Hermano mono
The Great Ape Project International (El Proyecto Gran Simio) se basa en el parentesco que une a chimpancés, gorilas, bonobos, orangutanes y hombres para conseguir que estos animales gocen de la misma protección moral y legal que tienen las personas, asimismo pretende conseguir una Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Grandes Simios Antropoides.
Científicos internacionales como Jane Goodall, premio Príncipe de Asturias de 2003; Toshisada Nishida, paleontólogo; Roger y Deborah Fouts, estudiosos del uso del lenguaje de signos por los chimpancés; Richard Dawkins, zoólogo especializado en etología; Jared Diamond, profesor del Departamento de Fisiología de la Universidad de California o Tom Regan, filósofo, apoyan la iniciativa, y el Gobierno español estudia que España se una al proyecto para acabar con el maltrato, la esclavitud y el peligro de extinción que amenaza a estos animales.
Los seres humanos somos animales: organismos móviles y pluricelulares que obtienen energía de la ingestión (comida), y tenemos algunos rasgos comunes con todos los animales, aunque nuestra semejanza genética es más grande con los chimpancés, con los que compartimos el 98,4 por ciento de los genes; con los gorilas, el 97,7 por ciento, y el 96,4 por ciento con los orangutanes. El hombre pertenece a la clase de los mamíferos, al orden de los primates, al suborden de los simios, a la clase de los homínidos y a la especie Homo sapiens, de ahí que la comunidad científica esté debatiendo la posibilidad de cambiar la clasificación de los chimpancés para que compartan el mismo género que los humanos. Esto significa que la clasificación del chimpancé, que es: mamífero, primate, simio, homínido y pertenece a la especie pan troglodytes, pase de ser pan troglodytes a Homo troglodytes.
La UNESCO ya proclamó en 1977 la Declaración Universal de los Derechos de los Animales y es, al igual que Declaración Universal de Derechos Humanos, papel mojado. El deseo de mejorar el trato que reciben los grandes primates es encomiable, y lo sería más aún de hacerse extensivo al resto de los animales, a todos los seres vivos del planeta, pero siendo incapaces de darles un trato igualitario a las mujeres, a los negros, a los inmigrantes, a los pobres, a los judíos, en definitiva, a los “nuestros”, ¿cómo vamos a respetar los derechos de un primate? Desde la microscópica ameba al organismo celular más complejo, ningún ser necesita del hombre para sobrevivir. Cada especie se las ha ingeniado para desarrollarse en los medios más hostiles desde hace milenios. Si algo bueno puede hacer el ser humano por los primates es dejarlos en paz y respetar su hábitat.
Disparatadas interpretaciones y una presentación ridícula de sus objetivos, han logrado que la opinión pública se esté tomando a chufla el Proyecto Gran Simio, al que hay que elogiarle el mérito de reconocer que los primates necesitan ser protegidos del hombre, ese depredador todopoderoso que degenera a pasos agigantados hacia el Homo exterminador.
Proyecto Gran Simio
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