La humanidad se va al garete
En la presentación de su libro El nacimiento de una nueva conciencia el arqueólogo Eudald Carbonell ha afirmado: "Estoy convencido de que hay otra conciencia que nos permite saber qué está pasando en nuestro planeta y es preciso reflexionar sobre la posibilidad de que con el tiempo la especie humana desaparecerá" y añade: "No se trata de una suposición catastrofista, sino muy real en base a la situación actual".
También ha pronosticado que "la familia desaparecerá como ámbito de cohesión", ya que ha perdido su estructura original por culpa de la evolución industrial. La solución que aporta el codirector de las excavaciones de Atapuerca es que con la actual consciencia de colapso de la especie "necesitamos reorganizarnos para llegar a conocer el proceso humano". Carbonell ha hecho pública una novedosa visión sobre la condición humana, según la cual la selección técnica se impone como mecanismo de evolución y opina que lo más destacable de la nueva especie será la socialización del conocimiento, que hará posible una vida mejor para todos.
No creo que haya que ser científico ni clarividente para reparar en que la especie humana se abalanza hacia un desastre inminente, que de mantenerse el crecimiento demográfico y el deterioro ecológico, tenemos los días contados: acabaremos con los recursos energéticos y no habrá alimentos ni agua para todos. La pena es que antes de que esto ocurra nos habremos llevado por delante a millones de especies animales y vegetales, que habrán sucumbido a nuestra acción devastadora e inconsciente. Algo que me hace recordar el famoso slogan de la campaña contra el abandono de perros: "Ellos nunca lo harían", pero nosotros, que nos tenemos por animales racionales y sabios, lo hemos consumado ya.
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