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Cierzo

El parque temático de Tierra Santa

El año 326, Elena, madre del emperador Constantino, hizo un viaje a Palestina. Como buena cristiana, y muy inspirada, descubre tres cruces de madera con uno de los famosos titulus, evidentemente el de Cristo, que rezaba: INRI "Jesús Nazareno Rey de los Judíos". Obsérvese el tiempo transcurrido desde la crucifixión de Jesús y el excelente estado de conservación a la intemperie de las cruces de madera; un hecho milagroso, sin duda. Con gran oportunidad, el lugar del Calvario está situado bajo el templo de Afrodita, (que hay que destruir, evidentemente). A la edad de 80 años, Elena gasta las considerables sumas que Constantino ha destinado a este asunto para construir tres iglesias: el Santo Sepulcro, ubicada exactamente sobre el sepulcro y lugar de la resurrección de Jesucristo; el Huerto de los Olivos, lugar de la subida del Salvador al cielo y la Natividad, cuna de Jesús recién nacido, en las que engasta sus reliquias. Pese a que estos lugares fueron creados ex profeso para la ocasión sin que la historia haya legitimado jamás las localizaciones topográficas, el culto continúa.

Los viajes organizados a Tierra Santa para conocer in situ los lugares más relevantes en la vida de Jesús son un lucrativo negocio. El recorrido organizado discurre por el lugar de la Ascensión, el Huerto de los Olivos, la Gruta de la Traición, la tumba de la Virgen, las capillas de la Flagelación y de la Condena, la Vía Dolorosa (Vía Crucis), Tabgha, lugar de la multiplicación de los panes y los peces, el monte de las Bienaventuranzas, escenario del Sermón de la Montaña, el campo de los Pastores, el santo Cenáculo, la tumba de Lázaro, el Desierto de Judea y el Mar Muerto, un recorrido en barca por el lago Tiberíades con parada en el río Jordán para renovar las promesas bautismales... Todo un parque temático montado en torno a la figura de Cristo.

Lo que hoy es Tierra Santa ha sido zona de paso, conquistada y dominada por los persas, griegos, romanos, el imperio Otomano, el Bizantino, el Británico, los cruzados, los turcos..., edificada y destruida mil veces. Sin embargo, los santos lugares se han salvado de guerras, incendios, saqueos y destrucciones para recibir la visita de los peregrinos (la cifra prevista para el año 2006 es de tres millones), que llegan desde los cinco continentes. El escenario del Libro de los Libros y de la Historia más grande jamás contada produce unos ingresos significativos, por eso tanto da ofrecer gato por liebre, de lo que se trata es de que el turista cristiano se vaya convencido de haber estado en los escenarios en los que vivió Jesús y con la emoción mística que esto provoca en el creyente.

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