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Cierzo

Twin Dolls

Lo último en juguetes que hace furor entre las chicas norteamericanas es que su muñeca sea un clon de ellas mismas. La multinacional norteamericana eToys, que vende juguetes on line, comercializa las Twin Dolls (literalmente, “muñecas gemelas”). Basta con enviar una foto a la web de la empresa y los artistas de My Twin hacen el resto. En el plazo de un mes reproducen fielmente el rostro, incluidas cicatrices, marcas particulares, pecas... También es posible crear un modelo virtual seleccionando cada detalle personal que conformará la nueva muñeca. Las combinaciones son muchas: se puede elegir entre 5 tonalidades distintas de piel, 8 colores diferentes de ojos y pelo, 11 peinados, 15 contexturas corporales y varias formas de lunares.

La idea de un juguete clon nace a partir de las sugerencias de un pediatra de emergencias. El doctor había observado que muchas niñas llegaban al hospital con su muñeca favorita apretada contra el cuerpo para darse ánimo o sentir menos miedo. Cuando les preguntaba por qué era la preferida, todas respondían: “Es la que más se parece a mí.” De ahí la idea de inventar una muñeca gemela. La My Twin ha sido desarrollada proyectando en el ordenador infinitas variantes: por ejemplo, en el catálogo de la empresa hay 250 tipos de ojos mientras que los modelos de cabeza son 150. Con casi 60 centímetros de alto, la muñeca está dotada de un cuerpo muy blando que le permite adoptar 18 posturas diferentes. Cabeza, piernas y brazos están hechos de vinilo, mientras que los ojos están fabricados con cristal.

El precio base es de 119 dólares pero la cifra aumenta considerablemente si se le adjudican rasgos particulares en la cara o si se personaliza con un peinado a medida. Además se han ideado toda una serie de accesorios, desde gafas hasta vestidos, para que el “efecto gemela” entre la muñeca y su dueña sea aún más evidente. Si con el tiempo se desea cambiar el peinado, renovar el guardarropa o reparar una parte estropeada, basta con enviar la muñeca al My Twin Doll Hospital, una “clínica especializada” donde se reajusta el juguete a las demandas del cliente. ¿Qué ocurre cuando la niña crece? Todo está previsto, dice la empresa, se pide una cabeza nueva y listo.

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