Belleza y autoestima
La valoración que hacemos de nosotros mismos se convierte en un elemento referencial de primer orden en el establecimiento de nuestro estado de ánimo. Cuando nos sentimos decaídos, tristes o apáticos, tendemos a vernos de una manera negativa, mientras que cuando estamos de buen humor, somos más indulgentes con nuestros defectos. Lo mismo ocurre a la inversa: cuanto mayor es nuestra autoestima, más sencillo nos resulta ser optimistas. Una investigación japonesa ha revelado que cuidar la piel y utilizar cosméticos puede mejorar las facultades mentales. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad Doshisha de Tokio, de 41 mujeres afectadas por depresión, 36 recuperaron la alegría de vivir y redujeron la dosis de fármacos después de asistir a un curso de maquillaje.
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