De la necesidad de amor al maltrato
Todos hemos tenido la oportunidad y la desgracia de conocer casos tremendos de malos tratos y es imposible no quedar conmocionado por relatos escalofriantes.
Cada caso es distinto y todos los casos son iguales: la mujer maltratada proviene de un hogar disfuncional. Ha recibido poco afecto de niña y no le han dedicado la atención que necesitaba. Al llegar a adultas, estas mujeres suelen convertirse en personas que proporcionan afecto, se ven atraídas hacia los necesitados, se identifican con compasión con aquellos que sufren y tratan de aliviar el dolor ajeno para disminuir el suyo. Existe un hecho significativo, y es que se sienten atraídas por hombres que parecen necesitados, la raíz de esta atracción es el deseo de ser amadas. El hombre que las atrae quizás sea incapaz de relacionarse bien con los demás, o puede ser frío, obstinado, egoísta, malhumorado, depresivo, rebelde, infiel, irresponsable, alcohólico, cruel, drogodependiente, imposibilitado para amar, puede estar arruinado... En definitiva, es un hombre que necesita ayuda, comprensión y sabiduría para mejorar su vida.
Estas mujeres no se fijan en los hombres sanos que podrían darles lo que necesitan, estos hombres les parecen aburridos. Prefieren los hombres que reproducen roles que soportaron con sus padres, cuando trataban de ser buenas, cariñosas, dignas, útiles e inteligentes para ganarse el amor, la atención y la aprobación de aquellos que no podían darles lo que necesitaban debido a sus propios problemas y preocupaciones. Funcionan como si el amor, la atención y la aprobación no tuvieran importancia a menos que puedan obtenerlo de un hombre que también es incapaz de dárselo debido a su problemática personal.
Aterradas por la posibilidad del abandono, estas mujeres experimentan un profundo terror al abandono emocional y al vacío que conlleva, y el miedo a ser rechazadas por un hombre que representa en muchos aspectos a aquellas personas que las abandonaron primero, hace aflorar ese terror. Acostumbradas a la falta de amor en las relaciones personales, estas mujeres están dispuestas a esperar, conservar las esperanzas y esforzarse para complacer. Cualquier otra mujer, con antecedentes distintos, sería capaz de decir: "Esta relación no es buena, no me satisface, no voy a seguir con este hombre que me hace sufrir y con quien no soy feliz". Pero las mujeres necesitadas de afecto lo toleran todo, lo disculpan todo con la esperanza de que su pareja cambie, de que mañana sea diferente. Esperar que él cambie es más cómodo que cambiar ellas mismas y cambiar sus vidas. Por este motivo aceptan más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.
Su amor propio es bajo y en el fondo no creen merecer la felicidad, en cambio, están convencidas de que deben ganarse el derecho a disfrutar la vida. Se sienten culpables y acomplejadas, temerosas de que alguien descubra que no son todo lo buenas que ellas creen que deberían ser para merecer el amor de los demás. Estas mujeres viven en un mundo de fantasía, donde el hombre que las hace desgraciadas o del que están insatisfechas, se convierte en lo que están seguras de que puede llegar a ser con su ayuda. Dado que no saben muy bien cómo ser felices en una relación y no están acostumbradas a que alguien a quien quieren satisfaga sus necesidades emocionales, ese mundo de ensueño es lo máximo que se atreven a tener para sentirse felices. Con un hombre que fuera todo lo que ellas quisieran no tendrían oportunidad de satisfacer su compulsión de ayudar.
Con este perfil psicológico, una mujer se convierte en víctima potencial de cualquier hombre maltratador, ya sea psíquico o físico, y establece con su torturador una relación de dependencia. Él la necesita para sentirse superior, para reforzar su ego, porque es cobarde, violento, controlador, celoso, posesivo... Y ella necesita cambiarle con su amor. Estoy hablando de un círculo vicioso de consecuencias imprevisibles y devastadoras que hay que romper cuanto antes.
El tema de los malos tratos no puede abordarse en un artículo, es demasiado complejo para bosquejarlo con cuatro trazos representativos, además, cada caso merece una atención y un trato distinto. No quiero acabar sin antes dejar un mensaje de esperanza para todas las mujeres que han sufrido en sus relaciones con hombres que las maltrataban:
Tú tienes derecho a ser amada por lo que eres. Nadie que te quiera de verdad te pedirá que cambies. El amor que impone condiciones no es amor.
