Epitafio para el 2005
“Hizo lo que pudo”, éste es el epitafio que Max Aub escribió para su tumba. Un lema humilde y grandioso que debería figurar en la tumba de todos nosotros, porque es tanta la injusticia, la violencia, la pobreza, el hambre… que todos estamos moralmente obligados a hacer algo para remediar los males de esta sociedad que hiede a podrido.
Este año se suma a los anteriores y termina con más conflictos pendientes que resueltos, un triste balance que pone en entredicho nuestra inteligencia. Para el nuevo año tendríamos que pedir coraje, responsabilidad y ganas de trabajar para que, de una vez por todas, empiece la movilización social. Y es que unos por otros, las cosas se nos quedan por barrer en esta tribu y el mundo sigue girando a costa de los mismos. La voluntad de resolver se ejecuta con acciones, pero ¿quién hace algo? Se nos va la Navidad en tiendas y en buenos deseos de plexiglás. Se nos va la vida en nada.
No es que esté desanimada, eso jamás, desanimarse es morir, y hay que porfiar hasta el final. En el 2006 seguirá habiendo imbéciles, cabrones y buenas personas, por ellas merecerá la pena empezar otro año nuevo. Hasta entonces me despido.
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