Blogia
Cierzo

Una verdad incómoda

El cambio climático no es una hipótesis, es una evidencia que nos muestra la naturaleza de una manera cada vez más contundente. Sequías, huracanes, inundaciones, deshielo de glaciares, incendios, aumento del número de plagas, pérdida de especies animales, variaciones en los ecosistemas, reaparición de enfermedades erradicadas… El calentamiento global nos muestra su brutal cara y causa miles de víctimas anuales en todo el mundo, además de importantes pérdidas económicas.

Desde hace 15 años, los científicos y los ecologistas nos vienen avisando de los graves peligros que se nos avecinan si no actuamos, si no ponemos remedio a la situación actual, pero los políticos que tienen la capacidad de introducir en la sociedad estos cambios necesarios parecen no querer involucrarse en el proceso de salvar el planeta.

El ex vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, realiza un llamamiento a la acción en la película “Una verdad incómoda”. Con fotografías y gráficos nos muestra la degradación acelerada que sufre la Tierra. En los últimos dos mil años se han producido oscilaciones climáticas, de tipo calentamiento y enfriamiento, de unos 0,6º C. El clima de la Tierra cambia constantemente, pero este cambio de ahora es 10 veces más rápido y si supera el aumento de los 4º C, nuestra civilización estará en serio peligro.

Cada uno de nosotros puede hacer algo más que lamentarse ante estos datos. La pasividad y la impotencia no solucionan nada, sólo la acción sirve. En el año 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU, el acuerdo internacional para afrontar el cambio climático fue ratificado por 129 países que juntos producen el 61,6 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Hace algo más de un año y medio, el 16 de febrero de 2005, el Protocolo entró por fin en vigor con la ratificación por parte de Rusia. Siete años perdidos en los cuales el aumento gigantesco de la cantidad de CO2 en la atmósfera ha llegado a las 400 ppm (partes por millón), una cifra que no se había alcanzado en la Tierra en los últimos 14 millones de años.

El modelo energético debe cambiar, debemos sustituir nuestra dependencia del petróleo y del carbón por una mezcla adecuada de células fotovoltaicas, centrales y placas solares térmicas, molinos de viento y soja para fabricar biodiesel. El reto es enorme, y, precisamente por eso, es necesaria la participación de todos, ciudadanos y entidades.

Nos han repetido cientos de veces que modifiquemos nuestros hábitos: No dejar las luces encendidas en las habitaciones que no estemos. Desconectar el ordenador mientras no lo usamos. Emplear bombillas de bajo consumo. Mantener los termostatos de la calefacción y de la refrigeración a una temperatura adecuada. Ducharnos en vez de bañarnos. Utilizar la lavadora y el lavavajillas cuando estén completamente llenos. Secar la ropa al sol en lugar de utilizar secadora. Hacer un uso racional del coche. Descongelar los alimentos dentro del frigorífico y no en el microondas. Moderar el consumo de papel…

Todos contribuimos al cambio climático, por tanto, es responsabilidad de todos reducir el impacto que causamos en el medio ambiente. Quizás aún estemos a tiempo de detener el proceso, y esta posibilidad bien vale un pequeño esfuerzo por nuestra parte.

Infórmate de cómo proteger el clima y detener el calentamiento global desde tu casa, tu trabajo y tu tiempo de ocio:
CeroCO2

0 comentarios