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Cierzo

Sin derecho a voto

Comienza la campaña electoral en Estados Unidos y yo no tengo derecho a voto. Se decide quién será el presidente del mundo durante cuatro años y yo no puedo manifestar mi opinión al respecto aunque esta decisión me afecte.

“Nuestra nación tiene una misión: responder a las amenazas contra la seguridad y defender la paz”. Bush dixit. Estados Unidos se ha adjudicado el papel de redentor de la humanidad y trabajo no le va a faltar. Desde que el actual presidente norteamericano inició su cruzada contra el terrorismo, el mundo se ha vuelto más inseguro y los ataques terroristas se han multiplicado espectacular y peligrosamente, es más, cualquier observador neutral puede darse cuenta de que Bush es un agente provocador del terrorismo internacional con actuaciones como la invasión y ocupación de Iraq o dándole su apoyo incondicional a Sharon.

En una semana, dos aviones rusos explotan en un atentado y mueren más de noventa personas, una terrorista chechena hace estallar un coche bomba en Moscú y causa diez muertos, el secuestro en un colegio de Beslán (Rusia) se salda con 390 personas fallecidas y 700 heridas, en la ciudad israelí de Beer Sheva dos suicidas palestinos provocan la muerte de 16 viajeros que iban en dos autobuses, un grupo islamista decapita a doce nepalíes, trabajadores de la construcción en Iraq... Sí, salta a la vista que los métodos de Bush funcionan y son todo un éxito.

En Nueva York, George W. Bush ha aceptado ser candidato a la presidencia de EEUU y bajo el lema “Construyendo un mundo más seguro” ha presentado sus planes para continuar luchando contra el terrorismo hasta que se consiga la victoria. “Me presento a presidente con un plan claro y positivo para construir un mundo más seguro y unos Estados Unidos más esperanzados –resumió–. Me presento con una filosofía conservadora compasiva: el Gobierno debería ayudar a la gente a mejorar sus vidas y no intentar dirigirlas. Creo que este país quiere un liderazgo firme, consistente y con principios, y por eso, con vuestra ayuda, ganaré esta elección”.

Sinceramente, espero que este discurso no convenza a la mayoría y los estadounidenses demuestren su cordura echando al actual inquilino de la Casa Blanca. Cuatro años han sido suficientes para comprobar lo que da de sí una gestión política basada más en la testosterona que en las neuronas.

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