Contra la matanza de focas en Canadá
Mónica me ha enviado un mensaje en el que se informa sobre la matanza de focas que se produce anualmente en Canadá y me pide que me sume al boicot.
"Cada año, sobre los hielos de la Península del Labrador y de Newfoundland, al abrirse la primavera, tiene lugar la mayor carnicería mundial de mamíferos. Cientos de miles de focas, de entre 12 días y 12 meses de edad, mueren a golpes para que su preciada piel, su grasa y sus penes lleguen al mercado occidental como productos de lujo, dietéticos o afrodisíacos. Para evitar todo esto, se ha decretado un boicot internacional al que tú debes sumarte.
Casi el 95% de las focas muertas a golpes durante los últimos cinco años, tenían menos de tres meses de edad. En el año 2001, un informe de un equipo independiente de veterinarios que estaba invitado por la IFAW para observar la cacería, concluyó que las normas gubernamentales para que la matanza fuera "humanitaria" ni se habían respetado ni se habían hecho cumplir, y que la cacería vulneró las leyes básicas canadienses sobre bienestar animal. Los veterinarios indicaron que al menos un 40% de los animales habían sido despellejados estando vivos y conscientes.
Queremos el final de las cacerías por es injustificable masacrarlas a esa edad y de ese modo para comerciar con su piel. Y lo que es más, el hecho de que esta matanza, la mayor del planeta de mamíferos marinos, sea perpetrada por una nación civilizada, es un ejemplo terrible de cómo debemos tratar a las criaturas que habitan la Tierra. Además, el Ministerio de Pesca y Océanos no ha cursado hasta la fecha ni una sola de las denuncias por crueldad que ha recibido, a pesar del duro trabajo que han llevado a cabo responsables animalistas para documentar bien tantas violaciones y abusos".
CIPLAE
La campaña me parece acertada y conveniente, pero me suscita una pregunta: ¿Por qué nos horroriza tanto el maltrato que reciben las focas y cerramos los ojos ante situaciones similares que afectan a otros muchos animales?
Los pollos que consumimos viven en unas condiciones deplorables: hacinados, sin ver la luz del día, consumiendo piensos de dudosa composición y complejos hormonales para su rápido crecimiento y recibiendo dosis indiscriminadas de antibióticos. En muchos casos, los pollos están conscientes cuando se les corta el cuello o cuando se les sumerje en los tanques de agua hirviendo para desplumarlos. Al matarlos aún son crías, apenas tienen dos meses, siendo su esperanza de vida de 10 a 15 años. La Campylobacter es la bacteria que comúnmente causa la gastroenteritis. Un estudio ha demostrado que dicha bacteria se halla en cerca de un 90% de la carne de pollo de granja, en el 100% de los pavos y en el 88% de los patos domésticos. Una investigación del gobierno del Reino Unido en agosto de 2001 reveló que dos tercios de los pollos frescos que se vendían en los supermercados y carnicerías británicos estaban infectados con la Campylobacter que envenena la carne. ¿Por qué no se realizan movilizaciones en defensa de los pobres pollos y de nuestra propia salud?
Éste es sólo un ejemplo, entre miles, que ilustra la crueldad con la que tratamos a los otros animales y que nos retrata como personas. Las focas se merecen otro trato, nadie lo discute, pero también los perros, los toros, los elefantes, los atunes, los...
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