Nos comemos el cerdito
La tasa de ahorro de los hogares españoles, apenas un 7,6% de su renta disponible, presenta unos niveles similares a los del año 1964, que es cuando empiezan las series históricas de la Contabilidad Nacional. El desempleo y la retribución de los asalariados están en claro retroceso y esto explica que los ingresos de los hogares se hayan desplomado. ¿Cuánto? La crisis ha reducido la renta disponible de los hogares en 2.709 millones de euros durante el tercer trimestre de 2012. Los impuestos también han jugado su baza. La subida de la presión fiscal (en particular el IVA y el IRPF) ha disminuido la capacidad de ahorro de los hogares en favor del sector público, que a pesar de todo sigue necesitando financiación.
El consumo se medio sostiene a costa del ahorro, es decir, tirando de la hucha. Solo así muchas familias consiguen llegar a final de mes. Las consecuencias de la falta de ahorro son letales para la actividad. Por un lado, merma la inversión financiera de las familias, algo que afecta de forma negativa a la financiación de la economía, también perjudica a la compra de otros activos, como los inmobiliarios, que encima están afectados por el racionamiento del crédito.
¿Qué haremos los españoles cuando nos hayamos comido el cerdito?
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