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Cierzo

Romanticismo puro

Ahora que la pareja Cherie-Tony Blair ya no vive en Downing Street empezamos a conocer sus secretos más íntimos. Resulta que Tony eligió para declararle su amor a Cherie y pedirle que se casara con él un lugar y un momento de lo más apropiado: ella estaba arrodillada, limpiando la taza del váter. Desde luego...

La romántica escena la relata la propia Cherie y enternece al más insensible. Imagínense a Tony, en pie y recostado sobre el dintel de la puerta del cuarto de baño, enamorado y dispuesto a compartir su vida con la mujer de sus sueños. Cherie puesta de rodillas en el suelo, con el estropajo en la mano y la cabeza medio metida en el inodoro, retirando los restos de cal y los orgánicos, sin darse cuenta de que su galán se halla a su espalda, dispuesto a pedirle la mano.

Todo debió ser tan hermoso que no me extraña que ella le diera el sí.

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