La historia espeluznante
La historia del sufrimiento humano se remonta a los orígenes del hombre. Ritos religiosos con sacrificio de animales o de personas; ejecuciones públicas; fieras que devoran cristianos en el circo romano; el martirologio cristiano católico, con santos saeteados por flechas, vírgenes con los pechos cortados o los ojos sacados; gente asada en el fuego de la hoguera inquisitorial; guerras, masacres bélicas con exaltación de la tortura y el sacrificio de los vencidos, cruzadas, guerras de liberación; holocaustos, el de Hitler o el de Pol Pot, pasando por Stalin, Franco, Mussolini; los traficantes de esclavos de ayer y los de hoy; las represiones sangrientas; la violencia doméstica; la explotación de los menores y otras tantas y tantas, cientos de miles de expresiones de la violencia. Violencia que termina en la crueldad, que no es excepción sino rutina. Historias con nombre propio: el sultán Key Coubat I, que construyó 300 tiendas de campaña para su ejército con la piel de los testículos y escrotos de 30.000 enemigos capturados en batalla. La condesa húngara Erzsébet Báthory que ejecutó a 610 sirvientas para bañarse en su sangre... La historia del hombre espeluzna por sus horrores.
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