La reforma laboral
Antes de empezar, destaco que el decreto de reforma laboral, según el presidente Rajoy, está ideado para que “garantice la seguridad de los trabajadores”.
Desde ya, un joven será aprendiz hasta los 30 años y podrá encadenar varios contratos de aprendizaje en una misma empresa o en varias diferentes, si estas aducen que es para un puesto distinto del anterior y, por tanto, para el que tiene que volver a formarse. El salario durante el periodo de aprendizaje y formación es más bajo que el de los contratos ordinarios, porque es proporcional a la jornada laboral efectiva que realice. Desde hoy, esa jornada será del 75% sobre la fijada en convenio para un puesto similar durante el primer año y del 85% durante el segundo y el tercero. Por tanto, el salario seguirá esa escala, sin que pueda ser inferior a la parte proporcional del salario mínimo, congelado en 641 euros mensuales. Esto significa que, durante un periodo indeterminado de tiempo, los jóvenes de 30 años, o de 33, porque este chollo de contrato es prorrogable hasta tres años más, cobrarán 480 al mes.
Los empresarios podrán cambiar unilateralmente y a conveniencia el horario, las funciones y el sueldo. Si el trabajador no está de acuerdo con las nuevas condiciones, el despido es procedente: 20 días por año con un máximo de doce meses de indemnización.
Los expedientes de regulación de empleo (ERE) son más rápidos y fáciles para el empresario. Se suprime la autorización administrativa previa y la empresa puede imponer su decisión.
Los trabajadores a tiempo parcial podrán realizar horas extraordinarias y el empresario completará las horas estipuladas en el contrato con otras extra. No especifica la reforma si estas horas serán pactadas o impuestas, ni si se efectuarán antes o después de la jornada laboral habitual, por lo que el currito tendrá que acudir a su puesto cuando al empresario se le antoje. Caso de no estar conforme, despido procedente y listo. Ya vendrá otro esclavo, que hay más de cinco millones para escoger.
¡Ah! Se me olvidaba. La reforma es retroactiva y modifica las condiciones laborales de todos los empleados, de los que ya tienen un puesto de trabajo y de los que sueñan con conseguirlo a partir de hoy.
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