Gerardo Diego en Soria
Gerardo Diego llegó a Soria en 1920 para tomar posesión de la cátedra de Lengua y Literatura del instituto de la ciudad, allí residió durante dos años formando parte activa en su vida cultural como socio del Casino Numancia. El poeta santanderino también colaboró en el periódico satírico La Cotorra, impulsó las primeras jornadas teatrales de la ciudad y dejó constancia en sus versos de la honda impresión que le causó su estancia en tierras sorianas.
Desde el pasado 26 de abril, Gerardo Diego toma café y repasa sus libros de poemas ante las puertas del Casino Amistad Numancia de Soria. El escultor Ricardo González ha realizado una estatua en bronce del poeta de la Generación del 27 y Premio Cervantes de 1979 con la que se le rinde homenaje.
ROMANCE DEL DUERO
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
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