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Gustav von Aschenbach

Gustav von Aschenbach

"Quien ha contemplado con sus ojos la belleza está consagrado ya a la muerte". Karl August Von Platen, poeta alemán.

El adagieto de la quinta Sinfonía de Mahler pone una nota desgarradora a la escena final de la película “Muerte en Venecia”. Gustav von Aschenbach se encuentra en la playa, intentando atrapar en vano el objeto de su anhelo: Tadzio. El maquillaje de su rostro se deshace y el patético remedo de juventud y belleza logrado en la peluquería es ahora una máscara mortuoria. Tadzio se aleja mar adentro hasta desdibujarse con el horizonte y se lleva con él ese enigma apunto siempre de revelarse.

Thomas Mann se inspiró para su novela en un hecho real protagonizado por Mahler en Venecia. En 1911, a la edad de 51 años, Gustav Mahler fallece debido a las complicaciones de una amigdalitis purulenta. Thomas Mann leía en los diarios sobre la agonía del compositor y se inspiró en estos hechos para crear su personaje. También le aportó una de sus vivencias personales: el suicidio de su hija Carla. Gustav von Aschenbach pierde a su pequeña hija, y esta circunstancia sirve de excusa a Mann para exponer sus conflictos internos y asomarse mediante la escritura al abismo de la muerte.

El cineasta italiano Luchino Visconti transforma el personaje de la novela en músico para mostrarnos la relación del artista con la belleza, la armonía, el equilibrio y la pureza. La búsqueda incesante de una emoción estética exige la embriaguez de los sentidos y provoca un apasionamiento devastador que transporta al borde de la locura, la fuerza del artista para mantener el equilibrio en este caos fructificará en vida, una vida conseguida a costa de la muerte.

Tadzio es un ángel adolescente e inaccesible, un ideal estético, su belleza suscita un deseo irreprimible en von Aschenbach, que pretende asir lo intangible y materializar lo imposible. Persiguiendo una atracción fatal, Venecia se convierte para Aschenbach en una laguna Estigia brumosa y apestada que únicamente ilumina la presencia de Tadzio. La ciudad de la sensualidad es la ciudad de la muerte.

La película retrata una decadencia patética, pues von Aschenbach es consciente de ella y la sufre como una tortura tras la herida abierta por los fracasos del pasado, herida a la que se suma el envejecimiento y la enfermedad. La pasión despertada por Tadzio es un soplo de vida peligroso que recorre el rígido universo intelectual en el que se ha encerrado. El artista se desintegra en el hombre y pierde su majestad mientras descorre el bello velo de la muerte.

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