Tú eres más fuerte de lo que crees o te han hecho creer. Tienes la capacidad de modificar los aspectos de tu vida que no te agraden. Puedes conseguir tus propósitos.
Déjate ayudar, no intentes solucionarlo todo sola. Hay personas dispuestas a tenderte su mano que te serán muy útiles.
Recupera tu autoestima, hazte valer. Si adoptas el papel de víctima estarás transmitiendo a tus hijos un patrón de conducta equivocado que puede afectarles en el futuro.
Libérate cuanto antes del dolor, de la ira y del miedo, son sentimientos negativos que impedirán que seas libre y feliz.
Éste es el testimonio de una mujer que está luchando por salir adelante tras trece años de convivencia con un hombre alcohólico, cruel, violento y egoísta: "Cada día es una batalla para mí, a veces, gano. Es cuando controlo mis ataques de miedo y mis crisis de angustia. Me siento desolada y con una gran tristeza interior porque soy diferente al resto de las personas. He superado la impotencia, la fobia, las tentativas de suicidio, la amenaza de la locura, el bloqueo emocional, he resucitado mi amor propio y me he inventado otra personalidad. No sé cómo saldré de ésta, sólo sé que saldré porque tengo dos hijos que me necesitan y porque ahí fuera hay una vida que me espera".
Hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género, una jornada promovida por Naciones Unidas en recuerdo de las hermanas Mirabal, tres mujeres asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana. Desde principio de año hasta la fecha han fallecido 59 mujeres en España a manos de su pareja o expareja.
Cada caso es distinto y todos los casos son iguales: la mujer maltratada proviene de un hogar disfuncional. Ha recibido poco afecto de niña y no le han dedicado la atención que necesitaba. Al llegar a adultas, estas mujeres suelen convertirse en personas que proporcionan afecto, se ven atraídas hacia los necesitados, se identifican con compasión con aquellos que sufren y tratan de aliviar el dolor ajeno para disminuir el suyo. Existe un hecho significativo, y es que se sienten atraídas por hombres que parecen necesitados, la raíz de esta atracción es el deseo de ser amadas. El hombre que las atrae quizás sea incapaz de relacionarse bien con los demás, o puede ser frío, obstinado, egoísta, malhumorado, depresivo, rebelde, infiel, irresponsable, alcohólico, cruel, drogodependiente, imposibilitado para amar, puede estar arruinado... En definitiva, es un hombre que necesita ayuda, comprensión y sabiduría para mejorar su vida.
Estas mujeres no se fijan en los hombres sanos que podrían darles lo que necesitan, estos hombres les parecen aburridos. Prefieren los hombres que reproducen roles que soportaron con sus padres, cuando trataban de ser buenas, cariñosas, dignas, útiles e inteligentes para ganarse el amor, la atención y la aprobación de aquellos que no podían darles lo que necesitaban debido a sus propios problemas y preocupaciones. Funcionan como si el amor, la atención y la aprobación no tuvieran importancia a menos que puedan obtenerlo de un hombre que también es incapaz de dárselo debido a su problemática personal.
Aterradas por la posibilidad del abandono, estas mujeres experimentan un profundo terror al abandono emocional y al vacío que conlleva, y el miedo a ser rechazadas por un hombre que representa en muchos aspectos a aquellas personas que las abandonaron primero, hace aflorar ese terror. Acostumbradas a la falta de amor en las relaciones personales, estas mujeres están dispuestas a esperar, conservar las esperanzas y esforzarse para complacer. Cualquier otra mujer, con antecedentes distintos, sería capaz de decir: "Esta relación no es buena, no me satisface, no voy a seguir con este hombre que me hace sufrir y con quien no soy feliz". Pero las mujeres necesitadas de afecto lo toleran todo, lo disculpan todo con la esperanza de que su pareja cambie, de que mañana sea diferente. Esperar que él cambie es más cómodo que cambiar ellas mismas y cambiar sus vidas. Por este motivo aceptan más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.
