Clases
Sócrates se planteó engañar a los atenienses con una falacia: ¿Sería posible convencer a un pueblo de que los dioses habían creado tres clases sociales distintas a las que se pertenecía por nacimiento? La primera clase y más importante sería la de los gobernantes, que habrían sido fabricados con oro. La segunda clase sería la de los administrativos, fabricados con plata. Para la tercera clase se habría empleado el hierro, con este material estarían hechos los agricultores, los soldados y los campesinos. Estos argumentos proporcionarían la estabilidad a Atenas. Cada persona ocuparía en la sociedad el lugar que le corresponde por nacimiento.
Sócrates no llegó a conocer a los españoles actuales. Si nos viera, llegaría a la conclusión de que hemos puesto en práctica su falacia, aunque con ligeras variaciones. En España existen tres clases sociales: los políticos, que están hechos de barro; los banqueros, que se han construido con basura y los ciudadanos, hechos con el humo de las ilusiones.
*Caricatura: Morales de los Ríos
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