El muro de la vergüenza
Cada día más de 100 bulldozers trabajan sin descanso en la construcción del muro que separará Israel de Palestina, poniendo de relieve que el verdadero camino que la "Hoja de Ruta" está alambrado con espinas. Según el actual proyecto, la longitud estimada del muro será de 400 millas y supondrá la mayor apropiación de tierra desde 1967, año en que Israel ocupó la franja de Gaza y Cisjordania. El muro ya se ha adentrado 4 millas dentro de Cisjordania, en algunas áreas puede llegar hasta las 10 millas, y sigue un trazado que asegura la máxima anexión de terreno y un control férreo del territorio palestino.
El muro, denominado con el eufemismo de "valla de seguridad", está formado por edificios de hormigón de 8 metros de alto y cuenta con torres de vigilancia armadas desde las que se divisan áreas residenciales. En algunas zonas el muro consiste en capas de vallas electrificadas y zonas parachoques de trincheras, caminos para patrullas, sensores y cámaras. En Palestina y entre los grupos de solidaridad, al muro se le conoce como el muro del Apartheid, porque forma parte de un proyecto colonial que conlleva la práctica de una política de ocupación, discriminación y expulsión.
Los palestinos serán encerrados en un gueto, en una cárcel al aire libre, y se les privará de los más esenciales derechos humanos. La construcción del muro ya está causando problemas como la destrucción de campos agrícolas, desperfectos en las redes del regadío, derribo de casas, comercios e infraestructuras sociales. Con los continuos toques de queda, cierres de fronteras y ataques militares, la población palestina depende más que nunca de sus tierras para sobrevivir, pero se les impide el acceso a ellas o bien se confiscan o quedan aisladas por el muro.
Detener la construcción de este muro nos compete a todos, Palestina debe ser un estado soberano. El pueblo palestino nunca será libre si vive recluido dentro de una jaula y bajo el control de los soldados israelíes, a merced de la política que decidan imponer Israel y los Estados Unidos.
El muro, denominado con el eufemismo de "valla de seguridad", está formado por edificios de hormigón de 8 metros de alto y cuenta con torres de vigilancia armadas desde las que se divisan áreas residenciales. En algunas zonas el muro consiste en capas de vallas electrificadas y zonas parachoques de trincheras, caminos para patrullas, sensores y cámaras. En Palestina y entre los grupos de solidaridad, al muro se le conoce como el muro del Apartheid, porque forma parte de un proyecto colonial que conlleva la práctica de una política de ocupación, discriminación y expulsión.
Los palestinos serán encerrados en un gueto, en una cárcel al aire libre, y se les privará de los más esenciales derechos humanos. La construcción del muro ya está causando problemas como la destrucción de campos agrícolas, desperfectos en las redes del regadío, derribo de casas, comercios e infraestructuras sociales. Con los continuos toques de queda, cierres de fronteras y ataques militares, la población palestina depende más que nunca de sus tierras para sobrevivir, pero se les impide el acceso a ellas o bien se confiscan o quedan aisladas por el muro.
Detener la construcción de este muro nos compete a todos, Palestina debe ser un estado soberano. El pueblo palestino nunca será libre si vive recluido dentro de una jaula y bajo el control de los soldados israelíes, a merced de la política que decidan imponer Israel y los Estados Unidos.
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