Otro 8 de marzo
El 8 de marzo de 1857, una marcha de obreras textiles recorrió las calles de Nueva York para conseguir unas mejores condiciones de trabajo. Era la primera vez que algo así ocurría.
El 5 de marzo de 1908, también en Nueva York, unas 40.000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga reclamando el derecho a sindicarse, mejores salarios, descanso dominical, reducción de la jornada laboral a 10 horas, formación laboral, un tiempo para lactar a sus hijos y el rechazo al trabajo infantil. Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, los dueños de la empresa las mantenían encerradas para obligarlas a seguir en sus puestos e impedir que se unieran a la huelga.
El año 1977, Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El color lila con que se identifica esta fecha es el del tejido que confeccionaban las obreras el día que murieron.
El Día de la Mujer Trabajadora es una conmemoración y no una celebración. Han sido muchos los logros alcanzados, pero las mujeres y los hombres aún no disfrutamos de los mismos derechos ni de igualdad de oportunidades, por eso nuestro objetivo es no tener que reivindicar nada: alcanzar la ansiada igualdad.
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