¿Lo hemos conseguido?
Tras lustros de lucha, las mujeres hemos conseguido que la palabra dada sirva para convertir a un hombre en culpable de la mayoría de delitos sexuales. Esto ha permitido que se castigue a muchos indeseables, pero, al mismo tiempo, también le ha causado la ruina a un montón de inocentes.
La palabra de una camarera de hotel ha servido para que el presidente del FMI haya acabado en prisión. La policía, un fiscal y un juez han creído el testimonio de una mujer. Dominique Strauss-Kahn puede ser culpable, pero a falta de un conocimiento completo de los hechos, también pudiera ser inocente.
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