Su amor propio es bajo y en el fondo no creen merecer la felicidad, en cambio, están convencidas de que deben ganarse el derecho a disfrutar la vida. Se sienten culpables y acomplejadas, temerosas de que alguien descubra que no son todo lo buenas que ellas creen que deberían ser para merecer el amor de los demás. Estas mujeres viven en un mundo de fantasía, donde el hombre que las hace desgraciadas o del que están insatisfechas, se convierte en lo que están seguras de que puede llegar a ser con su ayuda. Dado que no saben muy bien cómo ser felices en una relación y no están acostumbradas a que alguien a quien quieren satisfaga sus necesidades emocionales, ese mundo de ensueño es lo máximo que se atreven a tener para sentirse felices. Con un hombre que fuera todo lo que ellas quisieran no tendrían oportunidad de satisfacer su compulsión de ayudar.
Con este perfil psicológico, una mujer se convierte en víctima potencial de cualquier hombre maltratador, ya sea psíquico o físico, y establece con su torturador una relación de dependencia. Él la necesita para sentirse superior, para reforzar su ego, porque es cobarde, violento, controlador, celoso, posesivo... Y ella necesita cambiarle con su amor. Estoy hablando de un círculo vicioso de consecuencias imprevisibles y devastadoras que hay que romper cuanto antes.
El tema de los malos tratos no puede abordarse en un artículo, es demasiado complejo para bosquejarlo con cuatro trazos representativos, además, cada caso merece una atención y un trato distinto. No quiero acabar sin antes dejar un mensaje de esperanza para todas las mujeres que han sufrido en sus relaciones con hombres que las maltrataban:
Tú tienes derecho a ser amada por lo que eres. Nadie que te quiera de verdad te pedirá que cambies. El amor que impone condiciones no es amor.
Tú eres más fuerte de lo que crees o te han hecho creer. Tienes la capacidad de modificar los aspectos de tu vida que no te agraden. Puedes conseguir tus propósitos.
Déjate ayudar, no intentes solucionarlo todo sola. Hay personas dispuestas a tenderte su mano que te serán muy útiles.
Recupera tu autoestima, hazte valer. Si adoptas el papel de víctima estarás transmitiendo a tus hijos un patrón de conducta equivocado que puede afectarles en el futuro.
Libérate cuanto antes del dolor, de la ira y del miedo, son sentimientos negativos que impedirán que seas libre y feliz.
Éste es el testimonio de una mujer que está luchando por salir adelante tras trece años de convivencia con un hombre alcohólico, cruel, violento y egoísta: "Cada día es una batalla para mí, a veces, gano. Es cuando controlo mis ataques de miedo y mis crisis de angustia. Me siento desolada y con una gran tristeza interior porque soy diferente al resto de las personas. He superado la impotencia, la fobia, las tentativas de suicidio, la amenaza de la locura, el bloqueo emocional, he resucitado mi amor propio y me he inventado otra personalidad. No sé cómo saldré de ésta, sólo sé que saldré porque tengo dos hijos que me necesitan y porque ahí fuera hay una vida que me espera".
Hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género, una jornada promovida por Naciones Unidas en recuerdo de las hermanas Mirabal, tres mujeres asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana. Desde principio de año hasta la fecha han fallecido 59 mujeres en España a manos de su pareja o expareja.
1 comentario
Marìa Ines -
Si, todo con mucha caridad... pero..y ¿si no se ayuda y no se deja ayudar, no escucha a nadie? Se puede tener la intenciòn, el deseo de ayudar al otro y hacerle ver el error... pero y ¿ si no lo ve, no quiere verlo, no quiere ser consciente? entonces mientras tanto la mujer se desgasta en todos sus aspectos por tender la mano a su compañero, el cual desafortunadamente cuando lo conocio se puso la mejor màscara del teatro romàntico porque si dijera del teatro griego podrìa estar mostrando burlonamente tal cual es.. el teatro griego era sarcàstico y dejaba ver la naturaleza del otro, pero en el teatro romàntico es lleno de ilusiones, metàforas socarronas. La verdad como dices, tratar el maltrato, sea a la mujer o a los hijos es un punto àlgido y sin fin, pero lo que si digo hay que tener justicia y eso lo tiene que dar el Estado, Primero:Educaciòn; Segundo: Salud; Tercero: Empleo; Cuarto: Recreaciòn sana, esto si quieren una sociedad sana, que la mujer pueda contar con la Justicia para poder darle a la sociedad una verdadera familia ojalà sin estos traumatismos que conlleva el maltrato de los hombres a las mujeres, los cuales tienen muchas connotaciones, son de tanta diversidad que hasta le voy a decir una: Los medios son promotores de maltrato a la mujer sea cual fuere. Revisen de cuantos sìmbolos està inscrito el maltrato contra la mujer.