Divinas contradicciones

La naturaleza nos ha dado un instinto sexual, pero pensar en el sexo es pecado. ¿Cómo puede Dios caer en tales contradicciones? O bien es un ingenuo al pensar que nuestra fuerza interior y el miedo al infierno nos impedirán caer en la tentación de cometer actos impuros, o Dios es un sádico que nos tortura poniéndonos a luchar contra nuestros instintos.
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