La amenaza fantasma
Un virus letal que no existe tiene acojonada a la población mundial. El llamado virus de la gripe aviar, el H5N1, que afecta exclusivamente a las aves, tendría que mutar para poder infectar a una persona. Ésta es sólo una hipótesis, una probabilidad, pero la humanidad vive asustada ante el riesgo de una pandemia que nos liquide en un plisplás.
Los periódicos siembran la alarma dedicando titulares y páginas enteras al asunto, las telenoticias nos presentan imágenes de cientos de gallinas, pollos, patos y otros plumíferos sacrificados en aras de nuestra preciada salud. La gente corre despavorida a las farmacias en busca de un antídoto o de una vacuna que les inmunice contra el mal, pero como el virus no existe, tampoco hay un remedio que cure sus efectos.
Parece que al hombre le gusta vivir bajo el peligro de terribles amenazas, porque desde que el mundo es mundo los agoreros de turno se dedican a asustar al personal con plagas, venganzas divinas, catástrofes… Aún recuerdo cuando nos dijeron que todos los ordenadores quedarían inutilizados por el temible “Efecto 2000”, cuando un cometa que pasaba a chorrocientos mil millones de años luz de la Tierra pudo colisionar con nuestro planeta, cuando Saddan Hussein estuvo en un tris de pulverizarnos con sus armas de destrucción masiva. Esto nuestro es puro masoquismo.
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