La justicia es igual para todos vosotros

Constitución Española de 1978. Título II. De la corona.

Artículo 56, párrafo 3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65,2.

 

En su discurso de Nochebuena, el rey Juan Carlos fue ambiguo y se quedó corto. Dijo el rey: “Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones”. De esta desconfianza creciente, da fe el CIS desde hace tiempo.

"Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar". En España andamos bajo mínimos en cuestión de comportamientos ejemplares.

“Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos”. El rey ya ha tomado una decisión, Urdangarin se queda solo ante el peligro en un proceso que, según fuentes jurídicas, alcanzará su punto culminante esta semana, cuando se conozca la fecha en la que Urdangarin será llamado a declarar como imputado.

La Justicia es igual para todos, ha dicho el rey, quizá se le olvidó añadir “vosotros”. La justicia es igual para todos vosotros, porque su hija, la infanta doña Cristina, es copropietaria al 50% de la empresa Aizoon, y esta promotora emitió facturas falsas para engañar a Hacienda. Con su sello se emitieron recibos de servicios jamás prestados para reducir los beneficios de Nóos y pagar menos impuestos. ¿Algo que decir al respecto, señor?