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Cierzo

Viaje iniciático

Viaje iniciático

Un viaje iniciático es aquél que permite a quien lo realiza acabar distinto, más rico y más maduro. Es, por así decirlo, un doble viaje, hacia el exterior y hacia el interior. No obstante, no todos los viajes que podríamos considerar iniciáticos son reales, los hay que pueden discurrir solo por la mente del viajero.

Los problemas más serios deben ser afrontados con buen ánimo y mejor humor. Hay que procurar estar relajado antes de pasar a la acción, porque los viajes iniciáticos son viajes que tienen como destino la superación personal, conocerse mejor y salir reforzado de la experiencia.

No siempre el viaje iniciático es voluntario, a veces el azar, las circunstancias, alguien… nos obliga a abandonar la tibieza del hogar y a lanzarnos hacia un camino desconocido.

Como ocurre en casi todos los viajes, la estructura del iniciático es circular, se suele volver al punto de partida, pero se vuelve cambiado. Uno ha tenido la oportunidad de conocer su propia fuerza interior y su templanza, ha reflexionado sobre el sentido de la vida, es consciente de que los amigos son esenciales para superar ciertas pruebas, ha construido un alma resuelta y flexible, solidaria, solitaria y ha llegado a la conclusión de que el destino se encuentra en nuestras propias manos.

Pero llegar a esa meta, en ocasiones, es tarea de toda una vida, un objetivo que no todos consiguen. Y es que uno no quiere regresar a su lugar de origen, no sabe cómo hacerlo o no podrá hacerlo nunca.

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