Y este es Tolstoi
Un día Vladimir Nabókov entró con paso decidido en el aula donde impartía clase de literatura a sus alumnos norteamericanos y se puso a encender una por una todas las luces de la clase mientras anunciaba: Esta es Chéjov… esta es Gógol… esta Turguénev… Finalmente abrió las cortinas de par en par y cuando una catarata de luz inundó la clase, proclamó: Y este es Tolstoi.
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