El señor Aznar, en una de sus ya habituales salidas de tiesto, nos anuncia que se aumentarán los gastos en defensa para invertirlos en acometer ataques anticipatorios contra el terrorismo. Es lo que parece una nueva estrategia para vencer al mal allí donde se encuentre. No ha explicado el presidente qué criterios se seguirán a la hora de decidir estos ataques, tal vez porque aún no se ha fijado ninguno para justificar por qué se agredirá sin agresión previa, por qué se violará el Derecho Internacional, por qué imperará de nuevo la ley de la selva.
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