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Cierzo

La desgracia de ser superdotado

Un joven superdotado presenta una demanda por los daños y perjuicios que la falta de atención del sistema educativo le ha causado. Alega que durante su etapa escolar sufrió un trato negligente que continúa afectándole como adulto. Pese a que sigue un tratamiento y a su delicado estado, su familia ha interpuesto una reclamación por responsabilidad patrimonial del Estado ante la mala atención del sistema educativo en su comunidad autónoma.

Para que estos casos no se repitan, la LOE da un paso adelante al hablar de altas capacidades y no de superdotación: un mero factor numérico que convierte a cualquiera que tenga un cociente intelectual superior a 130 en un fenómeno. Con este fatídico número la Administración valoraba hasta ahora la capacitación de los estudiantes y con el fin de evitar asumir responsabilidades respecto a ellos, algunas comunidades autónomas sólo medían cocientes intelectuales hasta 129. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, se cayó en el error de considerar superdotado a aquél que tuviera un rendimiento excepcional en todas las áreas asociado a un desarrollo equilibrado personal y social, cuando este tipo de personas no existen, ya que el rendimiento sería consecuencia de la educación específica y su propia condición supone cierta incapacitación.

Por primera vez el Ministerio de Educación se ha comprometido con CEAS (Confederación Española de Asociaciones de Superdotados) a que los expertos de la Confederación redacten el borrador del real decreto que regulará las altas capacidades. Ya era hora de que se atendieran debidamente las necesidades particulares de un superdotado, porque uno de los temas que más controversia ha generado en torno al concepto del superdotado intelectual tiene que ver con la consideración de estos alumnos como "especiales" y por ello objeto de un currículo adaptado a sus características.

Algunos opinan que es necesario tener en cuenta su educación porque constituye una gran posibilidad de mejorar el mundo en que vivimos, y en estos términos se expresan algunos documentos como el elaborado por la Comisión de Cultura y Educación del Consejo de Europa en el año 1993. Otros abogan por la necesidad de una educación especial, porque careciendo de ella tendrán problemas de motivación escolar, bajo rendimiento y trastornos emocionales. Sin embargo, no debemos pensar que el término de "superdotado" ha de llevar inexorablemente a desajustes emocionales o inadaptación, puesto que esto no ocurre en todos los casos ni se da en la misma intensidad.

Hoy en día el alumno superdotado está considerado como un "alumno con necesidades educativas especiales", lo que supone promover una acción educativa que responda a estas necesidades, y dotar a la escuela de los recursos personales y materiales que sean necesarios para desarrollar de manera eficaz esa atención. Según el doctor Joseph Renzulli, del Instituto de Investigación para la educación de los Alumnos Superdotados (Research Institute for Gifted Education) de la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, lo que define a un individuo superdotado es la posesión de tres conjuntos básicos de características estrechamente relacionadas y con igual énfasis en cada una de ellas: Una capacidad intelectual superior a la media. Un alto grado de dedicación a las tareas. Altos niveles de creatividad. Los sujetos superdotados poseen una capacidad intelectual superior a la media, aunque no tienen que ser por fuerza extraordinariamente inteligentes. En este sentido cobra importancia el procedimiento en que se calcula la habilidad intelectual.

La habilidad intelectual no debiera ser sólo el resultado de una serie de puntuaciones en una prueba intelectual. Los expertos en la educación de niños superdotados recomiendan que el mayor peso sobre el pronóstico de la potencial habilidad intelectual de un alumno se dé a la evidencia de un alto nivel de rendimiento en el colegio, rendimiento demostrado durante un período de tiempo, junto con los resultados de las correspondientes pruebas académicas. Los sujetos superdotados muestran, además, una gran capacidad de trabajo, es decir un alto grado de dedicación a las tareas. Son capaces de emplear una gran cantidad de energía en resolver un problema concreto o a una actividad específica. La perseverancia, en definitiva, es uno de los rasgos inherentes a la mayoría de las definiciones sobre superdotados, definida como afán de logro y devoción hacia sus específicas áreas de interés. Por último, los sujetos superdotados muestran, también, altos niveles de creatividad. Las personas que los conocen comentan con frecuencia que sus ideas, preguntas, dibujos, juegos, etc., son originales, ingeniosos, novedosos y poco corrientes. Este aspecto conlleva necesariamente el hecho de preguntarse acerca de cómo medir la creatividad, y no sólo eso, pues la misma definición de creatividad ya provoca en sí, disparidad de opiniones.

Un aspecto importante que no conviene descuidar tiene que ver con el trato personal que se le da al superdotado, al margen de las leyes educativas. A nadie se le escapa que estos alumnos suelen ser considerados por sus condiscípulos como empollones, bichos raros, algo que contribuye a estigmatizarlos y a hacerles considerar vergonzante y negativo ese potencial que les acarrea la discriminación e incluso la burla de sus compañeros. Porque lo sé, lo digo.

2 comentarios

Gabriel Hernàndez R -

Puedes mandarme caracterìsticas de los jovenes superdotados?

Carles -

Me ha parecido muy buena esta noticia.

Un Abrazo,
Carles
carles_sants@yahoo.es