antes y sin deber un céntimo, a ese casi medio millón de españoles que invirtieron su dinero en preferentes o deuda subordinada. La eficiencia del rescate pedido a Bruselas no puede medirse únicamente por el saneamiento de las entidades bancarias, sino también por la capacidad de resarcir a esa masa anónima que ha sufragado con los ahorros de toda su vida los delirios de grandeza de los más conocidos banqueros.

De locos

De locos

El sábado 18 de mayo, un turista suizo, que se encontraba en el área de servicio de la autopista AP-7 de la Jonquera (Girona), sufrió un atraco en el que le robaron toda la documentación, 2.000 euros y las tarjetas de crédito. Durante el suceso, el hombre cayó al suelo y se hizo unas heridas y contusiones. Avisó a los Mossos d’Esquadra y solicitó que le atendieran en un centro sanitario. Los agentes le acompañaron al hospital de Figueres para que luego pudiera presentar la correspondiente denuncia.

En el centro sanitario, al ser extranjero, le pidieron 130 euros por la visita, pero el hombre no tenía dinero ni documentación porque se la habían robado. Según la versión de la víctima, en el servicio de urgencias se negaron a atenderle si no pagaba.

El extranjero abandonó el hospital y volvió a la Jonquera de nuevo para acudir a la comisaría de los Mossos d’Esquadra, un agente le acompañó hasta un centro de atención primaria (CAP). Aquí también le pidieron 130 euros por la visita por tratarse de una persona extranjera y no disponer de documentación ni de tarjeta sanitaria europea o de alguna aseguradora. Pese a todo, en el centro de la Jonquera, los facultativos que atendieron al hombre le hicieron un informe para que pudiera presentar la denuncia, estaba escrito a mano y a petición de los Mossos, le redactaron un documento oficial, aunque sin sello.

El hospital niega que le haya denegado la asistencia médica a esta persona, ya que no lo hace en ningún caso. Y argumenta que el hombre solo quería acreditar las lesiones para adjuntar el parte a la denuncia. No se ha pronunciado sobre el cobro de los 130 euros. El CatSalut (Servei Català de la Salut) ha abierto un expediente informativo  al hospital de Figueres para aclarar lo sucedido.

Tras esta experiencia, ese suizo no regresa a España ni de coña. Desde luego, poner una caja registradora en el box de urgencias o pedir el pasaporte antes de atender a un paciente no son prácticas muy humanitarias que digamos.

LOMCE

LOMCE

La LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) es el nombre de la penúltima reforma del sistema educativo español, porque esta que el ministro José Ignacio Wert ha impuesto (por Tutatis) durará lo que duré la mayoría absoluta del PP en el Congreso. Y van cinco desde que se aprobó la Constitución.

Puede que los alumnos no mejoren mucho su nivel académico con esta reforma, pero, al menos, tendrán su alma purificada y santificada gracias a las horas de rezo y doctrina que recibirán. Además, Wert persigue la excelencia, y cuando los alumnos la consigan, su espíritu aventurero les llevará fuera de España en busca de trabajo. También la financiación de la reforma nos obliga a pedigüeñarle a Europa doscientos millones de euros, porque la “broma” cuesta cuatrocientos y los pagaremos entre todos.

En lo que concierne a la universidad, un “comité de expertos” considera que podrá impartir docencia cualquiera que por su interés y prestigio merezca subir a la tarima; se propone que las Comunidades Autónomas puedan nombrar Rector a un gestor ajeno a la universidad, que será quien decida qué proyectos de investigación se apoyan por su rentabilidad económica.

LODE, LOGSE, LOE, LOU, LAU… Nos perdemos entre tantas siglas de reformas reformadas. Sin olvidarnos del Plan Bolonia, que se queda sin financiación con la excusa de la crisis y con unos resultados académicos penosos.

En los demás países europeos, el sistema educativo no se reinventa a cada dos por tres, mejoran el que tienen una vez detectadas las deficiencias, se adapta a los nuevos tiempos y evoluciona para formar mejor a sus ciudadanos. Pero España es diferente, para mal.

Cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país

Cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país

Estamos ante un panorama desastroso: el PP incumple su programa electoral; hay más de seis millones de parados; planea la amenaza secesionista de Cataluña; el descrédito de Rajoy es absoluto y la pésima gestión de su partido, sangrante; la clase media española ya no existe; el caso Bárcenas y un sinnúmero de casos de corrupción nos despiertan cada mañana; el Gobierno se rindió el pasado 26-A al admitir que no puede, no sabe, no quiere sacarnos de la crisis y dilata el sufrimiento de los españoles; tenemos unos políticos sin discurso, sin ideas propias y a merced de lo que manden en Bruselas; la religión vuelve a las aulas; el aborto nos saca a la calle; de los datos económicos, mejor ni hablar.

Así se llega directamente a la catástrofe, y por si esto fuera poco, el ex presidente Aznar no descarta volver: Cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país.

El Recortómetro

El Recortómetro

El Recortómetro es un trabajo recopilatorio de Merche Negro e Ismael Peña-López, en el que, a través de documentos oficiales, vídeos de intervenciones parlamentarias e informaciones aparecidas en prensa, se recogen las reformas y recortes emprendidos desde mayo de 2010.