Conciliación familiar
Me lo cuenta una mujer agobiada y cansada de tanta traba como se encuentra para conciliar su vida personal y profesional. Trabaja a jornada completa, recibe un sueldo algo más elevado de lo establecido para recibir ayudas públicas y es madre de un niño de año y medio. No tiene acceso a vivienda pública ni derecho a solicitar ayudas, por lo que se ha visto obligada a contratar una hipoteca-basura que en el último año le ha subido más de 300 euros. No le corresponde plaza en la guardería pública, por lo que paga 470 euros de guardería privada. No tiene derecho a becas de guardería, ni de libros, ni de comedor, ni de nada. No puede llevar ni recoger de la guardería a su hijo, así que depende de otra persona para que se ocupe de la criatura. Si solicita una jornada laboral reducida, el salario se le encoge tanto que no se lo puede permitir. Abreviando, llega a fin de mes en peores condiciones que una persona que percibe unos ingresos más bajos.
¿Hasta cuándo se va a seguir contemplando la reducción de jornada como forma de conciliación? Ella no quiere trabajar menos horas, sino distribuirlas de otra forma. Opina que las jornadas intensivas son la clave y la flexibilidad con las madres un imperativo. De lo que se trata es de mejorar los horarios sin reducir los sueldos.
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