Opinar sin saber
El cerebro del homo sapiens crece, pero está vacío, ya no alberga pensamientos, sino el alud de información que recibe constantemente, casi toda en forma de opinión.
Cuanto más ignorante es una sociedad, cuanto más idiota e insustancial es el ser humano, más opinión genera, contraviniendo el principio filosófico de que la opinión nace del pensamiento.
Ahora para opinar no hay que pensar, ni siquiera es necesario saber. Basta con mirar cualquier programa de televisión, escuchar la radio, leer un diario, atender a cualquier conversación que se desarrolle en un bar o en la calle para comprobar que todo el mundo opina, y lo que es peor, defiende a capa y espada su ignorante criterio.
Cuanto más ignorante es una sociedad, cuanto más idiota e insustancial es el ser humano, más opinión genera, contraviniendo el principio filosófico de que la opinión nace del pensamiento.
Ahora para opinar no hay que pensar, ni siquiera es necesario saber. Basta con mirar cualquier programa de televisión, escuchar la radio, leer un diario, atender a cualquier conversación que se desarrolle en un bar o en la calle para comprobar que todo el mundo opina, y lo que es peor, defiende a capa y espada su ignorante criterio.
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