Hijo
En ocasiones, veo el mundo dividido en dos, y es que la realidad me provoca un profundo sentimiento de indignación.
En medio mundo unos pocos disfrutan de casi todo y el resto malvive con casi nada. Por ellos hay que seguir soñando con un mundo mejor y más solidario, concienciarnos y concienciar.
David, mi hijo, listo, sensible y curioso, es mi referencia a la hora de medir diferencias, desigualdades, injusticias. Lo que no quiero para él, no me gusta que lo vivan otros. Me gustaría que David creciera con esta conciencia y participara en revoluciones inteligentes, pacíficas y honestas. Me gustaría que David, que todos los chavales, creyeran en la utopía. ¿Utopía un mundo igualitario? La utopía debe existir.
David, lucha y no desfallezcas. Escoge tu camino, sé tú mismo y construye tu propio pensamiento, sostenido por una conciencia limpia. Huye de lo fácil, de la manipulación, del egoísmo, de fanáticos y fanatismos, de poderes y poderosos, de mentiras y mentirosos. En un mundo ajeno a la esperanza, luchar por salvarlo no debería tener leyes o reglas, pero sí un horario. La Tierra es bella y nuestro mundo puede y debe ser mejor, pero hay que actuar ¡ya!
Sueña con ese mundo en que nosotros seamos todos. Viaja, descubre, conoce, intégrate, respira y siente otros mundos, otras culturas, otras gentes. No te mires el ombligo. Habla, escucha, toma, da, comparte y nunca dejes de lado al que sufre. Rodéate de gente buena y no temas tropezar en el camino que escojas. Si lo haces, levántate, hijo, levántate siempre y sigue luchando.
Ésta es la ilusión que pongo en ti, en los jóvenes, para que logréis todo aquello que nosotros no seremos capaces de conseguir.
Acuérdate de mí cuando encuentres las respuestas a las preguntas que me hiciste. Porque las encontrarás, seguro. Es tu turno. ¡Cambia el mundo!
2 comentarios
Josep -
Los jovenes no estan preparados para luchar.
almena -
:)