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Cierzo

Estos yanquis están locos

Estos yanquis están locos Que los norteamericanos son un pueblo único, pocos lo dudan y nadie se lo cree más que ellos. El marchamo distintivo de este país es la lealtad de sus ciudadanos a una bandera rayada en blanco y rojo en la que brillan 50 estrellas.

Convencidos de que no hay otro país sobre la tierra más libre y más democrático, la bandera es un símbolo del espíritu americano: individualismo a ultranza, capitalismo salvaje, moralismo religioso, puritanismo intolerante y una sensación de superioridad, tan apabullante como infundada, respecto al resto de la humanidad. "Prometo lealtad a la bandera de los Estados Unidos de América y a la república que representa, una nación ante Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos". Cada mañana los estudiantes pronuncian este juramento mientras izan la bandera y cantan el himno nacional. También los nuevos ciudadanos están obligados por la ley a jurar lealtad a la bandera.

En un país donde, salvo en las reservas indias, no hay ciudadanos autóctonos, que se construyó con inmigrantes de todo el mundo, hacía falta un emblema nacional que aglutinase a gentes de características muy diversas. Y he aquí que lo encontraron en un trozo de tela. Desde los atentados del 11 de septiembre, el patriotismo yanqui alcanza ya cuotas de fanatismo y la bandera insertada en los objetos más variopintos alcanza una presencia espectacular. Corbatas, camisas, vestidos, jarras, toallas, collares, gafas, sombreros... nada se salva de estar decorado con las barras y las estrellas.

Tener una bandera ondeando a la puerta de casa, en el coche o puesta en la tarta de cumpleaños son señas de la identidad americana y cualquier acto que se considere un menosprecio hacia ella constituye un delito. Un ciudadano fue sancionado con una multa de 100 dólares por tener la enseña nacional en el patio trasero de su casa en lugar de haberla puesto en la puerta delantera. Una joven fue detenida por haber colgado a modo de cortina la tela barrada, algo que un juez consideró una profanación porque rozaba su cuerpo desnudo cuando entraba y salía de la habitación.

Entre el horror y la hilaridad se contempla en Europa tanto fervor por los colores nacionales y cuesta entender que el 98% de la población norteamericana se sienta orgullosa hasta la médula de haber nacido en "América la bella". Este fuerte y arraigado sentimiento nacionalista choca con los usos en otros países. En el Reino Unido el amor a la bandera se considera cómico y en España vamos aún más lejos. Los hay que odian la tela roja y gualda que nos representa y lejos de sentirse orgullosos de sus orígenes se muestran ofendidos cuando se les llama españoles, no olvidemos que en ciertas partes de España la palabra español se usa como insulto y se toma como una ofensa.

La bandera estadounidense ha llegado a la Luna y desde que Dios tuvo a bien elegir a este pueblo para que salvase al mundo, las barras y las estrellas amenazan con extenderse por todo el orbe. Hubo un tiempo en que el águila fue el símbolo del Imperio Romano que gobernaba la civilización antigua, ahora le toca el turno al imperio yanqui, cuyas huestes se extienden ya como una plaga de Oriente a Occidente. Ellos se consideran "la última esperanza de la humanidad" y esto hace pensar que no existe esperanza de futuro.

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