En teoría

Llama especialmente la atención que los primeros afectados por esta medida sean los editores de revistas científicas, no se me había ocurrido pensar que este tipo de literatura fuera más peligroso para el pensamiento único imperante que, por ejemplo, la filosofía. Porque la ciencia es ciencia en todas partes y, aunque yo soy de letras, sé que la ley de la gravedad se comporta igual en Trípoli que en Miami, y el principio de Arquímedes rige para todos los fluidos, independientemente de la zona geográfica donde se encuentren.
Durante la dictadura franquista, la más cercana que tengo, se perseguía la poesía, la novela, el teatro y el cine. ¿Será sólo cuestión de tiempo que Bush prohíba la literatura de estos países? ¿Se extenderá la medida al resto de naciones libres? Porque podría darse la contradicción de que en Cuba, que es una dictadura, leyeran nuestras obras literarias y nosotros, viviendo en el mundo libre, no tuviéramos acceso a las suyas.
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